¿Por qué falsa oposición? No olvidemos, lo más
importante que debe poseer una nación democrática es su institucionalidad, es
decir, el apego irrestricto de las instituciones del Estado a la ley y ello en
Venezuela no ocurre desde época de Chávez.
Asimismo, el voto es la herramienta
ciudadana/democrática por excelencia, cuando pierde algunos de sus atributos
(premiar, castigar, generar cambios) entonces señalamos el voto es nulo, votar
o no votar es igual, siempre termina imponiéndose el régimen gane o pierda, así
la democracia muere, lamentablemente, es lo que acontece en Venezuela, la
desinstitucionalización aniquiló el voto, la democracia.
Ahora bien, en 2015 los venezolanos arrebataron
la Asamblea Nacional al chavismo, su rechazo era/es indomable, por tal motivo
lo electoral dejó de existir, al menos democráticamente. Es decir, a partir de
esa fecha las instituciones rojas se vacunaron contra la voluntad popular de
una manera mucho más infalible que simplemente anular los espacios que vaya
perdiendo. Se evadió absurdamente, jurídicamente hablando, el revocatorio 2016
y desde 2017 realiza procesos electorales donde impone partidos, candidatos,
electores y, según la misma Smartmatic, impone los resultados que le plazca.
Una oposición real sería incapaz, repetimos,
incapaz de prestarse para procesos electorales en condiciones tan absurdas como
las que presenta hoy la nación. Hay que deslastrarnos de vicios refraneros que
pregonan “en política los espacios vacíos los llena otro” o “hay que votar
siempre bajo cualquier circunstancia”, esto estimado lector son realidades
aplicables solo en democracia, cuando se enfrenta a un régimen como el chavismo
esos refranes son tretas caza-bobos.
¿Qué hacer? Es allí el gran dilema, lo único
cierto e inequívoco es que votar sin institucionalidad es absurdo, al
contrario, la abstención se ha convertido en la herramienta ciudadana-pacífica
que más reveses le ha dado al régimen durante toda su existencia, toda vez que
le arrebató todo vestigio de legalidad y legitimidad internacionalmente, amén
de otros certeros estragos.
La condición de Venezuela es crítica, requiere
de hombres y mujeres capaces, aguerridos, con un amplo concepto democrático.
Así, nos preguntamos ¿Qué criterio ético y moral puede tener un político para
asumir un cargo público sí acepta/permite la destructiva desinstitucionalidad?
Obviamente, posee criterios mínimos, casi nulos, en consecuencia, con “lideres”
como estos lo otro que también es cierto e inequívoco es que los cambios son
imposibles, son abonos para el continuismo, para el empeoramiento de lo que ya
hoy es insufrible.
En lo sucesivo, no habrán más elecciones,
mientras no retorne la constitucionalidad y la democracia al país, lo que habrá
serán abstenciones.
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela
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