miércoles, 26 de abril de 2017

RAÚL SANZ MACHADO, BICENTENARIO DEL FUSILAMIENTO DEL GENERAL MANUEL PIAR POR ORDEN DE BOLÍVAR

 DESCUADRE BOLIVARIANO

El pasado 13 de abril el Presidente Nicolás Maduro, tuvo la  ocurrencia de celebrar el bicentenario de la batalla de San Félix y adelantar el fusilamiento del General en Jefe Manuel Carlos Piar, que tuvo lugar seis meses más tarde, el 16 de octubre de 1817 en la plaza Mayor de Angostura --hoy Ciudad Bolívar— frente a la residencia de Bolívar. El reciente y acontecido desfile militar en San Felix,  se completó con loas a Piar, sobresaliente, discutible y discutida personalidad militar y política de la guerra de emancipación. 

El día anterior al fusilamiento, se reunió el Consejo de Guerra, designado por Simón Bolívar, presidido por el Almirante Luis Brión, amigo íntimo de Piar e integrado por los Generales Pedro León Torres y José Antonio Anzoátegui, los Coroneles José Ucrós y José María Carreño, los T.C. Judas T. Piñango y Francisco Conde. El General Carlos Soublette fue el fiscal designado de la causa y el T.C. Fernando Galindo el defensor del indiciado. El General Piar fue sentenciado a la pena capital, por los delitos de insubordinación, deserción, sedición y conspiración. El Libertador, no obstante,  había escogido para el Consejo de Guerra, a amigos cercanos a Piar,  que no tuvieran motivos de resentimientos con él, para  dejar políticamente abierta, la posibilidad que le permitiera conmutar la pena de muerte, pero la sentencia unánime del Consejo de Guerra se lo impidió por lo que fue ratificada por Bolívar.

A comienzos de 1817, el General Piar, había sitiado a Angostura –hoy Ciudad Bolívar— y el 11 de abril de ese año, derrotó al Brigadier Miguel de la Torre y Pando en la Batalla de San Félix.  Treinta días después, el 12 de mayo, Piar fue ascendido al grado de General en Jefe, en reconocimiento a su brillante hoja de servicios, pero su temperamento díscolo y autoritario lo indujo a enfrentar y a desconocer la autoridad suprema de Bolívar, adhiriéndose a los postulados del Congreso de Cariaco junto a Mariño, Bermúdez y Arismendi. Por orden de El Libertador,  Piar fue relevado del mando de las tropas por lo que optó por solicitar su retiro del Ejército, que le fue concedido el 30 de junio de 1817. Piar permaneció en Guayana, recorriendo los campamentos militares en busca de adhesión de las tropas para enfrentarlas, en una guerra de castas, a los sectores de la “gente blanca y mantuana” que desde 1810 prevalecía en el alto mando militar.

Esta actitud se originó   por su  condición de hijo natural, producto de una relación  amorosa  entre  Belén  Xerez de Aristeguieta Blanco, una de las llamadas  “nueve musas”,  de  la rancia  nobleza de la  sociedad  caraqueña,  y del Príncipe portugués José Francisco de Braganza, hijo del Rey Pedro III. El padre de Belén, Miguel Jerez de Aristeguieta, era viudo de Petronila Bolívar y Ponte y por lo tanto Bolívar y Piar eran  primos, aunque la relación entre ambos siempre fue conflictiva e irreconciliable. Las discrepancias no eran sin embargo, en el terreno de la capacidad militar, a pesar que Piar había triunfado en 12 de las 13 batallas que había librado, sino entre El Libertador y la anarquía caudillesca representada por Piar, Mariño, Bermúdez y Arismendi, que detentaban el poder en el Oriente.  Pero había más.

Ante la evidencia del embarazo,  Belén, fue internada por el Príncipe de Braganza, en el convento de las Monjas Concepciones, en Caracas, --donde se halla hoy el Capitolio Federal— , para ocultar el escándalo y el consecuente desprestigio social. Tiempo después, cuando el Principe intentó llevar a su hijo  a la corte real,  el Rey se opuso drásticamente, por lo que el Príncipe, que ya había emprendido el viaje, vía Curazao, decidió confiar al niño, para  su adopción y formación al carpintero canario Fernando Piar, quien le dio su  apellido con  su compañera de vida, la mulata comadrona María Isabel Gómez. Ambos fungieron de padres adoptivos de Manuel Carlos Piar, en Curazao, por lo que cundió la especie de su presunta condición racial de ser “pardo”. Sin embargo hay evidencias que desmienten esa condición: ¿Cómo se explican las amargas lágrimas de El Libertador, cuando sonó la descarga que acabó con la vida del General Piar, su pariente, y exclamó acongojado: “he derramado mi sangre”?. Fernando Piar percibió del Príncipe de Braganza una generosa asignación, además de una suma mensual, para la manutención y educación del niño hasta la edad de 16 años, que se mantuvo hasta la muerte del Príncipe  además de otros bienes en herencia.  Es más, el propio Piar reconoció que el Príncipe Braganza y Belén Jerez Aristegieta, eran sus padres  consanguineos. (Ref. Francisco Herrera Luque.  “Manuel Piar. Caudillo de dos colores”. Pomaire. 1987)

Según el testimonio del Gobernador de Curazao, el holandés Laffer, en cuyo palacio se casó Piar con la holandesa María Marta Boom, era un joven de tez blanca, cabellos rubios y lisos y ojos azules, quien hablaba español, inglés, francés y papiamento y había sido educado esmeradamente, lo cual descarta su condición racial de ser “pardo”. El  enfrentamiento con El Libertador se originaba en que Piar defendía vehementemente su presunta condición de “pardo” frente a la de Bolívar en su condición de “blanco” mantuano, a tal punto que éste descubrió una conspiración de Piar con el Presidente haitiano Alejandro Petión para la fundación de una república “negra” en Guayana, con un ejército formado por negros, pardos y mestizos y destituir a  Bolívar  como Jefe  Supremo, con  el  agravante que el  ejército  bolivariano estaba formado mayormente por efectivos similares a los de Piar, quien  no pudo lograr su propósito.


Once años después de su muerte, Bolívar expresaba: “No me arrepiento de haber ordenado fusilar al General Piar; era un hombre extraño, impredecible en su conducta, loco, ambicioso y confuso”, mientras que en el ejército de Piar, El Libertador no gozaba de buena fama, porque se le tenía como “cobarde, señorito y caraqueño”. En fin de cuentas,  la reciente y accidentada celebración y el desfile bicentenario  con motivo de la batalla de San Félix y el fusilamiento del General en Jefe Manuel Carlos Piar, no cuadra con el “bolivarianismo” proclamado a gritos por el régimen madurista.

Raul Sanz Machado
rsanzmachado@gmail.com
@rsanzmachado
Miranda - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario