El
capitán inglés, Thomas “Tom” Moore, conocido como el “Capitan Tom”, que murió
de coronavirus a punto de cumplir los 101 años, se hizo famoso, nacional e
internacionalmente, por su excelente iniciativa, obra, acción, muy positiva, de
colaborar con ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) de la sanidad pública
británica y para lo que propuso, en plena pandemia del coronavirus, recaudar,
cuando iba a cumplir cien años, en abril 2020; recaudar mil libras para dichas
ONGs. Para ello, dijo que daría cien vueltas, en su andador, al jardín de la
casa de su hija. Pero, eso sí, siempre muy elegante. En este caso, a la
elegancia por fuera, añadía la elegancia por dentro, en principios, valores,
juego, competencia y cooperación limpios, etc. Lo que es y debe ser fundamental,
absolutamente clave, prioritario, imprescindible.
A
partir del filósofo español Antonio Escohotado: “La moderación es la elegancia.
La elegancia es moderación, y esta palabra viene de elegir. Debemos de elegir
muy bien los principios, valores, proyectos… que debemos aplicar, defender,
representar y difundir para contribuir, siempre, de forma noble, honrada,
positiva, elegante, rigurosa, al mejor desarrollo deontológico democrático,
constitucional, legal, integrador, humano, eficiente, etc., a la verdad
responsable, al bien, y, siempre que se pueda, si cuadra/se cadra, con buena
poesía, música, alegría e ironía, con buen humor, arte, cante, baile…”.
El
capitán Tom había sufrido una rotura de cadera, un carcinoma en la calva,
problemas en la próstata y el pulmón. El Capitán Tom era veterano de la Segunda
Guerra Mundial. Era viudo, su esposa sufrió una demencia temprana y la cuidó
hasta su muerte. Fue siempre un optimista, muy positivo, justo, muy humano y
comprometido: “Siempre he pensado que las cosas van a mejor. Siempre hemos
tenido problemas antes y los hemos superado. También superaremos esta epidemia”
(de coronavirus).
Alcanzó
su maravilloso desafío y, en lugar de las mil libras, con su acción
humanitaria, solidaria, consiguió más de 32 millones de libras (mas de 36,48
millones de euros. 1 libra = 1,14 euros) y recibió 150.000 tarjetas de
felicitación llegadas de todo el mundo. En el verano del 2020, la Reina de
Inglaterra lo hizo “Caballero-Sir” por su gran iniciativa. Recibió otras
importantes distinciones y reconocimientos por su maravillosa, ejemplar y muy
positiva acción.
El
Capitán Tom, como dijimos, murió de coronavirus, rodeado de su familia, el
martes, 2 de febrero 2021, cuando le faltaban dos meses para cumplir 101 años.
NECESITAMOS
PADRES, PERSONAS COMO EL CAPITÁN TOM
Necesitamos
muchos padres como el Capitán Tom, muchas personas, muchos ciudadanos como el
Capitán Tom, aquí y más allá, tan positivos, justos, comprometidos y
profundamente humanos, humanitarios, solidarios.
Los
responsable públicos, privados, eclesiales, creyentes y no creyentes, deben
poner todo lo que este en su mano, de forma deontológica, honrada, humilde
(sabiendo, siempre, debiendo saber, siempre, de forma deontológica, honrada y
muy rigurosa, aprender de los errores, fallos y fracasos propios y ajenos en la
lucha por el mejor desarrollo deontológico, honrado, constitucional, legal, de
juego, competencia y cooperación limpios, integrador, eficiente, etc., en la
lucha por la verdad responsable, por el bien) y muy rigurosa, dejarse de
contaminaciones, lavado de cerebros, manipulaciones, corrupciones, juegos
sucios, etc., de extremismos, radicalismos, demagogias, populismos y
fundamentalismos, de politiquerías, partidismos, sindicalerismos,
corporativismos, electoralismos, oportunismos y tajadismos, de narcisismos
individuales y de grupo, de egocentrismos, grupocentrismos, auto-idolotrías,
grupolatrías, de racismos supremacistas, superioristas, endiosados, divinistas,
de la descalificación, deslegitimación y linchamiento de los adversarios,
competidores y críticos, etc., y con el fin de hacer frente, de la mejor
manera, con democracia, economía y justicia, etc. justas, a los principales
problemas sociales, en este caso que estamos viviendo, sufriendo, sobre todo, a
partir del año 2020, a la pandemia del coronavirus y sus muy graves
consecuencias en el campo de la vida, la salud, sanitarias, asistenciales,
económicas, empresariales, sociales, etc.
Los
agentes sociales, los ciudadanos, las personas deben actuar, en la sociedad
civil y a todos los niveles, en todos los medios, instancias, sectores y campos
sociales, de forma deontológica, honrada, humilde, responsable y muy rigurosa,
para tratar de solucionar, cuanto antes, de la mejor manera y en un proceso sin
fin, los principales problemas sociales, como la pandemia del coronavirus y sus
muy graves consecuencias. Es decir, los problemas, los graves problemas
sociales que, en la vida, el mundo, en el más acá, mas allá…, una vez que se
resuelven unos, dan paso a otros problemas sociales en un proceso sin fin y que
debemos tratar de resolver, de la mejor manera, para mejorar, desde la
deontología, la honradez, la humildad y el máximo rigor; para mejorar en la
búsqueda del/lucha por el mejor desarrollo deontológico democrático constitucional,
legal, integrador, humano, eficiente, etc., por la verdad responsable, por el
bien; para mejorar individual, familiar, grupal, social, colectiva, local,
regional, nacional, internacional, globalmente, etc. En este sentido, es
fundamental que haya padres, promover personas, agentes sociales, ciudadanos
ejemplares como el centenario Capitán Tom.
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