Es una manifiesta obviedad, que en la actualidad Venezuela muestra una economía deprimida de corte estructural, en el marco de una profunda crisis social y política. Es así, que para finales del 2019 se acumula una contracción económica superior al 65%; es decir que la producción de bienes y servicios se ha reducido en unas tres cuartas partes; siendo que la industria manufacturera está “funcionando” a un 18% de su capacidad instalada (máximo nivel de producción posible). Vale acotar, que al iniciar H. Chávez su mandato, el país contaba con unas 13.700 empresas, y para el IT del 2019 solo ”sobrevivían” apenas 2.500 (muchas en “estado de coma”) en razón a una mortandad que partió en 2004 con un control de cambio que incluyó la dañina sobrevaloración del tipo de cambio; que evidentemente impulsó las importaciones así como la ¡corrupción!.
La permanencia de esa “política monetaria” (¿?) facilitó que en abril año
2020 se cotizara el dólar paralelo en bolívares 138.053,58, lo cual es un precio ”facial” en aras de materializar una dolarización de las transacciones sin que dicha moneda tenga un valor con respecto al bolívar, al tiempo de una ausencia de reservas internacionales; al igual que de la imposibilidad de mantener circulando tan cuantiosa masa monetaria nacional, que se pone en evidencia al conocer que un billete pesa aproximadamente 1 gramo, y por tanto 1 millón (100 paquetes de 100 billetes c/u) tiene un peso de 10 kilos; hecho que, aunado a lo antes expresado, facilita inferir que Venezuela es un país sin moneda , en razón a que el US$ no es la unidad monetaria oficial ni tampoco existe un equilibrio Bs-US$ con una paridad cambiaria determinada y una libre convertibilidad, lo cual en la práctica conforma, sin duda alguna, una suerte de guachafita monetaria, al ser una situación con predominio de un manifiesto alboroto en el marco de un intencional desorden; hecho que facilita concluir que el sistema financiero como tal ”desapareció” para dar paso a una especie de sistema de colchón alimentado por la economía negra, es decir unas actividades no declaradas entre ellas el tráfico de drogas.
Ante tal realidad, puede estimarse para el 2020 una contracción acumulada de la economía (reducción general de los bienes y servicios en el mercado) desde el 2013 de un 95% según el FMI; o lo que es lo mismo el país ha dejado de ¡producir casi todo!.
En simultáneo se generó un aumento de la pobreza (calculada por el nivel de ingresos) desde un 48,3% de los hogares en 2014 a un 73,5% en 2019 ; y un 87%. de la población en condición de pobreza de los cuales más del 25% estaban en situación de miseria extrema (privación definitiva de bienes económicos); en abierta amenaza de conducir al país hacia un definitivo pauperismo(miseria colectiva); siendo que en el presente la nación venezolana ocupa el puesto 176 de 194 países en cuanto al PIB Per Cápita más bajo.
A título de reflexión final, vale mencionar, por una parte, que el régimen con implícito cinismo para continuar con la guachafita creó su moneda digital: Petro; y por otra parte es necesario puntualizar tres aspectos sobre la ”marcha hacia la miseria”:
A.- Fue instrumentada como una estrategia para el sometimiento social;
B.- Las medidas del gobierno de EEUU contra personas del régimen, se iniciaron en 2015 con una Orden Ejecutiva de B. Obama centrada en N. Maduro, y luego desde 2017 unas 100 dirigidas a funcionarios e íntimos colaboradores, mientras que en 2020 emiten Orden de Captura para N. Maduro y otros 15 altos jerarcas;
C.- El coronavirus o virus chino “apareció” en diciembre 2019. En fin, hechos distantes (salvo el A) del inicio de dicha “marcha que “partió” , hace ¡17 años!, que luego fue dinamizada por una recesión surgida el IT 2013; que ¡aún se mantiene!}
Jesus Alexis Gonzalez Ponce
jagp611@gmail.com
@JesusAlexis_Gon
No hay comentarios:
Publicar un comentario