La excelente película Parásitos es una sorpresa, pues trata uno de los temas más políticamente incorrectos: denigrar de la pobreza; en particular, de un tipo de pobres. Denigra del ser holgazán e indolente, de buscar vivir de los demás a través de la mentira, manipulación, adulando al rico, pero sintiendo resentimiento y desprecio por el que tiene algo y por las normas sociales.
Creo que existen otras tres formas de ser pobre: los extremadamente pobres, humildes e inocentes que no han tenido oportunidades; los pobres que desperdiciaron oportunidades que les brindó la sociedad, pero no son parásitos, y los pobres que aprovecharon las oportunidades que les brindó la sociedad, como la educación gratuita, y mejoraron su condición.
En el tratamiento de los cuatro tipos de pobreza es clave caer en cuenta que el elogio a la pobreza no les hace ningún favor a los pobres. Por el contrario, los reafirma en ella. En este sentido, tanto la Izquierda como la Iglesia Católica necesitan revisarse. La prédica de izquierda de la explotación de los pobres por los ricos y que, por lo tanto, hay que odiarlos y erradicarlos es falsa y perjudica a los pobres: falsa porque las empresas privadas casi siempre y en casi todos los países pagan mejor y tratan mejor a sus trabajadores que los respectivos gobiernos. Es perjudicial porque desvía la energía que necesita el pobre para salir adelante hacia acciones inútiles como el resentimiento y la venganza. Incluso, si alguien ha sido explotado y marginado, como sucedió en Sudáfrica, Mandela vio claro que vengarse sería muy perjudicial para los pobres porque, al eliminar a los blancos-propietarios, se destruirían los medios de producción y fuentes de trabajo. Los comunistas chinos también lo vieron clarito. ¡Ojo Maduro!
Por su parte, a los católicos les conviene revisar aquello de que… “es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico por la puerta del cielo”. Eso es un disparate que Jesucristo no puede haber dicho porque Dios no puede ser tan cruel como para haber creado una humanidad en la que casi todos queremos ser ricos pero los ricos se van al infierno.
José Antonio Gil Yepes:
prensayradio@gmail.com
@joseagilyepes
Directivo de Datanalisis
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