miércoles, 26 de diciembre de 2018

RUBÉN CONTRERAS, EL PERNIL NO ES LA SOLUCIÓN


Para quienes vivimos la etapa democrática acaecida en Venezuela a partir de 1958 y después hemos transitado la pesadilla y castigo de tener al arañero de Sabaneta como presidente y a su hijo expósito como sucesor, dirigiendo los destinos del país, a partir de 1999 hasta ahora, podemos hablar sin restricciones acerca de cómo se han manejado las cosas en esta Venezuela rentista.

Los gobiernos de Acción Democrática y COPEI, hacedores de la democracia, indudablemente que cometieron errores en sus gestiones, pero sería injusto desconocer sus grandes y buenos aciertos, especialmente en cuanto a la democratización de la educación, la transformación de sus entornos urbanos, la vialidad, el desarrollo de la agricultura, los complejos industriales como Amuay, El Tablazo, las empresas básicas de Guayana, entre tantas, pero especialmente es importante destacar la integración de la sociedad y su superación societaria y profesional.

Recuerdo que, en mi niñez, a pesar de ser de una familia modesta en cuanto a recursos y vivir en el Cerro La Cervecería, en Maiquetía, nunca faltó la hallaca con el jamón y el pernil. Mi padre era Oficial de Almacén en el puerto de La Guayra y mi madre se ocupaba del hogar. Así crecimos estudiando en la escuela Roscio y en el Liceo Nocturno José Damián Ramírez Labrador, hasta que llegamos a la Escuela de Historia, en la incomparable U. C. V.

Las protestas eran por los servicios públicos y recuerdo la invalorable ayuda del gobierno norteamericano a través del programa implementado por el presidente Kennedy, La Alianza Para El Progreso, que permitió con las Juntas Pro Mejoras y Desarrollo de La Comunidad, dotar a los sectores populares de sus servicios elementales como aguas blancas, de excretas o cañerías, salud, caminerías, electricidad, entre otros servicios. Claro, eran tiempos en que los gobiernos se ocupaban de la gente en procura de elevar su nivel y calidad de vida.

Al término de 40 años las cosas cambiaron, el craso error de no educar para la democratización y el no hacerle entender a la ciudadanía que la democracia, al ser uno de los peores sistemas de gobierno, que llevó a Gonzalo Barrios a expresar que La Democracia a pesar de ser Imperfecta, siempre es perfectible

cuando sus ciudadanos internalizan sus errores y los corrigen para mejorarla. Claro, la clave es la educación.

De allí pasamos a recurrir al hombre providencial que un día infausto atentó contra el sistema que lo educó y formó y prometió con cantos de sirena, como buen embaucado que resultó ser, cambiar el curso de las cosas y acabar con la corrupción que se forjaba en el país.

Así empezó la debacle que vive en Venezuela. El militarismo del nuevo presidente, que había sido apartado de los cargos de dirección económica del país en 1958, y menguado sus relaciones con la sociedad civil, pero que ahora, y que amparado en la aureola de ser descendientes de los libertadores tenía la gran oportunidad de retomar esos controles, esparció los meandros de la corrupción a todos los estamentos de la administración pública, siendo emblemático el Plan Bolívar II y los casos de Cruz Weffer en FONDUR y Fariñas en el FUS, hasta llegar al Capo Mayor cuyo apellido de Padrino, minimiza y hace quedar corto a Don Vito Corleone.

El caso es que el hamponato y narcotraficantes que ha tomado el control de Venezuela a partir de 1999, ha sido contumaz en su tarea de robar y arruinar al país, al extremo que en estas navidades, esos personajes que un momento votaron por el comandante y se sumaron a la masa de seguidores que disfrutaron del clímax de la repartidera fácil de dinero a través de las diferentes misiones y que pensaron que la cornucopia de la corrupción les iba a proporcionar a una vida placentera y los iba a mantener en el olimpo de la vagancia, hoy le claman al sucesor que les de su pedazo de pernil y bolsa CLAP como pago a la obsecuencia obnubilada de darle loas al intergaláctico.

Algunos economistas muy agudos, han diseccionado la cuenta de lo robado, Héctor Malavé Mata en La Trama Estéril del Petróleo y Orlando Zamora en Revés de un Sueño Prota A-gónico, nos han ilustrado acerca de cómo han cometido sus fechorías, Eduardo Páez Pumar y José Curiel en Desde El Pacto de Punto Fijo al Pacto de La Habana, han comparado los desarrollos en materia de infraestructura e industria y Enrique Krauze en Delirio y Poder y Asdrúbal Aguiar en Historia In Constitucional de Venezuela, han descarnado la megalomanía y violaciones constitucionales del comandante eterno. Hay otras obras importantes, pero estas nos dan una semblanza de lo pernicioso y ruin que ha resultado este ejercicio narco hamponil del chavismo madurismo durante estos 20 años.

El caso es que hoy todos los venezolanos y especialmente los seguidores del chavismo, confrontamos los problemas de la escasez de alimentos, medicinas, salud, repuestos para vehículos, línea blanca y pare de usted de contar.

En parte estos problemas se agudizaron por el error que, a mi juicio, fue la ingrata equivocación cometida después del triunfo parlamentario del 6 de diciembre del 2015, las pasiones desbordadas de quienes dirigían La MUD, despedazaron la unidad y ahora sufrimos las consecuencias.

Quienes adversamos este régimen, seguimos de pie, enfrentando estos desmanes, lo doloroso es apreciar a muchos ciudadanos que se doblan y no piensan que al doblarse siguen claudicando a la espera del pernil, cuando lo importante es mantenerse firme y coordinar esfuerzos, estrategias, proyectos y políticas que nos permitan salir de estos delincuentes, para no seguir limosneando una bolsa, porque mientras nos doblemos para no partirnos, como propuso el directivo adeco, seguiremos esperando el pernil.

El futuro debe ser la unidad de quienes nos oponemos a este régimen y utilizar el arma letal y que le infunde miedo al hamponato, el voto, esa es la solución y en el voto está el futuro de la patria.

Rubén Contreras G.
@RubenContreras_ ‏

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