La orientación de los políticos, empresarios y ciudadanos debe cambiar de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba… Necesitamos valores y principios cristianos, con los cuales retornemos a un País bien Gobernado, Gerenciado, Administrado y Operado para el BIEN COMUN de todos y respetar la forma de pensar de todos, permitir que todos los ciudadanos participen en partidos políticos y elecciones libres. Hay que erradicar el Fraude, el abuso de Jueces, Registros, Notarias, Fiscalías, Gobernaciones, Alcaldías y Funcionarios Públicos.
Es recomendable y útil actuar y estar basados en los valores del humanismo cristiano y no imponer a estos como obligación política electoral, sino como referencia conductual para la buena vida común, solidaria, convivencia comunitaria y social. Estos principios empapan nuestras acciones diarias con el objetivo de formar a personas capaces de conformar una buena sociedad. De alguna forma, damos lo que hemos recibido. Y los valores de la formación humana nos acompañan en la vida, como profesionales y como personas, allá donde actuemos y vayamos.
El filósofo francés Jaques Maritain desarrolló la corriente de pensamiento que conocemos como el “humanismo cristiano”. Esta corriente se centra en el desarrollo integral de las personas basado en los valores cristianos. A continuación, analizamos los tres grandes principios que sustentan el humanismo cristiano:
La Dignidad
Este sería el primer valor: la dignidad. El ser humano es hijo de Dios y está hecho a su imagen y semejanza. Y de este hecho, brota su dignidad y su inviolabilidad. Esto significa que el ser humano tiene una serie de derechos fundamentales adquiridos desde el momento de la concepción hasta la muerte.
La Libertad
El segundo valor del humanismo cristiano es la libertad. Las personas somos libres y, en ese sentido, podemos orientar nuestra vida como deseemos. Llegados a este punto, conviene tener en cuenta que la libertad no es hacer lo que uno quiera, sino querer lo que uno hace. La libertad no es aséptica, tiene una orientación hacia el bien.
Esta libertad de la que hablamos nos la da Dios y nos la damos también entre nosotros. Por eso estamos llamados a salvaguardar y a potenciar la libertad de los demás.
La Solidaridad
El tercer valor del humanismo cristiano es la solidaridad. No somos personas individualistas creadas para vivir solas y aisladas; sino en comunidad. Y esto significa que el límite de libertad propia es la libertad de los demás.
La fraternidad que el humanismo cristiano propone y brota de un hecho: no hay hermanos sino hay padre. Nosotros somos hermanos porque consideramos que tenemos un mismo padre, Dios. Y eso es lo que nos hace dignos, libres y hermanos de los demás.
“Caín, ¿dónde está tu hermano?” Es una pregunta fundamental para entender que no podemos desentendernos de los demás, pues somos responsables de ellos.
A grandes rasgos, estos son los tres valores del humanismo cristiano:
⦁ Dignidad porque somos hijos de Dios
⦁ Libertad para hacer el bien
⦁ Solidaridad y fraternidad porque somos hijos del mismo Dios y eso nos hace responsables unos de otros.
Todos caminamos en búsqueda de la felicidad, quizás si tomamos conciencia de que tenemos dignidad, de que somos libres y de que vivimos en comunidad, hallemos el camino. En lo que salgamos de la Dictadura Chávez/Maduro debemos estar convencidos de que una formación integral para la convivencia, el trabajo, solidaridad y el bienestar de todos… permitirá avanzar más rápido en SALVAR A VENEZUELA con un GOBIERNO Y COGOBIERNO de todos para el DESARROLLO Y FIN DE LA POBREZA.
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