Aprovechando el repudio a los procesos electorales
desde 2017, el chavismo consuma procesos electorales (al margen de la legalidad
y la ilegitimidad) a sabiendas que, a pesar de su precaria condición de
aceptación, gana todas las instancias en disputa, dicho sea de paso, en caso de
perderlas les arrebata competencias, recursos, impone un poder paralelo, entre
otros desafueros… sencillamente, mientras controle las instituciones del país,
el chavismo es inmune a lo electoral, le resulta un negocio redondo.
Recientemente, las parlamentarias fueron un excelente
ejemplo. Forzosamente, solo 3 de cada 10 venezolanos participaron en un proceso
donde los partidos y candidatos (del chavismo y de la presunta oposición)
fueron impuestos por el régimen. Con la experiencia de la AN 2015–2020, los
venezolanos comprendieron el voto es inútil, el régimen terminó imponiendo un
inconstitucional desacato al parlamento, sin importarle es el poder público más
importante en una democracia ni que haya sido el poder público más votado en
toda nuestra historia.
Las regionales serán otra elección rechazada por los
venezolanos, sin embargo, lo peor no es eso, el régimen pudiera (es nuestra
opinión) entregarle a su oposición desechable (la electorera) alrededor de 3
gobernaciones, con ello intentaría darse un baño de democracia fingida, pero
detrás se esconde lo peor, el Estado Comunal.
El Estado Comunal fue rechazado por los venezolanos en
el intento fallido de reforma constitucional de Chávez en 2007, sin embargo, el
expresidente de igual forma lo impuso vía leyes habilitantes y a través de la
AN roja rojita del momento, 2005 – 2010. He allí parte de la desgracia país que
14 años después hoy padecemos.
Como señalamos, en este 2021, el régimen pudiera
entregar un numero de gobernaciones a sus aliados (fingiendo ser oposición), la
razón de esta gambeta es porque cocina a toda leña el Estado Comunal, Estado
que sustituye las alcaldías y gobernaciones, anteponiendo las estructuras
partidizadas del Poder Popular, como lo son: consejos comunales, comunas,
ciudades comunales, parlamento comunal, entre otras.
De este modo, una vez más, lo electoral es, por un
lado, una trampa caza bobos y, por el otro, un negocio redondo donde el régimen
jamás pierde. Tras cada evento comicial, se esconde un grupo de colaboradores
que son tan culpables del agravamiento de las desgracias nacionales como el
propio régimen.
El régimen chavista es profundamente radical, cuya
condición de repudio, ilegalidad e ilegitimidad de la que es acusado por
propios y extraños lo obliga radicalizarse más y más. En resumidas cuentas, la
única oposición capaz de derrotarlo es una a su misma altura de radicalismo,
pues hablamos de castrismo, el mayor antónimo de la democracia. Se requiere una
oposición que, por su condición de legitimidad y legalidad, sepa imponer la
agenda… Es hora de una Venezuela de hombres y mujeres capaces, unidos.
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela
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