domingo, 3 de mayo de 2020

RAUL AMIEL, ARMISTICIO Y PLEBISCITO. LOS DOS LIGADITOS. NO HAY OTRA

Maduro, pidió este martes pasado un "cese al fuego" entre todos los sectores políticos de la oposición para establecer un "gran acuerdo humanitario de salud y paz". O sea un armisticio.

Guaidó por su parte, ha respondido que está de acuerdo en que Venezuela necesita un "cese al fuego" y un "acuerdo político" para salvar el país. Lo cual implica a su vez un armisticio. Subrayado que el acuerdo político debe incluir la salida de Maduro. A mi modo de ver, un plebiscito.

Fundamentalmente usaremos el termino “armisticio” referido a un tratado de regularización del conflicto que signifique el compromiso de ambos bandos de hacer de la querella por el poder algo propositivo, respetando las normas más elementales del derecho de los ciudadanos. Que ya no aguantan mas disputas, deseando vivir en paz y bienestar.

El significado preciso y el uso de los términos ''plebiscito' y referéndum' han variado entre países y a lo largo del tiempo.

En todo caso usaremos el término plebiscito Un sufragio por el cual la gente de un país expresa una opinión a favor o en contra de una propuesta, especialmente sobre una elección de gobierno o gobernante.

En esta crónica de hoy,  me propongo hacer observación de aquellos acuerdos de conciliación como espacios de distensión en medio de una lucha por el poder que se ha prolongado durante mucho tiempo.

En nuestro caso desde el año 2018. Cuando es desconocida la elección de Nicolás Maduro y asume por vía constitucional Juan Guaidó. Por cierto, aun reconocido por mas de 60 países. Donde nos trae a lo insólito de tener dos gobiernos. Uno de facto y otro tratando de hacer valer su condición constitucional. En un careo que hasta ahora parece irresoluto.

Desde un tiempo se viene hablando en nuestro país de la refundación de la República y sus instituciones. Pues ya es hora de hacerlo y que sean las fuerzas vivas de la sociedad quienes decidan lo mas convenientes para sus intereses ciudadanos. El establecimiento de un nuevo marco jurídico y político.

En un momento determinado de su historia en 1980. Uruguay sometió a referéndum la aprobación de una nueva constitución en un proceso donde la oposición prácticamente no tuvo espacio. Se esperaba que el resultado se definiera a favor del "Sí", ya fuera por la manipulación del proceso o porque la población votara a favor por temor a las represalias. Contra todo pronóstico, en Uruguay triunfó el "No". Y aunque el régimen siguió imponiendo el terror en la población a través del exilio, el encarcelamiento y la tortura, el resultado sorprendió tanto a los uniformados, como a la oposición, la ciudadanía y la comunidad internacional. Lo cual, desencadenó el proceso de apertura democrática. Este fue el inicio de las negociaciones entre el gobierno militar y algunos partidos políticos uruguayos para el restablecimiento de la democracia según la Constitución vigente hasta el golpe de estado de 1973; proceso que incluiría las elecciones internas partidarias de 1982, el Pacto del Club Naval y que concluyó con las elecciones de noviembre de 1984.

En chile. Ocho años después, en 1988, y bajo un régimen donde miles de personas habían sido reprimidas, ejecutadas o desaparecidas, la oposición chilena decidió participar en el plebiscito organizado bajo las reglas de Pinochet, que se mantenía en el poder desde el golpe de 1973. Participar en ese plebiscito, constituía un desafío a una regla política bien comprobada: que los líderes no democráticos no pierden las elecciones. Sin embargo perdieron.

En Chile se dio una combinación virtuosa de factores: la democracia liberal vivía un momento de gran prestigio, se generó una importante presión externa contra el régimen de Pinochet y los partidos políticos estuvieron dispuestos a dialogar.

El Armisticio firmado en Trujillo, intentado en nuestra causa libertadora. El Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra enmarcaron, en cierto modo, la transición de la Guerra de Independencia de Venezuela, a la Guerra de Independencia de la República de Colombia. Ambos tratados fueron suscritos no a nombre del gobierno de Venezuela, sino del gobierno de Colombia. La creación de la República de Colombia como entidad jurídica y política, que se había iniciado en el Congreso de Angostura meses antes, vino a recibir el reconocimiento internacional cuando España, por medio de sus representantes, convino en suscribir estos acuerdos con los representantes de Colombia. 

El reconocimiento de la República de Colombia por España fue un paso importante en el reconocimiento del status jurídico del movimiento de independencia, porque por primera vez el gobierno español dejaba de considerar a los republicanos como alzados, insurgentes y rebeldes, que era la denominación que corrientemente se daba a los patriotas, y los aceptaba como legítimos representantes de la nueva nación.

Armisticio fue el alto el fuego que puso fin a las hostilidades entre los Aliados y Alemania el 11 de noviembre de 1918. El Armisticio no puso fin a la Primera Guerra Mundial, pero fue ese acuerdo lo que detuvo la lucha en el Frente Occidental mientras que los términos eran negociados.  Se discutió la paz. El Tratado de Versalles puso fin formalmente a la guerra después de más de medio año de negociaciones.

Llegado a este punto, quiero centrarme en la posibilidad de que si es factible una convocatoria popular con miras de llegar a la resolución del conflicto político que vivimos en Venezuela.

Para ello me voy a enfocar en la experiencia chilena.

El referéndum chileno de 1988, el fin de la dictadura de Pinochet

El pueblo chileno decidió de manera democrática, mediante un plebiscito en 1988, ponerle fin al gobierno del general Augusto Pinochet (1974-1990). Esta fue una de las decisiones más importantes para la historia de Chile, ya que marcó la vuelta de la democracia tras 17 años de férrea dictadura.    El plebiscito se dio en una época convulsa para el país. La constante violación de Derechos Humanos, la persecución política y la crisis económica durante el régimen militar desembocó en una serie de manifestaciones y un gran descontento popular.

La opción del  'No'  triunfó con un 54,71 por ciento, mientras que el 'Sí' obtuvo un 44,01. Perdiendo la dictadura. Finalmente,  se llamó a elecciones  parlamentarias y presidenciales en diciembre de 1989. Dando por finalizada la dictadura de Pinochet y comenzando la transición democrática en Chile.

La singularidad de esta consulta por parte de los opositores fue su modo de enfocar la consulta. Aunque quizás resulte extraño, y esto fue el mérito de los estrategas en comunicación, la campaña no se basó en fomentar el odio hacia la dictadura, en recordar el pasado en busca de respuestas. Por el contrario, los creativos lograron dar una orientación más alegre.  La estrategia utilizada proponía un nuevo paradigma en la comunicación política chilena. El mensaje era muy claro: no queremos volver al pasado, no queremos dictadura, NO MÁS Augusto Pinochet. La campaña del NO transmitió la idea de cambio, de que algo bueno y alegre estaba por llegar e invitaba a toda la población a participar para dar el tan ansiado paso hacia la transición democrática. ¡Chile! la alegría ya viene” no sólo era un cántico hacia la libertad, hacia un nuevo Chile, era el cántico de esperanza y fe liderado en unidad por todas las fuerzas políticas que se oponían a la dictadura.

Afortunadamente, la sociedad eligió y los logros obtenidos fueron inmensos. Con una estrategia comunicacional clara llena de mensajes positivos, de reconciliación, con un Chile plural y sin prejuicios fruto de una amplia alianza de todas las fuerzas vivas de la sociedad.

Nuestra propuesta va en ese sentido. Lograr un armisticio a la confrontación e iniciar una consulta popular. Que el pueblo, el ciudadano de a pie decida.
Ingenua…quizás si. Pero no imposible. Lo mejor de ella, es evitar males mayores. Que a ojos vista están a la vuelta de la esquina. Iniciando un periodo de apertura y de transición hacia la tan ansiada verdadera democracia.

De esto y mucho más estaremos hablando en el Conversatorio Liberal de Caracas. Para el cual, ya tenemos una nueva fecha tentativa. Sábado 6 de Junio.
Y recuerda… Ciudadano en acción. ¡Juntos es Mejor!

Raul Amiel
raulamiel@gmail.com 
@raulamiel

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