EL OVILLO COMIENZA A DESENREDARSE
Como toda oposición de cualquier lugar del planeta que enfrenta a un
régimen dictatorial tiene que pasar obligatoriamente por atropellos,
vejaciones, cárceles, en fin, empleo del terror y mucho más. Venezuela no es la
excepción de la regla. Ha sido una lucha larga y exigente; tan severa que una
vez obtenido un abrumador triunfo en las elecciones parlamentarias, para muchos
impensable, sus dirigentes más destacados fueron removidos de sus cargos.
Dando un brinco en lo que es historia conocida, nos encontramos con el
dilema de si asistir o no a la validación de los partidos identificados con la
democracia bajo unas condiciones absolutamente desventajosas impuestas por el
CNE. Esa situación colocaba de nuevo a la oposición en un disparadero, y bajo
la amenaza de tensar más las diferencias que dieran al traste con la unidad
evidentemente muy disminuida.
Es el caso que Voluntad Popular es un partido cuyos dirigentes han sido
objeto de la más brutal persecución por parte del régimen y su líder Leopoldo
López condenado a casi tres lustros de prisión.
Este paso hacia adelante para coincidir con otros partidos dispuestos a
rifárselas en el desfiladero de las “horcas caudinas de Tibisay Lucena”, fue un
factor determinante, decisivo para que esta “aventura” retomara las energías y
se dispusiera enfrentar con dignidad al gobierno.
Al margen de lo que haga el cuarteto de accionistas de la comandita
electoral, el hecho es que este par de fin de semanas fueron eventos que han
contribuido a movilizar la gente. Se ha sembrado la percepción de que es
necesario relegitimar los partidos, y ello significa darle fuerza a la
democracia y tiende como efecto a sacudir la modorra de la oposición.
También es importante señalar los gestos de unidad puestos de manifiesto
por el resto de los partidos políticos que, sin una pizca de mezquindad,
hicieran un llamado a la ciudadanía para que concurriera a validar el partido
que en ese momento se sometía a los torturantes exámenes del régimen de Nicolás
Maduro y sus “verdugas”, este uso impropio de este femenino con la venia de la
Real Academia.
En una nota que me hiciera llegar el faculto Carlos Rojas Malpica,
afirma no creer que los partidos debieran distraerse participando en proceso de
validación por el hecho de que lo mejor que hacen los partidos y lo que más
arraigado está en su naturaleza, son los procesos electorales. No es verdad que
los partidos estaban ocupados en los grandes temas nacionales y los han
abandonado para entregarse a los procesos electorales. Todo lo contario, con los
partidos renovados y sus maquinarias dispuestas para la elección de
gobernadores, nos podremos concentrar mejor en los problemas regionales.
De manera que el ovillo comienza a desenredarse, por ejemplo: ¿Cuál es
el lado fuerte del gobierno? ¿Quién controla el poder de fuego y las
instituciones del Estado? ¿Quién dispone de pranes mercenarios y de un sector,
solo un pedazo, de la Fuerza Armada? La respuesta es obvia.
Diferente es la situación cuando lo colocas en la circunstancia de tener
que luchar en el terreno electoral. Allí donde más de 90% de opositores y
oficialistas consideran que la situación del país es mala o muy mala. Donde
Maduro goza tan sólo de 10% de respaldo.
A la par, unidos, irremediablemente unidos, hasta que se lleven a cabo
las elecciones contempladas en la Constitución y un poco más allá.
Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo - Venezuela
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