El
lujo es parte de los festejos que representa a la majestuosidad de los antiguos
reyes y reinas de Egipto. Los promotores y patrocinadores del desfile faraónico
conservaron la grandeza de aquellos gobernantes. Esto fue el 3 de abril, donde
trasladaron 22 momias de faraones y reinas del Imperio Nuevo, siglo XVI-XI
a.C., del Museo de Egipto al Museo Nacional de la Civilización Egipcia,
inaugurado parcialmente en el 2017, en el Cairo. El presidente del país,
Abdelfatah al Sisi, les dio la bienvenida y habló sobre el magnánimo
acontecimiento y se oyeron salva de cañones durante la festividad.
La
civilización egipcia es una de las más poderosa y prolongada en su existencia
en la historia de la humanidad. Desde su primer rey Menes o Narmer, de la
dinastía I, en el 3 100 a.C., hasta el último faraón de la dinastía XXXII, la
reina Cleopatra, que con su muerte, Egipto fue convertido en una provincia
romana en el año 30 a.C. A pesar de las dinastías grecorromanas, el idioma
egipcio Demócrito se mantuvo durante siglos, desde el 300 a.C. hasta siglo 14
d.C., incluso con la dominación islámica (VII d.C.) que impuso su lengua, el
árabe, hasta hoy en Egipto.
Sin
embargo, existen varias fuentes que describen los orígenes de los egipcios
desde tiempo antiguos como el Papiro Real de Turín o Lista de Reyes de Turín,
que fue un documento realizado por el sacerdote egipcio Manetón, en el siglo
III a.C. y en lengua hierática. En este está definido los reinados más allá de
Menes y llegan desde los semidioses hasta sus orígenes en los dioses. Lo cierto
es que los egipcios clásicos proclamaron sus orígenes en los cielos, en
especial de la estrella Sirio y que representa en el cielo a la constelación
Orión. Esos orígenes también están recogidos en otras culturas antiguas como en
las tablillas sumerias y el libro de Ezequiel; algunos consideran que estas
representaciones divinas son individuos extraterrestres. Pero en la actualidad,
las ciencias oficialistas no reconocen esos sucesos de esas civilizaciones.
Lo
cierto es que la antigüedad de Egipto se menosprecia por la arqueología
oficial. Entre aquellas, las evidencias concretas del Huevo de Nubia, el
Zodiaco de Dendera y los estudios geológicos de la Gran Esfinge, que vuelven a
la civilización egipcia más antigua, alrededor de 10 000 años a.C. También su
civilización, erudición y cultura, aunque fue muy apreciada hasta el siglo XIX,
en este comienza un proceso de descredito y cancelación estimulado por la
colonización y discriminación en Europa, aunque con menos rigor, se adentra
hasta nuestros días, en especial, en las ramas científicas. Quizás, con las
obras del Museo Nacional de la Civilización Egipcia serán el comienzo del
conocimiento y engrandecimiento justo de la civilización egipcia en sus aportes
en las ciencias y la cultura para Europa y el mundo.
Si
bien, las autoridades presidenciales tuvieron cuidados en honrar a esos grandes
reyes y reinas egipcios, sus cuerpos no son para exponerlos en museos y mucho
menos en vitrinas. Ellos forjaron una gran civilización y engrandecieron a su
patria y a la humanidad; pues deben descansar en sagrados sepulcros y ser
honrados como desean sus descendientes; aún existe una población pequeña de
cristianos coptos y de lo originales egipcios que no están contentos con las
formas de tratar a sus ascendentes y padres patrios.
Mucho
peor observo en Cuba con la denigración y mal trato a los cuerpos inertes de
muchos conciudadanos en el Cementerio de Colon, La Habana y esos restos humanos
fueron esparcidos por los contenedores de basuras y en cajas de cementos
maltratadas por el tiempo y, sobre todo, por el descuido de las autoridades
competentes. Estas exhumaciones pueden ser para tener más capacidades de
sepulcros ante el creciente número de muertes por la plaga de COVID- 19, que
ocultan de las estadísticas oficiales, o será una forma de recibir dineros con
sus ventas.
Quizás
muchos de los fallecidos estén sin familias o personas residentes en el
extranjero que piensan que sus muertos están seguros en sus tumbas o posiblemente
muchos de ellos ya no viven, por lo que no pueden protestar ante el ultraje a
la dignidad de los que expiraron, en la forma descuidada e inhumana de exponer
sus cadáveres por parte de las autoridades administrativas y de gobierno.
Muchos
cuerpos de los mártires fusilados por la tiranía castrista no fueron entregados
a sus familiares e incluso no se conoce dónde están enterrados, algunos como la
Masacre de Santiago de Cuba, que después de ser fusilados arbitrariamente y sin
garantía procesar, fueron echados en una fosa común y más tardes lanzados al
mar. Todos esos patriotas lucharon y murieron por una patria libre y un pueblo
soberano; poder que fue eliminado del pueblo, convirtiendo a la población a la
moderna esclavitud, el socialismo.
Esas
son ignominias e inmoralidades que también están en las leyes castristas, en
especial en el adefesio constitucional de 1976 y sus herederas, la cual hace
que, en la práctica, la soberanía no radique en el pueblo. Por eso el régimen
cubano es ilegitimo, ilegal e inmoral; por lo que solo hay un camino digno para
el verdadero cubano, desintegrar a la dictadura y restablecer la libertad en
los valores republicanos en una Cuba libre.
Oscar Elías
Biscet:
lanuevanacion@bellsouth.net
@oscarbiscet
Presidente de la
Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del
Proyecto Emilia
Medalla Presidencial
de la Libertad
Cuba - Estados UnIdos
http://www.lanuevanacion.com
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