Decía Abraham Lincoln: “Si pudiéramos saber primero en dónde estamos y a
dónde nos dirigimos, podríamos juzgar mejor qué hacer y cómo hacerlo.”
Hay preguntarse: ¿Existe la sincera disposición de aportar el esfuerzo
para que el país cambie su rumbo? Cada uno en su rol partidista, pero con
absoluta predisposición para conformar una unidad efectiva que nos permita
ganar TODAS las gobernaciones y alcaldías. La respuesta la tienen los
directores de partido, quienes los lideran y tienen apetencias particulares, se
requiere una gran apertura partidista.
Sin ser “profeta del desastre”, pero ante la inocultable realidad de las
aberraciones electores impuestas por el régimen y su camarilla del CNE, lo cual
controla en estado de arrodillamiento y en absoluta denigración del gentilicio
femenino nacional y sus valores particulares, la situación se nos hace difícil.
Luego tenemos la competencia absurda de la oscura escogencia de quienes
serán los candidatos, dentro de los que aún están en su partido de origen y
aquellos que migraron a otras toldas políticas. Ahora estamos un proceso de
“validación” impuesto por el régimen como otra distracción de tiempo del
bochornoso CNE.
Quienes sean los “escogidos” candidatos a elecciones regionales, luego
de la “validación”, deben tener capacidad política, intelectual e ideológica
para asimilar la situación ante el desastre del régimen contra el país y sus
ciudadanos y debe asumir con humildad, sinceridad y valentía demostrada, que
tiene capacidad plena para asumir la responsabilidad de los cambios políticos,
económicos y sociales que requiere el país y estar dispuestos a enfrentarlos y
llevarlos a cabo dentro de una unidad efectiva, más que afectiva o
personalista, asumirlos como la última oportunidad para salvar la democracia y
al país.
Particularmente espero que quienes se convierten en “líderes” del
proceso, también lo sean dentro de sus organizaciones y así puedan tener
capacidad de asumir los retos de la modernización y democratización de los
partidos y tengan formación suficiente para impulsar su democratización con un
proyecto de país que recoja lo mejor de la socialdemocracia moderna, sin perder
de vista las demás orientaciones ideológicas opuestas al aberrante socialismo
implementado por el régimen, ello con el fin de regresar a lo que nunca debimos
dejar de ser: un país próspero y con una visión de sociedad altamente
solidaria, sin miedo, sin odio y sin divisionismo, con rostro humano y que a la
brevedad posible nos convierta en el país más desarrollado y feliz del entorno
regional; esto es un reto que debemos asumir los venezolanos democráticos, con
la participación activa e influyente de nuestras aguerridas mujeres y de la
juventud con sus propios proyectos de vida, sin “lavado de cerebros” sobre
sistemas políticos tiránicos y depredadores del país, asumiendo así el
importante rol de llevar a cabo el rol del futuro, del progreso y de la
democracia en el país. Las mujeres y los
jóvenes han demostrado ser los artífices principales de los cambios que el país
requiere.
Los jóvenes de hoy tienen criterio propio, piensan por sí mismo, con
raciocinio político y discernimiento sobre claro sobre lo que debe ser su
futuro inmediato, ellos, junto con las mujeres, no son una masa deforme de
personas desconocedora de los cambios que requiere el país y son de una
utilidad sin parangón para la formación del liderazgo futuro y así deben verlos
partidos que están hoy anquilosados en las viejas prácticas del acontecer
político; éstos deben ser reclutados, capacitados y formados dentro de
ideologías socialdemócratas para formar los cuadros necesarios para enfrentar
el reto del proceso de cambio, empezando por lo generacional, los partidos
deben dar oportunidades a las nuevas generaciones, no va a ser fácil por la
vieja concepción política de los directores de partido, pero hay que intentarlo
y lograrlo.
Einstein decía: “La mayoría de la gente se avergüenza de la ropa raída y
de los muebles destartalados, pero más debería ruborizarse de las ideas nocivas
y de las filosofías gastadas.”
Entonces: ¿Sabemos dónde estamos y a dónde nos dirigimos?
Fernando Facchin Barreto
ffacchinb@gmail.com
@fernandofacchin
Carabobo - Venezuela
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