En primer lugar quiero aclarar, no a los lectores en general sino al gobierno de Nicolás Maduro, que la política internacional no responde a los intereses del gobierno de turno sino a una política del Estado. Que el Estado, como forma de organización político social, no contiene sólo al Gobierno, como autoridad, sino a sus ciudadanos que compartimos una misma conciencia, intereses, valores, principios… y que como resultado de milenarias luchas, aunque no lo entiendan, tenemos Derechos. Y además, que La Sociedad venezolana comparte los principios del mundo democrático y no los del mundo autoritario.
Digo esto porque sistemáticamente ha confrontado a todos los gobernantes que han osado criticar o censurar, así sea de la manera más nimia o tangencial, los actos que lesionan la democracia en el país. Comenzó en el 2006 con el entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez, cuando salimos de la Comunidad Andina de Naciones (CAN); en el 2017 fuimos expulsados del Mercosur y Estados Unidos cerró su Embajada Norteamericana en Venezuela; en el 2019 se retira de la Organización de Estados Americanos (OEA); siempre invocando el principio de la no intervención y de soberanía nacional como escudo con el cual pretende tapar los abusos y violaciones a nuestros derechos civiles.
Ahora expulsan a la Unión Europea. Acto que no es sólo ordenar que la una brillante y destacada Diplomática de carrera como lo es Isabella Brilhante Pedrosa, salga del país en 72 horas, no, es también, cerrar relaciones con los 28 países que la conforman.
Un escudo institucional que protege a unos funcionarios que han sido sancionados por diferentes países, pero no por cualquier cosa, es por: lavado de dinero, tráfico de influencia, cuentas multimillonarias que no pueden justificar… o por ejecutar acciones que lesionan la democracia, como las sentencias 157 y 158 del Tribunal Supremo de Justicia a través del cual el Poder Ejecutivo asumió competencias legislativas o el asalto a la Asamblea Nacional… acciones contrarías a la moral y a los valores de los venezolanos. Repugna cómo estos revolucionarios, amigos y familiares se dan la gran vida de multimillonarios fuera del país con el dinero de nuestros hospitales, carreteras, escuelas… y que al mejor estilo del Erudito de la Carcajada, no se pueden tocar porque son unos ángeles que “andan por el mundo buscando beneficio para los venezolanos”.
Nada de esto es causal responde a una política dirigida, no desde Venezuela, a controlar el mundo por el hambre, el miedo, la miseria, la ignorancia… países como Rusia, China, Cuba, Siria, Irán, Nicaragua o México, donde gobiernan las mafias, carteles… se han conformado en el mundo autoritario, que utilizan la democracia, la ideología, comunista o liberal, para someter las instituciones y a la sociedad a su yugo.
Señores, es necesario entender que aislar a Venezuela del mundo democrático es una política del autoritarismo. Verlo así nos da fuerza para, quienes compartimos los valores y principios democráticos, combatirlo efectivamente.
Carlota Salazar Calderón
Carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar
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