A quien le parezca injustificado el título, le sugiero reflexionar sobre lo que sucede en la Argentina castro-chavista, se trate de la liberación de peligrosos delincuentes, los banalizados asaltos y asesinatos de policías, las relaciones exteriores y las idas y vueltas en materia de derechos humanos, los inmundos ataques a la Corte Suprema y la persecución a jueces y fiscales no condescendientes, los agravios permanentes a la ciudadanía que reclama libertad y justicia, la absurda pérdida del año lectivo y la sumisión ante los ideologizados gremios docentes, la discriminación y castigo fiscal a provincias y municipios opositores, el verdadero apocalipsis que la cuarentena eterna y notoriamente fracasada -pero útil para los designios de empobrecimiento general y sometimiento social- ha desatado sobre la economía, la inflación y la maxi-devaluación del peso, la caída en el poder adquisitivo, la catástrofe cotidiana de la inseguridad, la proliferación del narcotráfico y la pérdida irremediable de empresas y empleos.
Lo acontecido esta semana permite verificar cuán alejada está la agenda del poder de las necesidades y preocupaciones de la ciudadanía. Mientras la población padece tan terribles calamidades, todos los esfuerzos del Gobierno canalla se concentran, exclusivamente, en obtener la impunidad de los cuantiosos delitos cometidos por la asociación ilícita organizada por Néstor Kirchner y encabezada, tras su muerte, por Cristina Fernández. Hoy, cuando el Banco Central carece de divisas para enfrentar la crisis y el déficit fiscal se ha ido a la estratósfera, conviene pensar que, si estos ladrones devolvieran aunque fuera parte de las enormes fortunas que acumularon, alcanzaría para solucionar esos problemas. La hiper Vicepresidente, por su parte, no ha dicho una palabra sobre la pandemia y sus víctimas, como tampoco lo hizo cuando se produjo el incendio de Cromañon o las inundaciones de La Plata, la magnitud de cuya consecuencia en vidas fue ocultada por el ex Gobernador Daniel Scioli y bailó en la Plaza de Mayo mientras en Córdoba morían decenas de personas en una acción revolucionaria porque demoró en enviar fuerzas federales.
En cambio, sus lenguaraces, los diputados Vanesa Siley y Leopoldo Moreau, denostaron al Presidente -Carlos Rosenkrantz- y a los restantes miembros de la Corte Suprema, acompañados por Marcela Losardo, Ministra de Justicia, llegando a pedir su juicio político. En la medida en que aún no ha fallado sobre el per saltum interpuesto por los magistrados perseguidos y los jueces supremos mantienen hermético silencio sobre sus intenciones, sólo la advertencia de juristas serios (alguno debe haber) que militen en las filas del Instituto Patria sobre la alta probabilidad de un resultado negativo para los intereses de Cristina Fernández pudo haber producido una inquietud tal que justifique estos ataques, consentidos por el canalla que hace como que preside la República.
Pivotando sobre la lealtad de algunos magistrados federales que integran el colectivo "Justicia Legítima", que el Senado se encargó el jueves de incrementar con 38 nombramientos de jueces y fiscales militantes, los gangsters intentan demoler la "Causa Cuadernos"; como sostuvieron que las anotaciones del chofer Oscar Centeno eran fotocopias hasta que aparecieron los originales, ahora pretenden que, como las confesiones de los empresarios y funcionarios que reconocieron haber pagado y recibido coimas no fueron grabadas, las declaraciones de esos "arrepentidos" son nulas, olvidando que las mismas fueron pasadas en actas firmadas por ellos y los abogados que los asisten.
El Gobierno canalla cede territorio nacional y tolera y hasta patrocina las invasiones de predios militares y parques nacionales y los desmanes contra propiedades particulares que los falsos mapuches están produciendo en el sur argentino, mientras desconocen al Estado nacional y sus leyes. A la vez, incentiva por motivos electorales la ocupación de terrenos públicos y privados en la tercera sección de la Provincia de Buenos Aires, que rápidamente se transformarán en nuevas villas de emergencia pobladas de narcotraficantes, muchos de ellos extranjeros, que serán semilleros de votos para el Frente de (no) Todos.
La opinión pública, medida indiscutiblemente por los mercados, no cree en el Gobierno canalla e incapaz, y eso preocupa, y mucho, a los caciques peronistas de todo el país, sean políticos o gremiales; la inocultable presión de La Cámpora sobre todos ellos para acceder a más resortes financieros y de poder puede generar, en muy breve plazo, conflictos intra-oficialismo de enorme violencia, tal como sucediera entre 1973 y 1976, cuando el país fue ensangrentado por la lucha armada entre las distintas facciones. La presencia de terroristas montoneros (Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía, entre otros) en la defensa de los falsos indios y de los invasores de Guernica, tiende a confirmar esta trágica hipótesis aunque, a diferencia de entonces, hoy la falta de ideología esté suplida por las milicias del narcotráfico y el "Vatayón Militante"
El lunes 12, a las 1700 hs., todo el país "de los malos" volverá a salir a las calles de todo el país para reclamar por los avances contra la libertad y la República del gobierno canalla, a exigir que cesen los ataques a la Justicia, que los corruptos que han saqueado el país hasta dejarlo exánime paguen sus crímenes y que la Argentina deje de ser "el reino del revés".
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