El sofisma de la rebelión en Colombia utilizado por
las Farc y el Eln durante el prolongado conflicto para justificar sus actos
terroristas en contra de la población, muestra indiscutiblemente falta absoluta
de validez jurídica, política e ideológica, sin embargo cabalgando sobre la
ignorancia y la terquedad la narcoguerrilla insiste en el asunto para exculpar
sus crímenes, que según un fallecido exmagistrado de la Corte Constitucional se
justificaban por el altruismo, o sea el todo vale; pero no para solucionar las
necesidades de los pobres, si no para tomarse el poder como enseña el marxismo
leninismo y montar una dictadura en contra de las masas. También al supuesto
derecho a la rebelión, el narcoterrorismo le adicionó a su aventura comunista
totalitaria lo de la lucha en contra de la doctrina de seguridad nacional.
La doctrina de seguridad nacional tuvo presencia en la
región latinoamericana en el contexto de la guerra fría, en donde se legalizaba
la toma del poder por parte de los militares, para contrarrestar la subversión
prosovietica propiciada por el Kremlin a través de Cuba, por eso hubo
dictaduras como la de Pinochet en Chile, Alfredo Stroessner en Paraguay, Juan
María Bordaberry en Uruguay, Hugo Banzer en Bolivia, y Anastasio Somoza en
Nicaragua, entre otras, no mencionábamos la dictadura de Videla en Argentina
porque fue muy afecta a los gobiernos de Cuba y la Unión Soviética.
Además los cabecillas de las Farc(que también llaman
disidencia) han alegado el derecho a la rebelión, que fue incluido en los
Derechos del Hombre y el Ciudadano de la Revolución Francesa y es reconocido
por las Naciones Unidas, pero en el caso de Colombia eso no existió ni existe,
porque ello sucede cuando hay un gobierno ilegitimo, resaltando que el partido
comunista creador de las Farc, ha participado prácticamente en todas las elecciones
desde que se fundó.
Entonces la perorata de la rebelión en Colombia en las
ultimas décadas, es una falacia de la guerrilla marxista para justiciar su
vesania, porque la democracia colombiana ha sido imperfecta, pero persistente,
para que los ciudadanos puedan vivir en concordancia con la libertad y la ley,
ya que en el país no se ha conocido una autocracia como las que existen en los
regímenes comunistas totalitarios verbi y gracia los Castro en Cuba y el
chavismo en Venezuela.
Cuando se busca culpar por parte de la narcoguerrilla
al Estado colombiano como el responsable del conflicto, no se invocan las
barbaridades marxistas leninistas, que mandan destruir al Estado existente para
que sobre sus cenizas brote uno nuevo, manejado por el comunismo totalitario,
de ahí que en el país no se puede hablar de crímenes de Estado, porque eso
ocurre únicamente cuando existe una dictadura que emplea los tres poderes como
sucede en Cuba, Norcorea, China, Vietnam y de hecho en Venezuela, pero en
Colombia ha habido independencia de poderes no obstante las variadas
dificultades, que conocemos comúnmente como choque el trenes; en ese orden de
ideas está demostrado que los crímenes de Estado existen únicamente en
regímenes despóticos que monopolizan totalmente el poder, y lo que ha habido en
Colombia por sucesos aislados son crímenes de agentes de Estado.
Para que hubiera el derecho a la rebelión, este debió
haber sido reconocido por el Consejo de Seguridad de la ONU, (ese organismo
internacional solamente hizo presencia por los acuerdos de La Habana como
garante) así que argumentar que hay rebelión porque el Estado vulnera los
derechos fundamentales de la población es un entuerto, debido a que la
guerrilla no representó nunca al pueblo, tampoco a sus organizaciones sociales,
y dentro de un Estado democrático si hay vulneración de esos derechos
fundamentales, las personas o las entidades pueden acudir a la justicia
mediante tutelas de acuerdo a la constitución del 91, sin necesidad de que las
Farc y el Eln asesinaran a tantos colombianos, porque es bien sabido que la
representación de la narcoguerrilla ha estado reducida a su tropa y a pequeños
sectores de lo que se denomina la Colombia profunda, que son obligados a
respaldar a los narcoterroristas por la fuerza de las armas.
El enemigo interno al que se refería la seguridad
nacional en la década de los setenta, por la guerra fría entre USA y la URSS en
Latinoamérica, con la entrada de China en la economía de mercado y con la caída
del muro de Berlín se superó, pues Latinoamérica dejo de ser vital para EEUU,
ya que el “plan básico” que pretendían impulsar las transnacionales gringas en
nuestros países, para conseguir mano de obra barata y calificada a mediados de
la década de los setenta en el siglo pasado, fracaso, y fue asumido por el
gobierno comunista chino quien reemplazó a Latinoamérica con sus trabajadores
en un esquema de superexplotación laboral que impulsaban las trasnacionales.
El discurso anacrónico sobre la seguridad nacional
también es un embeleco, porque al país del norte poco le han interesado las
naciones al sur del Rio Grande desde hace casi 43 años y, eso es patético en
las campañas presidenciales gringas, en donde los candidatos prácticamente no
mencionan a Latinoamérica a no ser por las migraciones o el narcotráfico, sin
embargo el régimen de Maduro en Venezuela ha buscado darse más importancia de
la que tienen con USA, sin desconocer que en los últimos tiempos Venezuela es
tema de preocupación para todos los países de la región ante la pretensión de
la camarilla gobernante de querer eternizar una dictadura comunista igual a la
de Cuba
Ni la seguridad nacional ni el derecho a la rebelión, han tenido lógica en Colombia, pero los narcoterroristas se han inventado fantasías sobre esos dos temas, para engañar incautos y buscar que sus idiotas útiles se desgañiten, pretendiendo exculpar a las guerrillas comunistas que son las únicas responsables del conflicto colombiano, por eso se tiene que condenar la doctrina criminal del marxismo leninismo, la cual es abrazada por las Farc y el Eln, pues las desventuras del país por el conflicto de tantos años, indudablemente son culpa del comunismo totalitario, el cual es enemigo de la humanidad.
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