jueves, 11 de junio de 2020

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, ELECTOLOCOS

Como era previsible, el régimen acelera su ruta electoral bajo el control absoluto de las instituciones públicas. Su oposición de bolsillo abonó el camino para que el TSJ, escogido al margen de los procedimientos constitucionales por la última AN roja rojita, “reconociera” a la directiva de Parra como la “legal” aun en ausencia de las pruebas necesarias para determinar el quórum y votación de la sesión parlamentaria que les invistiera como junta directiva. Además, esa misma “oposición” le abrió el camino para que ese TSJ se autoconfiriera la designación del nuevo CNE bajo una supuesta omisión legislativa cuando ese órgano judicial hace un par de años ratificó en sus cargos a los rectores ¿?

En consecuencia, tendremos otro CNE con alma roja, otro procedimiento electoral donde el chavismo impone partidos, candidatos, electores y resultados… tendremos otra elección donde la abstención será la indiscutible reina.

¿De qué vale votar? Pues en nada, desde 2007 toda elección que desfavorece al chavismo el régimen recupera los espacios perdidos a la fuerza, imponiendo leyes que restan competencias, facultades, destituciones, inhabilitaciones, imponiendo “protectores” y desacatos a los espacios de poder que el pueblo le quita, incluyendo la Asamblea Nacional 2015 órgano más importante en una democracia so pena de haber sido el poder público más votado de toda nuestra historia.

Tras criticar su interesada visión “electoral”, Ochoa Antich en un tuit nos respondió que “quería ver al régimen quitándole competencias a un presidente electo” a lo que respondimos (a él y a quienes creen en la misma insania electorera en condiciones mínimas) que el régimen no solo es capaz de restarle todas las competencia y facultades a un nuevo presidente, pues sí lo hizo con la AN, repetimos, el poder más importante en una democracia, lo ha hecho con las alcaldías, gobernaciones, sindicatos y todo cuanto signifique decisión popular opuesta a él, la desinstitucionalización roja rojita le restará absolutamente todo a quien sea para retener el poder a todo costo… lo ha demostrado hasta la saciedad.

Un proceso electoral debe ser cuna de decisiones tendentes a solucionar problemas y potenciar fortalezas, desde 2006 cuando se anuló de forma villanesca el revocatorio, el chavismo se hizo inmune a los deslices electorales, sencillamente decidió manufacturarlos a la medida, desde ese momento aparecieron las sanciones, son consecuencias al accionar inconstitucional e ilegitimo del régimen, no son las causas del empeoramiento de lo que ya venía mal desde hace muchísimos años.

Otro proceso electoral en Venezuela bajo mismos parámetros de 2017 en adelante no valdrá absolutamente de nada, el régimen continuará llenando las páginas y noticieros con sus “hazañas electorales” para mirarse el ombligo entre su remanente social cautivo a la fuerza y furtivos aliados internacionales, mientras sumará otro poder desconocido para los demócratas del país y del mundo.

Mientras “el show debe continuar”, el país marcha cada vez más aprisa hacia su destrucción. Ningún proceso electoral en Venezuela servirá de algo hasta que la constitución y la democracia retornen al país permitiendo instituciones públicas apegadas a la ley, no al Psuv. No es una opinión, es una realidad demostrable empíricamente infinidad de veces. 

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango

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