Hace 60 años el mundo se cimbraba con un
acontecimiento histórico. Por primera vez en los anales de la política de EU se
elegia un presidente católico, John F Kennedy, un hombre que dejaría profunda
huella en su corto mandato cuando, al estilo de la mafia siciliana, sus
enemigos en pánico por el orden que anunciaba establecer lo asesinaran.
Pasarían 6 décadas para atestiguar la elección del segundo católico en la
presidencia, Joe Biden, un hombre portando un equipaje político, personal,
moral, muy diferente al primero. Y, cuando Biden afirma Kennedy es su
inspiración, debemos hacer comparaciones que nos impactarán.
La primera sería la diferencia en edades. Kennedy era
un adolescente político de 43 años que lo ubicaba en segundo lugar entre los
más jóvenes de la historia. Biden ya coquetea con su octava década con todos
los achaques de la edad, algunos con síntomas muy preocupantes. Kennedy era un
intelectual graduado en Harvard, Cum Laude, con estudios superiores en Stanford
y había ya publicado un par de best Sellers. Biden había tenido que mentir para
esconder su mediocre paso por la universidad de Syracuse cuando, al terminar,
se ubicaba en el #79 de los 100 graduados y estuviera a punto de ser expulsado
por plagio en una de sus presentaciones. JFK era un héroe condecorado de la
segunda guerra mundial. Biden hizo hasta lo imposible para no servir en la
época de la guerra de Viet Nam.
Kennedy sería parte de la última oleada de presidentes
demócratas liberales, en el concepto original, al estilo de Jefferson, Cleveland
y Jackson. Biden sería soldado de la primera oleada de marxistas demócratas que
ahora controlan el país.
Kennedy era enemigo feroz del socialismo que ahora es
la plataforma de su partido. Sería también gran opositor del aborto, lo que
Biden apoya aun hasta de niños con nueve meses de gestación. Kennedy sería el
primer presidente Supply-Sider activando un recorte general de impuestos.
Biden, siguiendo el socialismo de su partido, está en el proceso de
prácticamente duplicarlos. Kennedy, advertido por su padrino político, James
Forestal y por el mismo presidente Eisenhower que le entregara el poder,
iniciaría una agresiva guerra contra el ya robusto Estado Profundo que le
costaría la vida. Biden es ahora parte y ejecutor de ese gobierno en la
oscuridad, el EP.
Kennedy tomaba posesión en enero de 1961 y de
inmediato iniciaba su batalla. Biden tomaba posesión en enero de 2021 para,
como uno de los principales agentes de ese diabólico movimiento, de nuevo abrir
las compuertas al EP en su proceso de toma total de los EU. Kennedy era enemigo
mortal de Fidel Castro. Biden siendo vicepresidente asistía a las reuniones de
sus herederos. Una de las primeras amenazas de JFK contra el EP, era su seria
oposición a las acciones del FED al que planeaba, como lo hiciera Andrew
Jackson 1833 y lo enfrentara con el agente de los Rothschild, Alexander
Hamilton, cancelarle la concesión otorgada para seguir explotando el país, por
lo que sufriría un atentado a su vida. Los presidentes Garfield (1881) y
McKinley (1901) feroces opositores del banco central, dinero sin respaldo y
abanderados del patrón oro, serían asesinados.
El EP, que ahora representa Biden, al terminar la
segunda guerra mundial arreciaban su agresiva penetración de EU con la
formación del famoso grupo Majestic 12, el que, al estar fuera de control y
actuando por su cuenta, Truman les cancelara el presupuesto lo que los enviaría
a los subterráneos del mundo. Pero, sobre todo, a una sociedad con los nazis
que llegaban a EU después de la guerra mediante el programa paperclip, que les
abría las puertas por sus conocimientos tecnológicos, pero llegaban también
cargando en su equipaje la ideología nazi que se conjugaba con la del Majestic
12. Gran parte de esos nazis terminarían incrustados en la CIA, en otras oficinas
de inteligencia, y en los cotos del complejo militar-industrial.
El golpe de Kennedy más letal para el EP se iniciaba
al firmar una orden ejecutiva y otorgaba a la Tesorería, como lo dicta la
constitución, la facultad para la impresión de dinero respaldado con plata,
despojando al FED de esa concesión. Pero, siendo un hombre impaciente,
preparaba su segundo ataque al corazón del EP. Le exigía a la CIA un reporte
completo de las actividades del Majestic 12 y de las suyas en una misteriosa
zona de Nevada donde se habían asentado conocida como área 51. Una región ya
independiente, fuera del control gubernamental y secreta. Ya se habían
enfrentado a IKE desobedeciendo sus órdenes cuando, ante una agresiva
solicitud, se negaron a informarlo. Esto era una sociedad de la CIA, encabezada
por su director, Allan Dulles, uno de los agentes del nuevo nazismo, y el EP en
completa rebelión contra el gobierno.
Sin embargo, Biden, no combate al EP porque son los
que lo ubicaron en esa presidencia ilegal. Porque él es parte muy bien
remunerada de ese enemigo de EU. No lo hará, porque son ellos quienes le dictan
su agenda. Pero, además, nunca se atrevería porque para iniciar esa galante
lucha se requieren tres cosas que no tiene, pero a Kennedy le sobraban; un gran
amor por el país, integridad para no venderse y, sobre todo, cojones. Pero,
Kennedy, aun ante la advertencia especial que le diera IKE el mismo día de su
juramento y, sobre todo, sabiéndose rodeado de traidores; En septiembre de 1963
ejecutaba el primer paso en un memorándum dirigido a los cabecillas de la CIA
dándoles un ultimátum y una amenaza. El día 22 de noviembre le respondían
asesinándolo.
Y, en la figura de Lyndon Johnson, un activo
participante en el asesinato, entregaban el gobierno de EU a ese grupo que
ahora su propietario y Biden un vergonzoso esbirro. En este momento resuenan
las palabras de Andrew Jackson: “Lloro por la libertad de mi país cuando
atestiguo nuestro hermoso experimento político amenazado por la corrupción que
invade al congreso, traficando los derechos de la gente a través de sus
cabilderos internos o externos”.
Kennedy había sido agente de inteligencia militar y
sabía perfectamente los que se planeaba contra EU y lo quiso combatir. Biden,
como dicen en el rancho, no sabe ni quien capó al apache y lo único que le
interesa es que su hijo continúe protegido para tranquilamente seguir vendiendo
los servicios de su padre por todo el mundo. Biden abraza con descaro y sin
dignidad lo que Kennedy combatió hasta la muerte. Se enfrentó con traidores, a
veces con demasiada temeridad, como los hermanos Dulles, Johnson y el mismo
Nixon. Haría lo mismo con lo que IKE denunciara como el complejo
militar-industrial. Se enfrentó a los empresarios nazis como Prescott Bush, los
Rockefeller, JP Morgan, ante el fastidio de su padre. Y la clara consecuencia
de su asesinato es la forma en que este país se esté desmoronando. Porque,
señores demócratas, Trump lucía más como la amenaza de Kennedy de aquella era,
y Biden como las focas que aplauden en los zoológicos.
Y, Señor Biden, nosotros ya lo conocemos y usted,
desgraciadamente, no es Jack Kennedy.
Ricardo Valenzuela
elchero@outlook.com
chero@refugioliberal.net
@elchero
http://refugiolibertariol.blogspot.com
México-Estados Unidos
Soy hijo de las veredas, el monte es mi caminata, mi
vida alegre cabalgata, respiro las polvaredas.
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