"Dos destacados expositores de la doctrina, E. de -Girardin y Menier fundamentan entusiastamente esta corriente, afirmando el primero: I* Este impuesto compele a los capitales a circular y a buscar los empleos lucrativos; 2' El alcanza y grava la riqueza consolidada, y no- aquella en formación; 3' Grava ciertas manifestaciones de la fortuna, que el impuesto sobre las rentas, por su naturaleza misma, deja forzosamente de lado."[1]
En el
caso, como queda dicho, los tres puntos con falsos de toda falsedad. El capital
no circula por el impuesto, sino que -al contrario- deja de hacerlo, ya que el
impuesto va comiendo trozo a trozo parte de ese capital. La única circulación
que cumple el capital en este caso es que circula de las manos de su dueño a
las manos del burócrata que lo recauda. Y este lo usa para sus gastos
personales, familiares, de amigos o partidarios, clientelismo político,
electoral, etc. En todo ese trayecto, el capital (que solo es capital en manos
de su propietario y no de terceros) dejó de ser capital. Simplemente se
dilapidó.
La
riqueza jamás está "consolidada", sino que es dinámica si el mercado
es libre. Cuando el mercado se interviene lo único que se consolida es la
pobreza de la masa de consumidores y trabajadores y la riqueza de la burocracia
parasitaria gobernante y su "corte" de sub-parásitos.
Y en
cuanto al punto 3 es cierto, y precisamente por ello es el más dañino de los
impuestos, ya que descapitaliza más, con lo cual habrá menos salarios y menos
fuentes de trabajo, las que existen y crecen gracias al capital. Sin este no
existirían.
"Los
fundamentos que nos dan los partidarios del impuesto sobre el capital, aparecen
a veces convincentes, pero, como sostiene acertadamente Ruzzo, no se pueden
conceptuar propiamente como una doctrina: puede hablarse de impuesto sobre
algunos capitales, pero no propiamente de un impuesto sobre el capital; menos
con la extensión que le asignan los propiciadores. Cabe reconocer, por lo
demás, que no existe en la actualidad una teoría general del impuesto sobre el
capital, porque tampoco rige en ningún país civilizado un sistema financiero de
tal Índole. "Los financistas que han sostenido esta imposición —dice el
nombrado economista argentino—, como general, pretendieron darle este carácter
aduciendo que no hay ninguna persona en la colectividad social desprovista en
absoluto de algún bien que pueda ser objeto de un gravamen. En el estado actual
de la ciencia y ante las doctrinas económicas y políticas imperantes, tal
concepto no es admisible ni justo, porque bien se sabe que de acuerdo al
principio de la exención del mínimo necesario para la existencia, no se podría
exigir impuesto a los que tienen tan sólo lo indispensable para la vida, a la
vez que la concentración de la riqueza, aleja cada vez más los capitales de las
clases pobres, lo que conduce a algunos economistas, si bien avanzados, a
encontrar en unión positiva el progreso y la miseria."[2]
Comienza
esta cita con algunas cuestiones de tipo académico que a nosotros (que
encaramos este trabajo desde un punto de vista teórico-practico) no nos
interesan. No nos parece tan importante encontrar la definición
"perfecta" del impuesto, ni cual podría ser el más
"conveniente" sino sus efectos prácticos desde el punto de vista
económico, que no es otra cosa que el bienestar de las personas en su
totalidad, y no la de algunos sectores a costa de los demás.
Que no
existieran impuestos directos sobre el capital no significa que este no se vea
alcanzado por los indirectos, ya que incluso esta distinción entre directos e
indirectos es también una creación de tipo académico y no más que eso. El
impuesto es un despojo -en suma- y sea directa o indirectamente la realidad es
que en él hay un expoliado y un expoliador, alguien que ha perdido (el primero)
y alguien que ha ganado (el segundo) este es el hecho que se encuentra en la
base de todo impuesto, y toda teoría que se articula para procurar disfrazar o
desmentir este hecho es simplemente no otra cosa que una "cortina de
humo" para ocultar la circunstancia cierta de que ha habido un robo al que
se le pretende cambiar el rótulo de "robo" por otro más bonito o
elegante (impuesto). Obviamente, el jurista que no se ha adentrado ni siquiera
asomado a estudios económicos más profundos no puede entender lo que decimos.
Los
"financistas" (como se los llama en la cita) son estatistas, y como
tales resulta obvio que quieren imponer todo a todos, tengan o no tengan
recursos. Como estatistas -en última instancia- son totalitarios, y con esa
mentalidad, no pueden tolerar ni admitir que alguien posea "algo" que
ellos no tienen, y por lo tanto ¿quién mejor que el gobierno para quitarles a
los propietarios y dárselos a ellos impuestos mediante? Según su punto de
vista, no existe nada mejor para ellos que esto, porque si le damos una pincelada
de "legalidad" nadie podrá objetarnos nada. Y en este sentido,
podemos decir retrospectivamente que les ha ido bastante bien con esa
estratagema.
En
rigor, frente al impuesto, y desde el punto de vista económico, no rige ningún
"principio de exención": todos pagamos impuestos (algunos más, otros
menos, pero todos los pagamos).
Precisamente,
lo diabólico del impuesto es que también afecta a aquellos "que tienen tan
sólo lo indispensable para la vida" por mucho que una o más leyes los
"exminera" del pago de los demás impuestos, ya que ninguna ley
conseguirá hacerlos escapar de su condición de "contribuyentes" de
hecho (ya no de derecho). Algo que el jurista ignorante de economía no podrá
entender hasta que la estudie.
Y el
súmmum de la ignorancia llega en la frase final, ya que no hay sistema fuera
del capitalismo para evitar “la concentración de la riqueza" que tanto
preocupa a todos. No pueden entender que el capitalismo dispersa la riqueza
transfiriéndola a los más pobres, aumentando salarios y creando fuentes de
trabajo, y que -por el contrario- el mayor concentrador de riqueza es el fisco,
justamente porque es el único que puede apoderarse de la riqueza ajena por
medio de la ley (impuesto) facultad que ningún capitalista tiene a su alcance.
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
http://www.accionhumana.com/2020/11/la-obsesion-fiscal.html
Argentina
http://www.accionhumana.com/2020/12/el-capital-es-el-enemigo.html
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