ES LA HORA DE VENEZUELA
La mala praxis política y económica implementada en los últimos 18 años,
ha destruido al país. No se trata de “desequilibrios” o de “carencias”, estamos
frente a un desastre antropogénico que está a la vista y al sentir de todos,
que ha destruido el tejido social en todas sus dimensiones; resultando el
aspecto ético y moral, el más devastado, y cuyo restablecimiento será el más
difícil y prolongado de resolver.
Venezolanos hurgando qué comer en las bolsas de basura, niños con
desnutrición crónica y quizás irrecuperable, sistema de salud público
absolutamente incapaz de atender la demanda en una sociedad cada vez más
enferma en lo físico y en lo psicológico. Más que comprobado el éxodo masivo, e
in crescendo, del capital humano constituido por nuestros jóvenes, en su mayoría profesionales;
ansiosos por hallar en otros países, sitio donde ponerse a salvo de una
aterradora inseguridad.
Frente a un grupo de “herederos” de un legado inútil y destructivo, ha
llegado la hora de constituir y plantear al país una propuesta-compromiso que
involucre la participación activa a todos. Individuos y organizaciones.
Sectores económicos, iglesias, trabajadores, educadores, estudiantes,
científicos, investigadores y de la cultura, en fin, todos los sectores de la
sociedad, porque aquí todos somos necesarios. Lo cierto es que la denominación
es lo de menos, frente, movimiento u cualquier otro.
Se trata de la asunción combinada, civilizada y liberal, del republicano
compromiso de restituir el desgarrado tejido social y su pacto social
constituyente. Una responsabilidad ciudadana, en cuyo marco de participación,
cada integrante, desde su actividad, posición y conocimiento debe plantear y
realizar las soluciones concretas que el país necesita.
En el sector económico, por ejemplo, hemos sido testigos del cómo una
empresa ha sido atacada, vilipendiada y hostigada hasta la saciedad. Y del cómo
esta empresa –la Polar- en forma estoica, responsable y comprometida con sus
objetivos frente al país y sus ciudadanos ha resistido y salvado todos los
obstáculos.
Basta ya de una dirigencia política que no vea más allá de su ombligo,
de ver que a pesar de la grave crisis económica, política, social y moral,
donde sino nos mata el hambre, nos mata la falta de medicinas y sino la
inseguridad, tengamos una dirección política pendiente de bachaquearse la
militancia, de competir entre si, en fin, más allá de los intereses
particulares y partidistas, es la hora de Venezuela.
Omar Avila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010
Diputado a la AN
Miranda - Venezuela
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