miércoles, 19 de mayo de 2021

ALEJANDRO MENDIBLE: EL OCASO DE LA CONSTITUCIÓN NEOLIBERAL EN CHILE

Nace la construcción de un nuevo Chile popular de sus entrañas profundas para derrotar a la derecha en el largo territorio nacional con la forma de una “loca geografía”. La estabilidad de este país austral sudamericano de cara al Pacifico del cual el gobierno del empresario Sebastián Piñera se ufanaba por su sólida  economía privada y débil estatal se rompe en el mes de octubre de 2019  con el grave estallido social producto del alza de los precios de los pasajes del metro de Santiago de Chile cuyos  eventos  repercuten de manera contundente  sobre la vigencia de la  constitución de 1980. 

Este documento se mantenía como un monumento de la estabilidad neoliberal instaurada por la oprobiosa dictadura del general Augusto Pinochet cuando el estatus quo dominante en la región se apoyaba sobre el poder geopolítico indiscutible de  los Estados Unidos. Hoy los chilenos viviendo en otras condiciones se encuentran movidos por la irrupción de la furia populares de las mayorías excluidas de los beneficios del sistema vigente y han logrado empujar al país  saltando los graves efectos de la pandemia y de los partidos que administran el maltrecho capitalismo hacia  la celebración de una  mega elecciones de dos días de duración 15 y 16 de mayo con el propósito de constituir una Asamblea Constituyente de 155 ciudadanos (cuatro elecciones en una con la de gobernadores regionales, alcaldes y concejales)  con la finalidad de redactar una nueva Carta Magna  que  impulse  un nuevo modelo político en el cual, el Estado rescate su responsabilidad social con el desarrollo nacional. 

Asistimos al  ocaso del más largo periodo neoliberal de algún país de América Latina  el cual, surge como “parteaguas brutal” del proceso histórico chileno a las 10 de la mañana  del 11 de septiembre de 1973 cuando los tanques de las Fuerzas Armadas Chilenas aben fuego contra el Palacio La Moneda en un golpe militar contra el presidente Salvador Allende, quien resiste heroicamente hasta su último mensaje memorable en el cual proclama, “sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas  por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor” escuchadas en impactante alocución radial. Estas palabras quedan grabadas en el subconsciente de la mentalidad dominante de la guerra fría cuando se hacía evidenciando la inviabilidad del desarrollo del socialismo democrático chileno. En ámbito regional muestran el dramatismo de Chile  que no podía repetir el caso de una Cuba  comunista convertida en  “un territorio libre en América” protegido desde Moscú  como un bunker cerrado bajo el mando de Fidel Castro. 

En Chile esta  situación no era posible por cuanto América Latina  permanecía como una región dependiente del bloque capitalista desde su aparición a principios del siglo XIX, primero bajo el poder metropolitano dominante de Inglaterra y después de los Estados Unidos cuando se adueñan del correaje comercial del panamericanismo en 1889, practican un expansionismo sobre los territorios mexicanos, en la aguerra contra España en 1898 controlan a Cuba y Puerto Rico y con la construcción del canal de Panamá convierte el mar de las Antillas en el mar del caribe interior de los intereses anglosajones.  En  1973 cuando es derrocado Allende los Estados Unidos dominaba el 80% del comercio de toda la región, mientras la URSS tenía menos del 10%, controlaban el Tratado de Defensa Hemisférico (TIAR), la OEA era un apéndice de sus intereses políticos y el presidente norteamericano Richard Nixon y el Secretario de Estado  Henry Kissinger participan directamente en la interferencia del caos y el desabastecimiento del país, al tanto de bloquear cualquier posibilidad de Allende pudiese conseguir ayuda en al campo socialista para mantener su modelo. 

En ese tiempo el dictador Pinochet recibe soporte complementario importante del gobierno militar del Brasil para levantar nuevas fronteras ideológicas contra el comunismo. Estos dos países guardaban  afinidades en relación a sus realidades  geopolíticas que consideraban satisfechos: Chile amplía se territorio en la guerra del pacifico entre 1879 y 1884 cuando le toma dependencias  a Perú y a Bolivia, mientras, Brasil amplio de manera significativa su territorio en periodo colonial por la acción agresiva de los intrépidos bandeirantes en su marcha hacia el oeste  quitando territorios a España en la región amazónica y otros lugares  partiendo para ello desde los centros poblados al sur de la costa atlántica y particularmente  de la ciudad de  Sao Paulo. 

También, Chile durante su juego estratégico en el periodo independiente con Argentina su principal  amenaza externa emplea a Brasil como como base de apoyo de su integridad cuestión que se estrecha durante la década de 1970 para formar un frente de contención contra el comunismo. La dinámica dictatorial chilena creo una profunda distorsión de la evolución del país, por un aparte Pinochet abrió el plano económico permitiendo la privatización de  todos los bienes del Estado, la entrada sin limitaciones del capital transnacional e incorpora  al gobierno los llamados  “chicago boys”  ya conocidos en la Universidad de Chile por su lema de que “el mercado siempre acierta”. Pero, por otra parte  el dictador cierra el plano político  suprimiendo los derechos de la sociedad civil haciendo  retroceder  el país al  tiempo cuando una elite aristocrática se apropia del Estado actuando como una  “fuerza conservadora del orden” que el pueblo debía obedecer. En esa oportunidad el encumbrado político chileno  Diego Portales señalaba que  “al pueblo debe dársele tanto pan como golpes”. Esta es la filosofía  consagrada en la constitución de 1833 se prolonga  hasta la sanción de un nuevo marco legal en 1925. Después en el gobierno de Arturo Alessandri y hasta la caída de Allende en 1973 se logra el Estado Social de Derecho que consagra el desarrollo político, económico, social y cultural mediante un proceso de concientización progresista de los sectores populares y de manera destacada de la clase obrera en concordancia con la convergencia entre el partido comunista y el socialista que se prologa hasta la llegado de  Eduardo Frei en 1964 de orientación social cristiana cuando se inicia con el ensayo de la “chilenización” del cobre de propiedad de compañías norteamericanas y de los primeros pasos de la reforma agraria. En la década de 1970 estas mediadas reformistas llegaron a sus límites el sistema capitalista reacciona en un instinto de conservación para recomponerse mediante un acopio de fuerza representada en la figura dictatorial de Pinochet. Esta situación se prolonga hasta 1980 cuando los factores de poder dominantes  buscan una salida de compromiso del atolladero en que se encontraba el país y lo consiguen estableciendo una “democracia protegida” propiciado después la salida del dictador mediante un plebiscito pero, dejando la vigencia del sistema neoliberal. Todo este andamiaje limitante de los derechos humanos colapsa finalmente el domingo 16 de mayo de 2021 ante el avance de los sectores populares creando un nuevo cuadro político  dominado por la aparición de una izquierda. 

La nueva realidad impuesta obliga al presidente Piñera reconocer que su gobierno no se encuentra en sintonía con la demanda de los ciudadanos y aceptar como la joya de la corona representada por la alcaldía de Santiago de Chile le fue arrebatada por la militante comunista Iraci Hassler que “abrirá las grandes alamedas para la marcha del hombre libre”.   

Alejandro Mendible

mendiblealejandro@gmail.com

Caracas – Venezuela

 

Enviado a nuestro correos por

Jesús Enrique Matheus Linares

jmateusli@gmail.com

@UranioMomoy

Venezuela

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