TRATAMIENTO POLITIQUERO
En
las últimas semanas, las manifestaciones de protesta organizadas por la MUD han
finalizado con el desarrollo, en algunos lugares, de focos de enfrentamientos
entre manifestantes reales o supuestos y los cuerpos de seguridad del Estado. Y
utilizo el término “supuestos” porque no puedo saber si quienes participan son
todas personas que fueron a marchar y terminaron enfrentándose violentamente en
respuesta a la violencia gubernamental. Estos focos de combate con la GNB y la
PNB, en Caracas, se han prolongado hasta tarde en las noches y las madrugadas,
en barrios populares y de capas medias como El Valle, Coche, El Paraíso,
Colinas de Bello Monte y zonas del este como Chacao, Altamira, Petare y ciertos
distribuidores viales. Los enfrentamientos de este tipo han sido muy fuertes y
han estado acompañados de saqueos numerosos de todo tipo de negocios, con un
saldo de víctimas mortales muy superior al de las movilizaciones.
Tanto
el gobierno como los dirigentes de la Mesa, en forma negligente, han tratado
estos llamativos incidentes en forma politiquera, en ese juego perverso de
tratar de sacarles el mayor provecho propagandístico nacional e internacional.
El principal manipulador en la interpretación de estos sucesos, el Gobierno, ha
asegurado, que se trata de acciones terroristas organizadas por Primero
Justicia, Voluntad Popular y Vente Venezuela, otorgándoles a estas
organizaciones unas capacidades que están muy lejos de tener y mucho menos en
zonas alejadas de sus sitios de acción tradicionales. Los voceros de la MUD,
por su parte, han dicho que son acciones de los grupos para policiales
gubernamentales o colectivos armados, lo que tampoco es cierto pues estos no se
enfrentan con la guardia ni con la policía, sino que actúan conjuntamente.
En
realidad, estamos en presencia de otro fenómeno, el cual se debe tratar como
corresponde a los intereses del país y dejar la politiquería anti nacional. Es
la acción de las bandas de delincuentes organizadas, muy bien armadas, que
dominan extensas zonas populares en Caracas y el interior, decididas a extender
sus dominios territoriales más allá de los barrios pobres que controlan
actualmente. Estas bandas tienen tiempo asaltando jefaturas y otras sedes
policiales y militares, asesinando impunemente a efectivos de los cuerpos de
seguridad y enfrentando las acciones de las OLP, diseñadas para combatirlas, lo
que dice que el Gobierno sabe de su existencia.
Toda
esta nueva situación es el resultado de las políticas de protección a los
delincuentes por el Gobierno: las “zonas de paz”, espacios de tolerancia del
delito que permitieron el crecimiento y accionar impune de las bandas en
Caracas, Miranda, Aragua, Guárico y otros estados. El Gobierno ha estimulado al
lumpen, a quien Chávez llamó “sus buenandros”, pues lo consideran su base de
apoyo, con la que Iris Varela se “restea” para defender la “revolución”;
paradójicamente, hoy acusan a sectores de la MUD de contratarlos para los
combates nocturnos y los saqueos. La creatividad del Gobierno no tiene
parangón. Mientras tanto, Venezuela pierde control de su territorio, mueren sus
hijos y se aleja su recuperación.
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Caracas-Venezuela
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