Aunque están aumentando las especulaciones sobre una intervención militar de Estados Unidos en Venezuela, sigo pensando que es algo poco probable. Sin embargo, tras escuchar de fuentes diplomáticas que algunos funcionarios estadounidenses y latinoamericanos están explorando invocar el Tratado Interamericano de Defensa Recíproca de 1947 (TIAR), estoy un poco menos convencido que antes de que no habrá una acción militar extranjera.
En primer lugar, el gobierno de Donald Trump está escalando su discurso después del intento valiente pero infructuoso de la oposición venezolana el 30 de abril de desencadenar una rebelión militar para restablecer la democracia. Yendo más allá de su declaración habitual de que “todas las opciones están sobre la mesa”, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo esta semana que “una acción militar es posible”.
Segundo, en la Casa Blanca hay quienes temen que Trump deje de ser tomado en serio si no toma medidas de fuerza para derrocar la dictadura de Nicolás Maduro. Las promesas de Trump de que derrocará a Maduro podrían empezar a sonar pronto como sus bravuconadas vacías de que “México va a construir el muro”.
Trump, quien se preocupa muy poco por la democracia en Rusia, China, Turquía y la mayoría de los demás países, y cuyo interés en Venezuela se debe principalmente a su deseo de ganar los votos cubanoamericanos y venezolanos en Florida en las elecciones de 2020, podría ser convencido por algunos de sus colaboradores de usar la opción militar en Venezuela.
Tercero, algunos diplomáticos latinoamericanos me dicen que hay discusiones privadas en la Organización de los Estados Americanos para invocar el TIAR, también conocido como el Tratado de Río. Su punto clave es que un ataque contra cualquier país miembro es un ataque contra todos sus países miembros.
Los miembros actuales de TIAR son Estados Unidos, Brasil, Colombia, Argentina, Chile y Perú.
Cuando le pregunté al enviado especial de Trump para Venezuela, Elliott Abrams, si hay discusiones tras bambalinas para invocar el TIAR, no lo confirmó ni lo negó, pero dijo que “el TIAR es mucho más amplio” que un tratado militar. “El TIAR habla de acciones en común, pero pueden ser relaciones diplomáticas, pueden ser [medidas] económicas, pueden ser sanciones”, me dijo Abrams.
Si bien prácticamente todos los países latinoamericanos del TIAR ya han dicho que están en contra de una intervención extranjera, no está claro qué pasaría si millones más de venezolanos huyan a países vecinos. Algunos diplomáticos dicen que eso desencadenaría pedidos de una intervención militar para contrarrestar la presencia militar de Rusia y Cuba en Venezuela.
En cuarto lugar, una rebelión militar en Venezuela puede ser más difícil ahora, después que el gobierno de Trump cometió el error de revelar los nombres de tres altos funcionarios venezolanos que habrían mantenido conversaciones con la oposición para rebelarse contra Maduro el 30 de abril.
Ahora podría ser más difícil que esos y otros funcionarios venezolanos hablen con emisarios de la oposición, por temor a ser expuestos públicamente por Estados Unidos.
¿Por qué sigo pensando que una intervención militar en Venezuela es poco probable?
Porque aunque en la Casa Blanca hay quienes apoyan esa idea, el Departamento de Defensa teme que conduciría a otro atolladero como el de Siria o Afganistán.
Además, si el interés principal de Trump en todo esto es ganar votos en la Florida, el mejor escenario para él podria ser mantener el status quo —un discurso duro, sin acciones militares— hasta al menos después de las elecciones. Si Trump ordena una acción militar ahora, puede asegurar algunos votos en Florida, pero podría perder más votos en otras partes del país.
En resumen, una intervención militar respaldada por Estados Unidos sigue siendo un escenario poco probable.
Pero si Maduro —quien, no lo olvidemos, es un gobernante ilegítimo que se reeligió en las elecciones fraudulentas de 2018— no permite elecciones anticipadas y creíbles para restaurar la democracia, la crisis humanitaria de Venezuela empeorará y millones más de venezolanos huirán al extranjero. Si eso sucede, una acción militar entre Estados Unidos, Brasil y Colombia bajo la cobija del TIAR no sería impensable. .
Andrés Oppenheimer
@oppenheimera
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