LA VERDAD SEA DICHA…
Revolotean por el aire, las hojas marchitas de la que se perfilaba en
otrora,como una de las grandes potencias de América del Sur.
En su senectud continúa retorciéndose de agonía, ante la mirada fría e
indolente de una sociedad que sigue apostando a su rápida muerte, a pesar de
los esfuerzos infructuosos de emitir alaridos de auxilio internacional, que
pasan desapercibidos en el suplicio eterno.
Venezuela se ha convertido en el mejor ejemplo de lo que no se debe permitir.
La falta de vergüenza ha sido el estandarte que llevan con orgullo los líderes
de la repulsiva revolución, gracias a la habilidad cohesionada, con el proyecto
de desmoralización nacional impuesto desde la isla.
Bien lo decía Miguel de Cervantes, en su novela “El licenciado Vidriera”
publicada en 1613, en la que daba a conocer sus impresiones de España, cuya
comparación es exacta a la realidad actual del país, donde a pesar de poseer
enormes riquezas, se evidencia como un Estado atrasado en lo económico, social,
político y cultural, por mucho que intenten hacer creer los rojitos, lo que en
realidad no somos: “¡Oh Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos
pretendientes, y acortas las de los virtuosos encogidos, sustentas
abundantemente a los truhanes desvergonzados y matas de hambre a los discretos
vergonzosos!”.
Con esta lacónica frase, Cervantes deplora la ausencia del intelecto y
ataca a los deshonrosos funcionarios, quienes favorecen a sistemas de gobiernos
carcomidos por la descomposición ética y moral, como el nuestro.
El indecoroso desequilibrio que afronta la patria es fruto de las
carencias generalizadas de este gobierno corrupto, como también de la
relajación moral del hombre, quien ha preferido en reiteradas ocasiones vender
su dignidad, por una cuenta forrada en dólares.
Mientras el tiempo se agota, la honestidad consigo mismo será nuestra
mejor política. Por eso, seamos conscientes de nuestros actos, porque tarde o
temprano la razón imperará y vendrá con ella, el necesario cambio a través del
movimiento incontrolable de las masas, en búsqueda de la tan ansiada redención.
La verdad sea dicha…
Daniel Hernández Luengo
dahlpahg@gmail.com
@danielovtsky
Zulia - Venezuela
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