La joven Ashli, 32 años, era considerada por su familiares y amigos como una gran patriota.
No
me digas otra cosa, no banalice más la brutalidad de los hechos, que como
pudimos observar en los videos, es un crimen que tipifica en la categoría de
asesinato. Una ejecución a quemarropa; simplemente, un frio, calculado y
cobarde asesinato de la activista prodemocrática Ashli Babbitt. Ella murió
durante la protesta de la marcha a Washington, DC (WDC), el 6 de enero de 2021,
convocada por el presidente Donald Trump, para condenar las irregularidades y
fraude de las elecciones de noviembre 2020, que derivó espontáneamente en el
ingreso de una multitud en el Capitolio, sede del Congreso de los Estados
Unidos de América.
La
joven Ashli, 32 años, era considerada por su familiares y amigos como una gran
patriota. Veterana exmilitar que sirvió en el ejercito de la los EEUU, en su
Fuerza Aérea durante 14 años y estuvo en operaciones en Afganistán, Irak y
Emiratos Árabes Unidos. Su amor patrio le hizo una defensora de la América
libre y constitucional y por esos principios entregó su vida. ¡Qué ironía
del destino!, combatir en países extranjeros por esos principios libertarios y
morir exigiéndolos para su gente en su propio país.
La
entrada y permanencia en el Congreso por la muchedumbre, en su gran mayoría no
uso la violencia, incluso los que usaron la fuerza de la ira para poder entrar
en el Capitolio, no observe en ellos la cólera enajenante de los múltiples y
desastrosos motines desencadenados por Antifa y BLM. Esto estuvo muy alejado de
las falsas comparaciones, al afirmar en leguaje engañoso que los sucesos de
del 6 de enero en el Capitolio eran igualados a la invasión de los británicos
a la capital estadounidense y quema del Capitolio, 1814, o la noche de los
cristales rotos en Alemania nazi, 1938. Y mucho menos asegurar que estas
personas son terroristas.
Breve
comentario sobre aquellas realidades históricas
La
quema del Capitolio estadounidense. Los ciudadanos entraron en pánico y muchos
ya se habían marchado cuando el ejército británico invadió y ocupó la
ciudad de Washington, durante la guerra angloamericana (1812-1815). Las tropas
británicas deciden quemar los edificios del gobierno y así ocurre con la Casa
Blanca, poder ejecutivo, y el Capitolio, poder legislativo. Este último aún
estaba en construcción. Las llamas ardieron poderosamente que en la noche se
observaban a muchos kilómetros de distancia; ambas edificaciones federales quedaron
en ruinas. La mansión ejecutiva la pintaron de blanco y comenzó a llamarse
Casa Blanca y el Capitolio lo convirtieron en una majestuosa y bella
edificación.
Noche
de los cristales rotos, una serie de linchamientos y ataques a la propiedad de
judíos en Alemania y Austria, entre ellas más de 1000 sinagogas quemadas,
durante los días 9 y 10 de noviembre de 1938. Costó la vida de 91 judíos y
30 000 detenidos y deportados en masa a los campos de concentración. Incitado
y dirigido por los nazis, su elite del partido y policiaca, tras la
justificación de la muerte en París de su embajador por un judío alemán.
Este pogromo es el paso previo del inicio de la Solución Final y del
Holocausto judío.
Las
realidades históricas descritas en el párrafo anterior ninguna coincide con
las protestas pacíficas reciente en WDC. Un aislado y pequeño grupo uso la
fuerza para abrir las puertas del Capitolio después de ser invitados por las
autoridades custodias del edificio. Muy pocos activistas estaban armados,
quizás para defenderse de los maleantes en el camino de sus casas al DC y
viceversa. Lo cierto es que las cuatro horas de su estancia en el edificio
legislativo ninguno las usó para disparar ni amenazar. El único disparo fue
realizado por el custodio oficial a la joven
Ashli
Babbitt. Tampoco hubo destrucción de las estatuas ni de las pinturas ni otro
valor patrimonial. Las turbas no se comportan así y muchos menos los
terroristas.
En
realidad, los manifestantes, con sus iras contenidas ante su convencimiento del
robo masivo de las elecciones y el desprecio de las instituciones de apoyarse
en la ley para legitimación de la injusticia, el ocultamiento de la verdad y
no escuchar las demandas mínimas para sentirte ciudadano y parte activa de la
nación. Estos oyeron palabras despreciativas y prepotentes de los líderes de
Congreso, quienes no aceptarían de ningún modo una comisión mixta de
legisladores y juristas para investigar en pocos días tal situación. Tal
parece que el Capitolio dejará de ser el símbolo de libertad y se convertirá
en el abominable Kremlin bolchevique.
Babbitt
y sus acompañantes al Capitolio evocan el ideario de libertad, la decencia y
dignidad de patriotas como John Brown, sus hijos y amigos abolicionistas, en su
última acción en el arsenal de Harpers Ferry. Sin embargo, Ashil me recuerda
más a Henry David Thoreau, cuando aceptó con gusto su encarcelación por
enfrentar y no entregar su impuesto a un estado esclavista. Brown y Thoreau
fueron figuras polémicas por sus acciones justicieras, que con los tiempos sus
posiciones fueron reafirmadas como patrióticas y libertarias. Hoy en el
Capitolio y la Casa Blanca son honrados como héroes de la nación.
Por
supuesto, lamento la muerte del oficial de la policía, Brian Sicknick, quien
cayó en cumplimiento de su deber. También las de los otros ciudadanos que
sucumbieron durante las protestas. Estas son situaciones que ocurren cuando se
censura la libertad de pensamiento, en especial la libertad de expresión y de
hablar.
Aún
quedan pendientes los casos enviados por el equipo legal del Presidente y el de
Nosotros El Pueblo a la Corte Suprema, espero que actúen con patriotismo y
adherido al derecho constitucional y no en los intereses personales; sino
presidente Donald J. Trump, será hora de ser lo que es Ud. De los que ha
perfeccionado en estos cuatro años, como persona, estadista y héroe. Es hora
de ser Trump y liberar la verdad para pasar “De la oscuridad a la luz” y
resaltar Ashil Babbitt como un resplandor perenne de libertad y resistencia a
las injerencias de las dictaduras globalistas del socialismo y sorosismo en
EEUU y evitar el Nuevo Orden Mundial.
lanuevanacion@bellsouth.net
@oscarbiscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
Cuba
https://www.diariolasamericas.com/opinion/ashli-babbitt-una-soldado-la-libertad-n4214127
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