Lo que se observa es un interés de parte de los
convocantes al diálogo en promover las elecciones previstas para alcaldes y
gobernadores, sin definir cómo será la designación de un Consejo Nacional
Electoral que sea representativo de los distintos sectores del país, los cuales
solicitan un CNE que garantice la debida
transparencia y facilite la integración del mismo por personalidades que den la
confianza y respetabilidad de los resultados electorales. Lo anunciado es que
ya hay distintas instituciones que van a presentar candidatos a postularse para
integrar la nueva directiva del ente electoral. La pregunta que nos hacemos los
venezolanos es: ¿Quién los escoge? La cual constituye la base fundamental para
facilitar esa necesaria y esperada confiabilidad que les de la transparencia
necesaria a esta elección y que garantice el veraz resultado de los candidatos
que la base popular escoja.
Lo preocupante es que los temas trascendentales de ese
diálogo como la revisión del modelo del socialismo siglo XXI, que reduzca el
tamaño del estado empresario, así como la eliminación de la inflación
descartando el uso del Banco Central como el medio financiero para cubrir el
déficit público incluyendo su autonomía, la incorporación sincera del sector
privado nacional en la recuperación económica, además facilitar la libre acción
de los sindicatos en el reclamo de sus derechos laborales, activar el
tripartismo como un mecanismo de solución a los elevados niveles de desempleo e
informalidad, la devolución de los partidos intervenidos a sus legítimos
dirigentes con pleno derechos sobre sus sedes partidista, estas solicitudes y
otras más ya realizadas por los voceros políticos, sociales y económicos,
esperan por las necesarias y convincentes respuestas como clara evidencia de la
disposición de lograr soluciones a la complejidad que afecta a la nación
Venezolana.
El tiempo transcurrido para conocer las opiniones de
los convocantes al diálogo nos indica que por ahora, no está prevista concesión
alguna a los distintas solicitudes planteadas, pero lo que si se observa es una
dinámica de leyes propuestas, que están siendo debatidas que plasman un mayor
control estatal sobre todos los componentes fundamentales de la vida nacional.
Lo mismo sucede con el incremento en proporciones preocupantes de impuestos
nacionales y municipales, así como el de los servicios públicos básicos como la
luz y el agua. El aumento del Petro tiene también sus efectos en el costo de
servicios públicos básicos para los ciudadanos.
Lo que nos indica que el diálogo se llevará adelante
sin concesiones, a las diversas solicitudes elaboradas por los distintos
actores que van a participar en el mismo. ¿Los ciudadanos nos preguntamos si
habrá la disposición de iniciar la necesaria apertura política, que nos
conduzca a un diálogo con concesiones?
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