Mientras la ciudadanía acata la cuarentena aún sin tener cómo transitarla, mientras empresarios y comerciantes van a la quiebra sin que el régimen les dé alternativas u opciones, mientras los productores ven perder las pocas cosechas que pudieron sembrar contra viento y marea, mientras el venezolano es abandonado a su suerte en mitad de la peor inflación del mundo, con servicios públicos moribundos, con la inseguridad día a día más feroz, impune y organizada… el chavismo radicaliza su proyecto cubanizador.
Lo hemos dicho, la gran diferencia entre el castrismo venezolano (alias chavismo) con la oposición, es que los primeros no perdonan, caso contrario, la oposición da respiro, titubea. Veremos en las próximas semanas cómo la Asamblea Nacional de facto, la que han denominado “Clap”, la de Luis Parra, anunciará la elección del nuevo CNE con alma roja, posteriormente, este ente pactará elecciones parlamentarias con la falsa oposición de Fermín, Falcón, Timoteo y compañía. Más adelante aprobarán la nueva carta magna, así todas las instituciones psuvizadas harán lo necesario para convertir la Venezuela de élite cívico-militar de hoy en la Venezuela de siempre.
También hemos advertido el régimen asesinó la vía democrática, desde 2017 hizo de los comicios una fiesta electorera del Psuv, denominó “diálogo” a la imposición de sus petitorios, ante la negativa de la oposición orgánica/reconocida, manufacturó una oposición a su medida, con figuras de partidos minoritarios que, en lugar de atacar más de 20 años de atrocidades del chavismo, se dedican sin empacho alguno a atacar a la oposición “reconocida” con mismo discurso oficialista.
Solamente en lo que va de cuarentena van más de 112 casos de violación a la libertad de prensa e información, se arremete criminalmente contra toda protesta, nació el bachaqueo de gasolina con la participación directa de autoridades públicas, ahora la gasolina venezolana es la más cara del planeta ¡claro! los enchufados no hacen cola, no les falta, la obtienen gratis.
En todo esto, la oposición reconocida luce atada de manos, el enemigo de la venezolanidad es desalmado, posee todos los recursos, instituciones y armas del Estado, además, la población se encuentra atemorizada, debilitada… Quedan solo dos opciones: resignarnos, entregar a Venezuela, vivir así para siempre o cambiar de táctica, en más de dos décadas ya se conocen con exactitud cuáles estrategias no funcionan.
Mientras el régimen pide al país entero “pausa” él redobla sus pasos, se sabe amo y señor dentro de nuestras fronteras, sin rivales criollos a su lóbrego nivel, además, recibe apoyo de puntuales colaboradores internacionales de igual cepa. En este escenario nada puede contravenir sus designios, los venezolanos estamos condenados a la sobrevivencia, textualmente.
Así, no existe otro camino. Contra un chavismo día a día más radicalizado se necesita una oposición día a día más radicalizada y no la hay. Para que ello ocurra, deben cesar los partidos, se deben unificar criterios que involucren los sectores nacionales sin exclusión, se debe exigir al máximo todo lo que legal y legítimamente pueda aportar la comunidad internacional. De este modo, el resultante de estas acciones serán planes sólidos, respaldados, factibles.
Cada día que transcurre el chavismo se radicaliza más y más, mientras la oposición no haga lo propio (pero planificadamente) seguiremos obteniendo mismos resultados. Por eso estimado lector, todos esos “seudolíderes opositores” que piden continuar con procesos electorales amañados y pantomimas de diálogos, deben ser vistos como esas mises que piden “paz mundial” en los concursos de belleza, con la salvedad que ellas si lo hacen de buena fe.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
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