martes, 27 de octubre de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, EL MIEDO A SER OBSERVADO, ELECCIONES VENEZUELA,

Para el próximo mes de diciembre, el país tendrá una nueva elección, en esta oportunidad es para escoger representantes para la Asamblea Nacional, una asamblea unicameral (solo de diputados).

Vista la calamitosa circunstancia de Venezuela y el desastre de gobierno liderado por Nicolás Maduro, estos comicios se convertirán en un pleisbicito que hundirá definitivamente la estructura de poder que Chávez había montado.
El gobierno chavista está apostando a la trampa electoral como mecanismo para tratar de disminuir los efectos de la derrota que se les viene encima, y vistas las acciones que están tomando en la burocracia y en la calle, el PSUV, que es el partido de gobierno, apoyado por todas las instancias de gobierno, en especial, del organismo electoral, el CNE, que supuestamente sería el árbitro imparcial, lo que están cocinando es un megafraude de proporciones muy difíciles de ocultar.
De allí la preocupación del CNE de invitar como “acompañantes” solo a organizaciones y gobiernos amigos que con su silencio y complicidad avalen los resultados de la jornada con el fin, que al momento de declarar un vencedor, pueda legitimar los resultados.
Es claro que los invitados internacionales del gobierno para ser testigos de las elecciones, son partes interesadas en la victoria y continuidad del gobierno chavista, muchos de ellos dependen financieramente de los aportes económicos que les hace el gobierno venezolano, otros pertenecen a los bloques o clubs de gobiernos socialistas que Chávez dejó funcionando previendo estas circunstancias y están atados por nexos económicos y políticos, y aún otros países como Uruguay, simplemente son chantajeados.
Maduro en su empeño por parecer dispuesto a medir su gobierno a un escrutinio pulcro y de acuerdo a la ley, acaba de firmar un supuesto acuerdo de respetar el resultado final de las elecciones, fuera cual fuere, a pesar de su insistencia en que no entregará los supuestos logros revolucionarios a la oposición y que su gobierno debe ganar “como sea”.
El CNE, por su parte, ha permitido crear confusión en la tarjeta electoral permitiendo que partidos financiados por el gobierno se apropien de símbolos, colores y lemas muy parecidos a los de la oposición con el fin de crear ventajas desleales, permite que se haga campaña a favor del gobierno en los medios de comunicación del estado, manteniendo a la oposición en una grosera desventaja, ha manipulado los circuitos electorales para favorecer al chavismo, ha estado en una continua campaña de inhabilitación de candidatos de la oposición en circuitos donde ganan con holgura, utilizando medidas de última hora y hasta la misma justicia para sacarlos del juego.
El abuso de poder del partido de gobierno ha desplegado una campaña de amedrentamiento hacia funcionarios públicos y personas dependientes del estado, para obligarlos a votar por los candidatos chavistas, todos los recursos del estado están dirigidos a financiar y promover las campañas del PSUV, incluso utilizan las obras públicas en construcción, desarrollo de viviendas, unidades de transporte público y expendios de alimentos para hacer propaganda y comprar votos.
Para los organismos y naciones independientes que han pedido participación como observadores electorales, les ha sido negada la invitación, contrario a la campaña orquestada por el CNE de que Venezuela cuenta con el mejor sistema electoral del mundo, el más confiable, seguro y rápido del orbe, ahora se hace el remolón de recibir estas visitas y ha negado la participación justamente, de los organismos que sí tienen la capacidad técnica de evaluar las elecciones automatizadas que el gobierno le ha impuesto en el país.
La Comunidad Económica Europea, la OEA, una serie de instituciones y ONG’s cuya especialidad es justamente la transparencia de estos eventos tan importantes para la democracia en el mundo, instituciones norteamericanas, grupos de la ONU, entidades parlamentarias de otros gobiernos occidentales con interés en el proceso, son ahora rechazados como observadores.
Tengo la impresión, que lo que el gobierno de Maduro va a tratar de imponer, es un black out informativo para el resto del mundo, van a tratar de hacer la trampa en las sombras. No es una casualidad que se haya declarado Estados de Excepción sobre tres estados fronterizos, donde justamente la oposición tiene grandes posibilidades de triunfo, ahora, bajo el mando militar y la suspensión de las garantías, la mesa está servida para efectuar un fraude manu militare.
Pero vistas la cadena de sucesos que se han generado por la corrupción en el gobierno, por el uso criminal de las instituciones, por la poca transparencia de su gestión y la violencia física y verbal a la que está acostumbrado en su trato con quienes no comparten su ideología y manera de lograr las cosas, el mundo libre y civilizado está cada vez más cerca de declarar ilegítimo y forajido al régimen absurdo del chavismo en Venezuela.
Varias son las razones, siendo la principal que este comportamiento institucional de un gobierno agresivo y poco respetuoso del orden y la convivencia internacional, constituye un precedente muy negativo en momentos que se viven situaciones delicadas con fuerzas fundamentalistas y radicales que quieren acabar con la paz en el mundo, el manejo irresponsable de su política internacional ha constituido un pésimo ejemplo de equilibrio y sindéresis, haciendo de Venezuela un país riesgoso y en camino de una crisis humanitaria.
Si se permitiera un proceso electoral plagado de irregularidades y con un resultado poco claro, la legitimidad del gobierno caería a su mínima expresión, si el CNE, organismo que proclama los resultados electorales, desconoce la voluntad popular, que es la máxima instancia de la soberanía nacional, tal y como tiene toda la intención de hacerlo, cometería un fraude de alcances internacionales.
Proclamar como vencedor a quienes perdieron las elecciones, o alterar los resultados de modo de favorecer a una de las partes, como ya se ha hecho en el pasado reciente, todas las decisiones que provengan de ese gobierno ilegítimo, serían nulos de toda nulidad.
Ya el gobierno de Maduro viene seriamente afectado por esa traza de ilegitimidad que afecta gravemente sus actos en el mundo, una de las últimas falsificaciones hechas por el gobierno, fue la poca claridad que existe entre la fecha del deceso del presidente Chávez en Cuba, y la fecha que publicita el gobierno de su muerte, supuestamente ocurrida en Venezuela, fueron unos meses durante los cuales la firma del difunto aparentemente fue falsificada, para hacer posible decretos y leyes que cambiarían los resultados electorales de ese año 2012, cuando Maduro fue proclamado por el CNE presidente de la república, a pesar de todas las denuncias y reclamos que se hicieron sobre la manipulación de los resultados.
Toda la presidencia de Maduro ha estado signada por la nulidad de sus actos, empezando porque ningún extranjero puede ser investido como presidente de Venezuela sin violar la Constitución Nacional, y maduro es un extranjero indocumentado, pero además, el partido PSUV en colusión con el CNE hicieron trampas en el proceso electoral y en el conteo de los votos.
Esto quiere decir que por medio del engaño y la mentira se han estado haciéndose pasar por un gobierno legítimo en origen y en desempeño, estableciendo compromisos y acuerdos internacionales con otros países, afectando la deuda pública venezolana, recibiendo ayudas económicas como las del gobierno de China, con las cuales pretende ahora repetir el fraude electoral, para afianzar su poder político en un país donde tiene un electorado mayoritariamente en contra.
Ha designado funcionarios consulares y diplomáticos en países extranjeros y en organizaciones multilaterales e internacionales de manera totalmente ilegal, y esto trae consecuencias graves no solo en cada uno de esos países sino en el orden mundial, en nombre del país se están realizando alianzas, acusaciones, se desarrollan políticas que atentan en contra de los intereses occidentales para favorecer a los enemigos de la democracia.
Permitirle continuar el fraude aceptando que conduzca estas elecciones sin observación de la comunidad de naciones libres e independientes es un riesgo inmenso para la estabilidad internacional, puede crear un precedente peligroso y un ejemplo indeseable que pudiera contagiarse en otros países y regímenes con similares pretensiones.
Creo que llegó el momento para que se inicie una serie de medidas, que obliguen al gobierno venezolano a una observación internacional, que garantice la pulcritud del proceso y que los resultados sean lo más cercanos a la voluntad popular, entre ellas debería estar el inmediato desconocimiento de las nuevas autoridades por ilegítimas, si se procede a unas elecciones sin la observación internacional, accesoriamente se deberían aplicar otras penas por violación de derechos humanos e impedir la libre determinación de un pueblo, sanciones especiales debería recaer sobre las autoridades electorales que permitan el fraude, haciéndose cómplices del mismo.
Venezuela el próximo 6 de diciembre debe estar en el centro de la atención mundial, se debe impedir que se corra la cortina y se apague la luz sobre un evento que debería ser la gran fiesta de la democracia y la libertad. - 
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

Venezuela

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