lunes, 1 de febrero de 2016

RAFAEL GARCÍA MARVEZ, PARA MAÑANA ES TARDE

Hombre de la sapiencia y honestidad política como Eduardo Fernández nos hablaba la semana pasada a un grupo de contertulios de la necesidad improrrogable de un cambio de Gobierno para evitar males mayores que pudieran ser muy cruentos para los venezolanos.

La emergencia de cambiar la cabeza del Poder Ejecutivo planteada por EF con más premura que la del mismo presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup,  está centrada bajo la necesidad de un acuerdo beneficioso entre el oficialismo y la dirigencia la Mesa de la Unidad Democrática.

La conformación de un Gobierno con la suficiente fuerza y capacidad para echar adelante a un a país que vive una severa crisis, pero eso sí, ya. Recordaba el doctor Fernández la noche del jueves pasado las declaraciones del vicepresidente Aristóbulo Istúriz: “el Gobierno solo no puede enfrentar esta crisis” que a nuestro modo de ver fue un grito de socorro que desarropó la atribulación anquilosada del socialismo deshecho.

Ahora, un acuerdo con una dirigencia política desprestigiada, corrompida, sin credibilidad, considero que será rechazada, no tanto por los políticos democráticos que al fin y al cabo son más flexibles ante estas situaciones extremas, sino por el pueblo heroico que votó masivamente el 6D y que se mantiene firme en su voluntad de salir de este régimen en la línea de la Constitución, pero sin acuerdos benditos.

Los pueblos, y un pueblo como el nuestro que vive hambre, que ha sido burlado tantas veces, que las calles son un campo minado por el hampa, difícilmente acceda a que su dirigencia acuerde con sus adversarios sin en Miraflores no se sienta un político que provenga de las filas de la libertad.

El pueblo que hoy acompaña solidariamente a la alternativa democrática, más allá de circunstancias coyunturales o estructurales, va a salir a la calle a pedir el cambio, no aceptará acuerdos que sospeche arreglos económicos o jugosos contratos por debajo de la mesa. Recordemos que numéricamente no es el mismo pueblo de antes del 6D. Hoy hay que escúchales más que ayer.

El gobierno en su respiración silbante acusa a la oposición de golpista porque piensa hacer uso de un derecho, pero en ningún momento como  antes le  amenaza con barrerlo en las urnas electorales, bien conoce su desierto.

Llegan hasta el hecho demencial de pedirle a los pisatarios de las viviendas otorgadas por el Gobierno que rechacen el título de propiedad sobre el inmueble que ocupan ¿en qué cabeza cabe semejante disparate? 

Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo - Venezuela

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