Lo sorprendente es que el régimen aún se encuentre en el poder cuando prácticamente ha seguido al pie de la letra todos los mandamientos para ser depuesto por vía legal e, incluso, por rebelión popular… es un desastre económico, político y social, pero no se crean ¡él lo sabe!
El viernes pasado se vivió en Venezuela el denominado “Black Friday” que sí bien, en una economía en retroceso, no obtuvo los resultados deseados, hubo mucho dinamismo, tiendas y comercios en general con gran fluidez de personas ¿Cómo es esto posible con la actual crisis? Este fenómeno tiene perplejo a la comunidad internacional, el asunto es que el país presenta características únicas a raíz de sus inconmensurables riquezas.
Inyección descontrolada de dinero “inorgánico”, 5 millones de emigrantes de los cuales se reciben remesas, blanqueo de capitales producto de la corrupción más descomunal que conoce la humanidad luego de la segunda guerra mundial, además de otros actos ilícitos dónde se mueven mil millonarias cantidades de dinero, explican este país colmado en contradicciones, por ejemplo, a pesar la FAO reconoció la gravedad de los crecientes niveles de desnutrición que presentan los venezolanos, prácticamente en cada cuadra de nuestros pueblos y ciudades nace semanalmente un “bodegón” ¡ilógico cierto!
Lo propio ocurre con los dólares, es lugar común observan personas sacar de sus bolsos y carteras numerosos billetes estadounidenses a la hora de hacer sus compras, sin embargo, ello no quiere decir que oficialmente estemos dolarizados, hay muchos dólares es verdad, pero ni suficientes, ni distribuidos correctamente como una economía sana los tendría, esa cantidad de verdes provienen de la generación de divisas señalada en el párrafo anterior, de los cuales muchísimos son falsos, como parte de esos jugosos actos ilícitos precitados.
Antes las sanciones económicas y financieras contra el régimen, producto de su divorcio con la ley y la democracia, especialistas advierten éste realiza gran parte de sus intercambios comerciales en paralelo al sistema financiero internacional, mercadeando nuestras riquezas en efectivo, imagínense los niveles de corrupción cuando se manejan de esta manera miles y miles de millones de divisas sin auditorias de ningún tipo, ello también explica esa el auge de ventas de autos, tascas, tiendas de electrodomésticos, de tecnología, entre otros. Todo esto también sirve para tirar al suelo la absurda tesis del chavismo del “bloqueo” pues en Venezuela hay casi de todo en abundancia, eso sí, a precios también absurdos, aún en dólares son más caros que en el exterior, repetimos, en esta economía atrofiada, innatural, desprovista de ciencia y auditorias, los precios son a capricho. Probablemente en medicinas aún la escasez arrecia.
En lo político ni hablar, la dirigencia opositora no cuenta con el reaccionar de una población desesperanzada, arrojada a la sobrevivencia, tratando de “inventarse una” para llevar el pan a casa y pagar, al menos, los gastos básicos. Por lado del castrismo venezolano, alias chavismo, nos topamos con un “neutro”, nada pasa cuando todo ocurre, el régimen continúa con su “manual del perfecto castrista latinoamericano”.
¿Puede el país continuar con este rumbo excluyente, generador de miseria mental, de animadversión a la patria? Sí puede, lo hace, pero se le acaba el tiempo, el país es una bomba de tiempo donde la abundancia de recursos mal habidos retarda el desenlace de un caos sin parangón en la historia. La bellamente recordada Venezuela quedó en el recuerdo, hoy somos una nación repudiada por un régimen que exporta castrismo y por una diáspora que desestabiliza economías. Todo cuanto fuimos ha quedado atrás, al castrismo cubano no le interesa nuestro pasado pues en él se encuentra la estirpe del heroísmo libertario, por eso trata de crear un “nuevo venezolano” dominado a través de la miseria material, mental y la opresión atroz.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
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