viernes, 8 de mayo de 2020

RICARDO VALENZUELA, EL DIABÓLICO AJEDREZ MUNDIAL II, REFLEXIONES LIBERTARIAS, DESDE MEXICO

Si algo positivo ha provocado la aparición de Donald Trump en el escenario político, es haber ubicado en el escaparate global un ancestral problema que muy poca gente conoce y la mayoría no está consciente de su gravedad. A finales del siglo 18, el mundo era regido por las monarquías y la mayoría en sociedad con la iglesia católica. Sin embargo, hubo dos acontecimientos que amenazaban con cambiar la geopolítica del mundo de forma radical. En el mismo año,1776, Adam Smith publicaba su obra “La Riqueza de las Naciones” y las colonias inglesas en América ya independientes publicaban su constitución.

Adam Smith rompía todos los moldes de la economía feudal y abría las puertas al ciudadano común para participar en lo que era bastión de quienes, solo por derecho de nacimiento eran bienvenidos, la creación de riqueza y el conservarla por quienes la creaban. El nacimiento de EU sería el complemento para la receta de Smith. La nueva nación establecía un sistema político que echaba por tierra los principios sobre los cuales se basaba la monarquía. No sería un gobierno de los pocos, era un esquema de gobierno representativo de los muchos. Siguiendo el ejemplo de la nueva nación la llama de independencia cubría el resto del continente y, preocupante para los monarcas, lo hacía desenfundando sus planes para establecer el mismo gobierno representativo. 

Las monarquías de Europa, histéricas ante tal futuro, respondían con una alianza exponiendo el conflicto entre los dos sistemas de gobierno y, sobre todo, la forma en que lo enfrentarían. El Congreso de Verona del 22 de noviembre de 1822, reunió a representantes de Gran Bretaña, Francia, Rusia, Austria y Prusia. España era de los más agitados porque, por la fuerza, le establecían una monarquía en manos de José Bonaparte, hermano de Napoleón. De aquella reunión nació el compromiso para enviar a los Cien Mil Hijos de San Luis a España para que Fernando VII pudiera recuperar el poder. Las naciones de la Santa Alianza, bajo el liderazgo de Metternich, le daban vida a un documento secreto definiendo su plan de acción.  

Tratado de Verona 

Los infrascritos plenipotenciarios, autorizados para hacer algunas adiciones al tratado de la Santa Alianza, han convenido en los artículos siguientes:

1º Las altas partes contratantes, convencidas de que el sistema de gobierno representativo es tan incompatible con el principio monárquico, como la máxima de soberanía del pueblo es opuesta al principio del derecho divino, se obligan solemnemente a emplear todos sus medios y unir sus esfuerzos para destruir el sistema de gobierno representativo en cualquier estado de Europa donde exista, y evitar que se introduzca en los Estados donde no se conoce.

2º No hay duda qué la libertad de la prensa es el medio más eficaz que emplean los pretendidos defensores de los derechos de las naciones en perjuicio de los de los príncipes, y las partes adoptan todas las medidas para suprimirla en sus propios estados, y también en todos los estados de Europa.

3º Estando seguros qué los principios religiosos son los que pueden contribuir más poderosamente a conservar las naciones en estado de obediencia pasiva, que deben a sus príncipes, las partes declaran su intención es sostener en cada uno de sus estados las disposiciones que el clero esté autorizado a ejecutar para mantener la autoridad de los príncipes.

4º Como la situación actual de España y Portugal reúne las circunstancias a que hace referencia este tratado, las partes, confiando a Francia el cargo para destruirlas, le aseguran auxiliarla del modo que menos pueda comprometernos con nuestros pueblos y con el pueblo francés, por medio de un subsidio de veinte millones de francos anuales cada una, desde el día de la ratificación de este tratado y hasta que finalice la guerra.

5º Para restablecer en la Península el estado de cosas que existía antes de la revolución de Cádiz y asegurar el entero cumplimiento del objeto que expresan las estipulaciones de este tratado, las partes contratantes se obligan mutuamente a que se expidan las órdenes más terminantes para que se establezca una perfecta armonía de objetivos entre las potencias participantes. 

Se iniciaba una batalla que perdura hasta nuestros días. Infinidad de guerras se libraron durante los siglos 19 y 20 entre combatientes representando el Poder contra la Libertad. Inglaterra tenía antecedentes desde su Carta Magna de 1215. 

Un documento de rebelión que prometía la protección de los derechos eclesiásticos, la de los 25 barones rebeldes ante la detención ilegal, el acceso a justicia inmediata y abolición de tarifas favor de la Corona. Pero la carta fue anulada por el papa Inocencio III ese mismo año por considerarla injusta y atentatoria contra el divino mandato del rey. 

La lucha continuaría y explotaba la primera guerra mundial. El conflicto terminaba en 1918 con una nueva fisonomía de Europa. Las monarquías de los principales países desaparecían. Cuatro dinastías caían como consecuencia de la guerra: los Romanov, los Osmanlí, los Hohenzollern y los Habsburgo. Tres líderes de países combatientes eran nietos de la reina Victoria de Inglaterra, y otros 5 de países no participantes.  

Esas dinastías no cedían y, en 1954, convocados por el príncipe Bernhard de Holanda, nacido en Alemania y de antecedentes Nazis como oficial de la SS y miembro del “Círculo de Amigos” de Himmler, se reunían en el hotel Bilerberg para formalizar su lucha creando su “Aristocracia de Propósito”. Conocidos como la “aristocracia negra”, con sus incalculables riquezas fijaban la mira contra EU como su guerra de 1810 tratando de recuperar su colonia. ¡Y hay que dejarlo muy claro, la lucha es entre las aristocracias mundiales contra EU, hoy día representado por Trump! Ahora su guerra es distinta, pero con el mismo objetivo, dominio global absoluto. En sociedad con Inglaterra, iniciaban una nueva colonización económica-política del mundo a base de sigilosamente controlar sus gentes y sus gobiernos.

Habían logrado avances en EU con el establecimiento del FED y el impuesto sobre ingresos en 1913, el New Deal de Roosevelt en 1933, y the New Society de Johnson en 1964, puesto que los presidentes que desfilaron, a excepción de Reagan, todos eran graduados de su Instituto para la formación de tiranos, The Council on Foreing Relations (CFR), creatura de los Rockefeller heredada del presidente Wilson. Desde 1945 controlaban el Sistema Monetario Mundial, el FMI, el Banco Mundial, la OMC, los Bancos Centrales. Le agregaban la media global. En estos momentos el CFR tiene bajo su control el 95% de la media mundial incluyendo Silicon Valley.

Ahora pretenden revivir la Monarquía a nivel mundial arrogándose de nuevo un poder ilimitado. Una Monarquía Socialista con reyes, pocos señores feudales, y un enorme mundo de vasallos conducidos hacia la servidumbre dependientes de un sistema de bienestar mundial. Pero inesperadamente se cruzaba en su camino un plebeyo republicano, Donald Trump, un loco que los ha retado y jamás van a permitir se reelija, sin importar el costo. ¡Esta es la batalla que se está librando y es a muerte!

Ricardo Valenzuela
chero@refugioliberal.net
chero.itesm@live.com
chero@reflexioneslibertarias.com
@elchero
Desde Mexico

Los grandes hombres son como las águilas. Construyen sus nidos en una majestuosa Soledad. Porque un alto grado de intelecto tiende a convertir al hombre en un ser antisocial.Arthur Schopenhauer

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