viernes, 4 de marzo de 2016

ALFREDO M. CEPERO, LA HONDA DE DAVID EN LAS MANOS DE MARCO.

Se les olvidaba que Marco es un hombre audaz que en el curso de su vida ha desafiado retos, superado obstáculos y nunca ha permitido que lo pongan al final de la cola.

Donald Trump se pasó siete meses lanzando insultos, diatribas e improperios no sólo contra sus adversarios en las primarias sino contra la maquinaria del Partido Republicano y contra todo periodista que se atreviera a cuestionar sus credenciales o su candidatura. Descarriló el tren de Jeb Bush diciéndole que estaba "letárgico", vituperó a un patriota como John McCain calificándolo de "fracasado", insultó a Megyn Kelly definiéndola como una "mujerzuela", difamó a la comunidad mexicana diciendo que muchos de sus miembros eran "violadores y traficantes de drogas" y antagonizó a potenciales aliados en la lucha contra el flagelo del terrorismo amenazando con cerrarle las puertas a todos los musulmanes.

Durante todo ese tiempo, Trump se despachó a su gusto sin que nadie le saliera al paso. Ningún otro candidato se atrevía a enfrentarlo por temor a ser pulverizado por su artillería de insultos. Muchos de ellos optaron por atacarse entre sí con la esperanza de convertirse en la alternativa a Donald Trump. Jeb Bush gastó 30 millones de dólares en atacar a Marco Rubio y éste último intercambió frecuentes insultos con Ted Cruz. Mientras sus adversarios se atacaban, Donald observaba los "toros desde la barrera", siempre viendo consolidar su porcentaje de inconformes dentro del partido y manteniendo una impresionante ventaja en las encuestas.

Llegó entonces el décimo debate de las primarias republicanas el 25 de febrero en Houston, Texas y, forzado por encuestas en el estado de la Florida donde Trump le sacaba una ventaja de 16 puntos, Marco Rubio tuvo una epifanía sobre la forma de enfrentar a un personaje que ha roto todos los patrones y viola todos los parámetros de un aspirante a la presidencia. Confrontar a Trump con argumentos políticos, planes de gobierno o soluciones a los problemas nacionales no había logrado restarle apoyo entre sus partidarios. Había que cambiar de táctica utilizando su misma retórica agresiva, desnudando su hipocresía de defensor de la clase media, quitándole la careta de falso conservador y poniéndolo en ridículo por sus payasadas, sus exageraciones y sus mentiras. Todavía es muy pronto para saber si esta táctica producirá los resultados deseados, pero las próximas dos semanas nos darán la respuesta sobre si Marco logró o no frenar el tren arrollador de Donald Trump.

Sin embargo, los resultados del "Super Tuesday", donde Donald Trump y Ted Cruz ganaron casi el 90 por ciento de los 595 delegados en juego, no son nada alentadores para Marco Rubio. De los 15 estados en que se han celebrado primarias republicanas en este año electoral, Donald Trump ha ganado 10, Ted Cruz 4 y Marco Rubio el premio de consolación de Minnesota. La cuenta total de delegados ganados por cada aspirante hasta el momento es de 316 Donald Trump, 226 Ted Cruz y 106 Marco Rubio. Marco necesita ganar las primarias de la Florida el 15 de marzo para mantenerse a flote y poder competir por la postulación en la Convención Republicana pautada para el 18 de julio en Cleveland, Ohio. No sólo por los 99 delegados que le daría el estado sino como un requerimiento mínimo para justificar su aspiración al cargo más poderoso del planeta. Estoy convencido de que, a pesar de su vehemente promesa de seguir hasta el final, si pierde la Florida por un solo punto no tendrá otra alternativa digna que retirarse de la contienda.

Pero lo que nadie puede quitarle o desconocerle es el mérito de haber agarrado al toro por los cuernos y cambiar la dinámica de las primarias republicanas. Se reveló como el David de nuestro tiempo. Porque, al igual que los israelíes ante el reto de los filisteos, los republicanos se negaban a dar batalla porque estaban aterrados ante el grotesco Goliat de Manhattan. Según la narración bíblica, el Rey Saúl tuvo que ser convencido para que permitiera a aquel pastorcito joven e inexperto en las artes militares enfrentarse en duelo al campeón de los filisteos. Pero David ni se dio por vencido ni se dejó intimidar. Se acercó al gigante y le dijo: "Tú vienes a mí con una espada, una lanza y una jabalina, pero yo voy contra ti en nombre de Jehová y el mundo entero sabrá que hay un Dios en Israel". Sacó una piedra de su bolso, la puso en la honda, la incrustó en la frente del gigante y, cuando lo vio en el suelo, lo ultimó con su propia espada.

En el contexto de estas primarias, la vieja guardia republicana compartía dudas similares a las del rey israelí. Se mostraba renuente a cambiar a Jeb Bush por Marco Rubio como su campeón porque no confiaba en el joven senador. Se les olvidaba que Marco es un hombre audaz que en el curso de su vida ha desafiado retos, superado obstáculos y nunca ha permitido que lo pongan al final de la cola. Que, como David, se siente ungido para una misión superior a sí mismo. Dejemos que sea el propio Marco quien la describa: "Donald Trump es un estafador (con artist) que se propone secuestrar el partido de Abraham Lincoln y de Ronald Reagan. Sin importar el tiempo ni el esfuerzo que me lleve, eso no voy a permitirlo. Su postulación dividiría al Partido Republicano y causaría un daño irreparable a la nación".

Pero este trabajo no estaría completo sin citar algunas de las "piedras" lanzadas contra Trump desde la honda de Marco en el último debate. Cuando Marco dijo que Trump se repetía constantemente con: "Construiré una cerca. México pagará por ella. Haré a América grande de nuevo. Tomaré el petróleo", el magnate le contestó que lo había visto repetirse cinco veces hacía cuatro semanas frente a Chris Christie. En un despliegue de agilidad mental y habilidad dialéctica, un Marco sonriente le ripostó: "Yo te he visto a ti repetirte cinco veces en los últimos cinco segundos".

Para añadir sal a la herida, Marco se refirió a los obreros polacos ilegales utilizados por Trump en la construcción de su edificio bandera. "Si construye la cerca de la misma manera que construyó la Trump Tower estará utilizando inmigrantes ilegales". Acto seguido se refirió a una demanda contra el potentado por alumnos de la Trump University. Dijo: "Por ahí hay personas que pidieron prestados 36,000 dólares para matricularse en la Universidad de Trump y todo lo que lograron fue una fotografía con una imagen de cartón de Donald Trump". Y la última estocada en la cerviz del toro ya enardecido fue: "Si no hubiera sido por los 200 millones que heredó de su padre, Donald Trump estaría vendiendo relojes en Manchattan".

Los partidarios de Donald Trump y muchos de los mismos periodistas que publican sus exabruptos y payasadas acusan a Marco de utilizar tácticas indignas de un candidato a la presidencia. La realidad es que fue Donald Trump quien inició este circo que ha devenido en riña tumultuaria. Marco le ha subido la parada y, con ello, se ha jugado su candidatura y su futuro político como únicamente lo hacen los líderes con principios y convicciones. Si gana todos se olvidarán de las criticas y le rendirán honores. Si pierde, puede por lo menos decir que cayó con las botas puestas.

Alfredo Cepero
@AlfredoCepero
Director de www.lanuevanacion.com
Estados Unidos

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