"Ya basta de ti…” he escuchado decir al pueblo
airado, enardecido, cansado de verdad de los mismos individuos, de una misma
realidad y circunstancia.
“Ya basta de ti…” es la expresión de todas las
frustraciones contra quienes detentando un supremo mandato han sumido al país
en la desesperanza y la miseria.
“Ya basta de ti…” es contra quienes impiden la
determinación legítima de la voluntad mayoritaria que rechaza la situación
actual opuesta pues a la Constitución, que obliga al establecimiento de una
sociedad democrática en la cual se consolide: “la libertad, la independencia,
la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la
convivencia y el imperio de la ley”.
Se han transgredido todos los límites y se han burlado
todas las obligaciones que imponen el honor, la dignidad, el respeto a la
voluntad general, el mandato que los deberes públicos implican.
La legitimidad, el reconocimiento, la confianza que
confirió el país se ha perdido; ya se han detentado por décadas todos los
poderes ordinarios y extraordinarios que se confirieron; ya se han dispuesto
todos los recursos que la Nación recibió; ya se han tomado unilaterales
decisiones, distribuido y acumulando entre pocos los cargos, competencias,
autoridad y, sin embargo, los problemas persisten.
Existe una indignación general contra el hambre, el
atropello, la imposibilidad de alternativas que permitan recuperar de manera
consentida y democrática la viabilidad del país. Cuando un gobierno pierde la
estima y el respeto de la nación debe ceder el paso, escuchar al pueblo y
obedecer su decisión.
Los pueblos llegan a momentos decisivos. Nuestras
luchas por la independencia, la República, la soberanía, la civilidad, la
igualdad, la democracia, las garantías sociales conducen los caminos de la
historia, atrás quedaron la tiranía y la opresión. Hay que recuperar los
derechos del pueblo, los deberes públicos, los objetivos del Estado, la
dignidad nacional.
José Félix Díaz Bermúdez
@articulistasred
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