La
jubilación prematura de 16 Magistrados del Tribunal Supremo de justicia, cuando
aun les queda mas de un año de permanencia en el cargo, es otra demostración
que en Venezuela no hay separación de Poderes y otro ingrediente al guiso de lo
que significa el abuso de poder y el culillo de tener en las espaldas los
números que están indicando las encuestas para la elección de la nueva Asamblea
Nacional. La vaina es tan burda, que el gobierno a través de la Asamblea
Nacional designó una comisión con mayoría simple para designar nuevos
magistrados pero sin que se les hubiese vencido el tiempo a los magistrados del
TSJ.
El
gobierno de Nicolás Maduro con este abuso de poder, busca seguir controlando la
mayoría del TSJ para evitar los juicios contra los altos jerarcas del gobierno,
incluyendo al propio presidente de la república, quienes han convertido al país
en un océano infectado por la escoria de la corrupción, donde hay individuos
que antes de 1998 no tenían un cartón donde caerse muertos y hoy tienen grandes
fortunas en dólares en bancos internacionales y propiedades de bienes y raíces
en el exterior. Siempre hemos dicho que no estamos en contra de la superación
de las personas porque nosotros lo hicimos, pero esa superación debe ser en el
marco de la formación académica y del trabajo honrado.
Hasta
la fecha, en el TSJ no se ha producido ninguna sentencia en contra de las
centenares de acusaciones a funcionarios
corruptos y violadores de Derechos Humanos. Igualmente sobre las centenares de
expropiaciones contra productores agropecuarios a quienes les han quitado sus
fincas sin que les hayan indemnizados tal como lo establece la Constitución
Nacional y las leyes que garantizan la propiedad privada. Son miles las
acusaciones que se han presentado ante el TSJ por abuso de poder, pero muchas
de esas denuncias han sido declaradas sin lugar y otras duermen el sueño eterno
en los archivos llenos de moho.
Lo
mismo ocurrió con el nombramiento a principios de año con el nombramiento de la
Fiscal General, el Contralor General y el Defensor del Pueblo, lo que ellos
llaman el Poder Moral, que de Moral no tiene nada, pero si de mucha complicidad
y cabronería con el régimen. Estos individuos e individuas, cuando se trata de
denuncias contra los enchufados del régimen, le hacen honor a la canción de
Shakira, se convierten en mudos, sordos y ciegos. Cuando no ven ni escuchan
nada, siempre tienen una excusa para justificar los atropellos cometidos, como
es el caso patético del llamado defensor del pueblo, que lo único que hace es
defender al gobierno.
Ahora
bien, todos esos abusos de poder por parte del régimen tienen solución. Los
voceros de la Unidad Democrática, mas que decir que el gobierno está abusando
del poder, que es válido, deben decir con fuerza que la mayoría de la Asamblea
Nacional que será electa el próximo 6 de diciembre puede convocar una
Constituyente con poderes originarios y extraordinarios, con facultades para
remover todos los poderes públicos como Fiscalía, Contraloría, Defensoría del
Pueblo y los tracaleros del CNE. Ese mensaje bien elaborado y difundido con
fuerza y mucha seriedad, sin ninguna duda, será aceptado por la mayoría de los
venezolanos que está clamando por un cambio en el país.
Hay
que tener claro, y así hay que decírselo a la gente para contra restar
cualquier campaña mediática por parte del gobierno, que la convocatoria de una
Asamblea Constituyente no es un acto golpista, desestabilizador de la
democracia ni mucho menos un atajo equivocado para acortar distancia. Hay que
decir sin miedo que esa convocatoria es
legal y está en el texto constitucional. Al pueblo hay que hablarle sin miedo y
sin medias tintas. Los venezolanos siempre hemos sido guerreros, cuatriboliados
y echaos palante.
Gerónimo
Figueroa Figuera
geron2ff@hotmail.com
@lodicetodo
CNP:569
Venezuela
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