No
hay, ni habrá, nación perfecta, aunque los nórdicos exhiben una calidad de vida
de ensueños, ellos tienen sus “asuntos”, sin embargo, la presión ciudadana
sobre sus gobernantes ha sido tan fuerte e incesante que, lo mejor de todo,
hicieron sucumbir a las ideologías, es decir, a pesar que los partidos sigan
denominándose de izquierda o derecha ello es solo nomenclatura histórica o por
tradición, en la práctica todos atienden las necesidades reales y sentidas:
salud, educación, empleo, impuestos, etcétera.
Para
los nórdicos los procesos electorales son de altísima abstención, porque el
nivel de satisfacción para con sus políticos es tan alto que sienten gane quien
gane mantendrá su estatus/calidad de vida. Al contrario, cuando un proceso
electoral experimenta niveles altos de participación es porque las cosas no van
tan bien.
Pero
no nos vayamos tan lejos, aquí en nuestro continente sudamericano las naciones
también poseen un elevado concepto democrático, al menos mucho más que en
Venezuela. En Bolivia los bolivianos no permitieron el golpe de Estado de Evo
quien forzó otra reelección incumpliendo la Constitución, una sentencia del TSJ
y un referéndum consultivo, el ejercito del altiplano interpretó el malestar de
los ciudadanos en la calle y, aunque lo dejó escapar, al menos lo destituyó.
Sea
como sea, cada nación es distinta, única. La abstención en Venezuela, contraria
a la Europa nórdica, es demostración de insatisfacción, rechazo e inconformidad
con toda institucionalización reinante, más bien, desinstitucionalización.
Aunque se ha marchado, protestado en todas las formas, la ausencia de
democracia impide sea respetada o impuesta la real voluntad de los venezolanos.
Ojalá,
este 2021sea un año definitivo para Venezuela, que tras el más arduo
sufrimiento impuesto los ciudadanos sepamos comprender que, más allá del axioma
“en la unión está la fuerza”, los gobernantes son el exacto reflejo de la
sociedad. Nuestro país necesita cambiar de rumbo, de destino, pero nada de eso
ocurrirá sino cambiamos radicalmente nuestra concepción de política.
Los
venezolanos debemos comprender que la política no es un juego ni un
entretenimiento, es la herramienta por excelencia de la ciudadanía para mejorar
o desmejorar su calidad de vida. En cada elección se debe anteponer la
experiencia, la honorabilidad de los candidatos, su habilidad para conformar
equipos, si no es así cada proceso electoral será un espaldarazo al desastre.
Una nación no es más democrática por el numero de elecciones que realice, fijémonos en Venezuela, más de 25 elecciones en 22 años y nunca había estado tan terriblemente mal como hoy. Una nación es más democrática cuando la ciudadanía hace temblar a los gobernantes ¡No al revés! Cuando se escogen los candidatos por su experiencia, no por su verbo, cuando en lugar de promesas y exclusas se valora la realidad, los hechos, las gestiones. Aprovechemos estas fechas para reflexionar sin olvidad que no importa que época del año sea, la política no descansa.
Leandro Rodríguez Linárezleandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela
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