Esta historia comenzó hace muchos kilómetros y años,
por allá en la comuna Marciana de la Isla de Elba, en Italia, cuando un joven
emprendedor junto a su esposa, decidió atravesar el Atlántico y llegar hasta
Puerto Cabello, en el litoral venezolano, y luego trasladarse a la bucólica
población de Monte Carmelo, en la serranía trujillana. Era Antonio Anselmi
Berti, Don Tonino, quien con el apoyo de su esposa, Duilia Garbatti había
llegado a nuevas tierras con los 46 instrumentos de viento, desde la península
itálica.
Era el año de 1897. El joven músico había sido el
Director de la pequeña banda de su pueblo. Ahora las trompetas, cornetines,
trombones, cornos, flautas, bombardino, clarinetes, ya no sonarían más en
Marciana Alta, el pequeño poblado de montaña, en la Isla de Elba, ahora el
destino sería Monte Carmelo, en el estado Trujillo, Venezuela, a miles de
kilómetros, donde los emigrantes comenzarían una nueva vida y con ello, la
siembra de la música como norte de sus actividades.
Atrás quedaba la larga travesía, de meses, muchísimos
días en el vapor transatlántico que los trasladó hasta Puerto Cabello, y
después la movilización a lomo de bestias hasta el frío cordillerano de las
montañas de los Andes trujillanos. Allí en la apacible casa de Monte Carmelo,
llena de patios y pasillos aledaños, Anselmi Berti junto a los instrumentos
venidos desde la remota Italia, convocaba a los pocos músicos que vinieron con
él para comunicarles la decisión de comenzar una nueva banda. Así los nativos
de Monte Carmelo, ante los extraños emigrantes comienzan a asistir a las
sesiones de música y surge la Banda Filarmónica de Monte Carmelo.
Don Tonino estaba feliz Junto a su esposa, y los
pequeños hijos. Para la nostalgia, de vez en cuando, recordaban cuando habían
consagrado su unión nupcial en una iglesia frente al puerto de Livorno, ciudad
a la que solían visitar para las temporadas de ópera que tanto les agradaba,
Duilia cantaba piezas de memoria de Verdi y de Puccini. Ahora en Monte Carmelo
era otra realidad.
La Banda Filarmónica con las dificultades de
transporte de la época y los costos que representa movilizarse comienza a hacer
exitosas giras por los estados vecinos. Los pueblos de Trujillo, Mérida,
Táchira, Lara y hasta el estado Zulia, disfrutan de la música de la Banda de
don Tonino, quien enseña canto lírico. Ensaya actuaciones. Hace la puesta en
escena, de La Traviata de Verdi, y enseña a los habitantes de Monte Carmelo
hasta los montajes de Shakespeare. Junto a su esposa, quien diseña el
vestuario, arma y elabora los decorados, Algo está ocurriendo en Monte Carmelo
y así la noticia se expande hasta Valera, Betijoque, Trujillo y Escuque.
Otro día, en un viaje a Valera, y de vuelta a Monte
Carmelo lleva consigo un tesoro, lo máximo en comunicación audiovisual: trae un
aparato que deja a los pobladores más anonadados que lo que ha hecho con la
banda y las óperas. Era un proyector de cine. El blanco muro posterior de la
casa, era testigo mudo de lo atónito que estaban todos los habitantes de Monte
Carmelo, boquiabiertos ante la magia de las imágenes en movimiento de las
películas de Charles Chaplin. La casa de don Tonino aparte de escuela de
música, sala de conciertos, de teatro y de ópera, ahora era sala de cine.
Una de las hijas de Don Tonino, Ailie Anselmi Garbatti
casó con Melpómene Abreu Méndez, “Pomito”, de Betijoque, de esa unión nació en
Valera, el 7 de mayo de 1930, José Antonio Abreu Anselmi. El matrimonio tuvo 5
hijos: José Antonio, Jesús, Enrique, Dora y Beatriz.
El nieto de don Tonino crece en la Valera de los años de 1930. Un día la paz familiar se verá trastocada ante la enfermedad de uno sus hermanos, que contrae tosferina, que le causa la muerte, y sus padres deciden enviarle a la casa de Monte Carmelo, para que además le haga compañía a la abuela Duilia por la triste muerte del abuelo, don Tonino.
Y así, a la edad de 9 años, el fundador del Sistema
Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, José Antonio Abreu
Anselmi comenzará a descubrir el legado que su abuelo había sembrado en Monte
Carmelo junto a su abuela. La abuela era un dechado de prodigios. Le enseña al
niño José Antonio muchas más cosas, como la mantelería finísima que había
viajado desde Italia junto a los instrumentos. Los pendones de Garibaldi que
don Tonino había heredado de su padre. Los libros escritos en italiano
dedicados de puño y letra de sus propios autores. Y, lo más llamativo para el
perspicaz niño, las ediciones originales de los libretos de Ricordi.
Comenzaba a gestarse un sueño hecho realidad hoy día,
el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, que tuvo
su origen en la Banda Filarmónica de Monte Carmelo de don Tonino.
“Queremos hacer de Venezuela un país musical, en el
estricto sentido del término” dijo el viernes 13 de junio de 2014, el fundador
del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, el maestro
José Antonio Abreu Anselmi, y no era para más. Ese día recibió la medalla de
honor, en el salón de actos de la Presidencia del Senado italiano al ser
titulado Ciudadano de Honor de la Comuna Marciana de la Isla de Elba, donde nació el abuelo del maestro, Antonio
Anselmi Berti, Don Tonino.
Este 24 de marzo, estamos recordando 4 años de la
siembra del maestro José Antonio Abreu Anselmi. De ese entonces, recordamos un
hecho inédito, ocurrido el sábado 7 de abril del 2018, cuando el Poliedro de
Caracas reventó ante la presencia de más de once mil niños y jóvenes de los
diferentes núcleos del Sistema de Orquesta Infantiles y Juveniles de Venezuela,
en homenaje al maestro José Antonio Abreu, también estábamos recordando a la
semilla sembrada por Don Tonino, el abuelo de Monte Carmelo. Así de grande ha
sido nuestra Valera y el estado Trujillo, con personas que han dejado su huella
a través del paso del tiempo. Fue quizás el músico, economista, político, y
docente valerano más universal que hayamos tenido. Honrar su memoria es tarea
de todos los trujillanos y venezolanos.
El nieto de don Tonino crece en la Valera de los años de 1930. Un día la paz familiar se verá trastocada ante la enfermedad de uno sus hermanos, que contrae tosferina, que le causa la muerte, y sus padres deciden enviarle a la casa de Monte Carmelo, para que además le haga compañía a la abuela Duilia por la triste muerte del abuelo, don Tonino.
Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Venezuela
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