2.- Se comete una equivocación
al suponer que se puede operar el tratamiento de la enfermedad como un tema
humanitario, separado de la política. Hoy no hay asunto más profundamente
político que la pandemia porque el poder define en términos gruesos a quiénes
impacta y a quiénes no. La enfermedad no es política; la forma en la cual
afecta a los ciudadanos sí lo es, porque depende de factores del contexto.
Cuando las opciones son hambre segura en el encierro o enfermedad probable a
campo descubierto la decisión es terrible porque las dos opciones son malas.
Cuando no hay equipos por el despilfarro y el robo; cuando se prefiere pagar a
la defensa de Alex Saab antes que traer vacunas; cuando se niega un
entendimiento amplio en el marco del mecanismo Covax; en todos estos casos está
la política y el poder.
3.- El régimen ejerce
su fuerza no solo en el manejo autoritario del confinamiento sino en la
ausencia de relación con la comunidad científica organizada, al dejar a la
intemperie a los profesionales de la salud, al esconder las cifras, y hasta
llegar al abuso por parte de funcionarios que se toman un video para demostrar
su trabajo… en la entrega de una mascarilla por persona a los profesionales de
la salud. Mientras tanto, intenta eliminar la opción de que factores políticos,
económicos o sociales, no gubernamentales, ayuden a aliviar la situación. Esto
les quita poder.
4.- La semana pasada
sugerí en este mismo espacio una tregua humanitaria. La idea es que aun en la
guerra que libra Maduro en contra del país podía caber un espacio para manejar
la pandemia, entre el régimen y las fuerzas que se le oponen. Dije entonces:
“Estuve y estoy de acuerdo porque la tregua es un momento de las guerras. El
régimen libra una guerra contra el país y manipular con la vacuna, con la
cuarentena, con fantásticas curas, mientras centenas de miles se enferman y no
se sabe cuántas mueren, es un crimen brutal. Si se puede llegar a esa tregua
para curar los enfermos, enterrar los muertos y preservar los vivos, hay que
hacerlo”. Desde luego, no creo que haya sido una propuesta que concitara
interés alguno en los actores relevantes; pero la creí oportuna y útil.
5.- De no darse algo
como lo propuesto, lo que va a quedar inexorablemente, para hoy, para mañana o
para pasado mañana, es la fuerza humanitaria, desplegada sobre la base de la
Responsabilidad para Proteger (R2P) y el Título VII de la Carta de Naciones
Unidas que reza: “Artículo 39. El Consejo de Seguridad determinará la
existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de
agresión y hará recomendaciones o decidirá qué medidas serán tomadas de
conformidad con los Artículos 41 y 42 para mantener o restablecer la paz y la
seguridad internacionales”.
6.- “Artículo 41. El
Consejo de Seguridad podrá decidir qué medidas que no impliquen el uso de la
fuerza armada han de emplearse para hacer efectivas sus decisiones, y podrá
instar a los Miembros de las Naciones Unidas a que apliquen dichas medidas, que
podrán comprender la interrupción total o parcial de las relaciones económicas
y de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales,
telegráficas, radioeléctricas, y otros medios de comunicación, así como la
ruptura de relaciones diplomáticas”.
7.- “Artículo 42. Si el
Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata el Artículo 41
pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrá ejercer, por medio de
fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener
o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá
comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas
aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas”.
8.- Se conoce que Rusia
y China pueden paralizar cualquier decisión en el Consejo de Seguridad de la
ONU, pero una campaña mundial con la exigencia de cesar la doble devastación
que sufre Venezuela –la del régimen y la de la pandemia– señalan un curso
político que podría alterar las relaciones domésticas de poder.
0.- Casi todos los países del mundo han vivido o viven
una situación de catástrofe por la malignidad del covid-19. Muy pocos países
viven una doble catástrofe como es el caso de Venezuela: Maduro y la pandemia.
Es el momento de centrar todos los esfuerzos en luchar contra esta enfermedad
brutal. No se trata de “usar” la pandemia para arrinconar al régimen, sino de
arrinconar la pandemia y hacer que una tregua se imponga o la fuerza
internacional lo haga.
Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog
Venezuela – Estados
Unidos
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