Impecable
en su atuendo y en sus modos, con cortesía propia de gentleman, Alejandro
Milohnoja irradia precisión con su modo de ser. No es que sea rígido. Al revés:
su cálida sonrisa y su sensibilidad cuando se sienta al piano denotan gran
emotividad. Pero es obvia su pasión por el trabajo prolijo, su búsqueda de la
excelencia, su metódica forma de proceder.
Nacido en
Caracas, aunque creció en Puerto Ordaz, Alejandro es músico e ingeniero en
electrónica. Este doble perfil le ha permitido orientar su trabajo hacia la
organización de eventos y proyectos musicales, facultándolo para controlar
tanto lo artístico como lo técnico, y le ha brindado la posibilidad de prever
las necesidades en uno y otro campo, conciliándolas para obtener un resultado
impoluto.
Este
sentido de organización quizá esté relacionado con su formación en dirección y
administración de empresas, que le ha llevado, por una parte, a trabajar como
consultor en diversas áreas del sector empresarial y, por la otra, a
constituirse en profesor de la asignatura Industria Musical en el grado
superior de una conocida escuela de música de Madrid, ciudad en que reside.
Compositor,
productor y acompañante de numerosos artistas -entre los venezolanos se cuentan
Guillermo Carrasco e Ignacio Izcaray, y en la actualidad es el pianista de la
banda de Shaila Dúrcal, por ejemplo- Alejandro integra saberes que le permiten
contemplar la música desde diferentes ópticas, lo que lo coloca en una posición
privilegiada. Es por ello que ha sido invitado a dictar una charla titulada:
“Música: impacto en la economía, emprendimiento e ideas innovadoras” este
próximo miércoles 19 de mayo en los espacios de coworking LOOM Salamanca en
Madrid, a la que también se podrá acceder de manera gratuita a través de la web
al ingresar en el apartado “agenda”.
Sus
reflexiones se edifican a partir de una premisa contundente: “la cadena de
valor de la música comienza con una canción”, explica. “Sin eso no hay
industria de la música. Pero a veces lo olvidamos. ¿Cuánto dinero no habrá
generado Corazón partío, de Alejandro Sanz? ¿Cuántos conciertos, cuántas
versiones, cuántos discos, cuántos momentos no ha vivido la gente gracias a la
canción? ¡Es la materia prima de la industria de la música! Gracias a los
intérpretes esa canción cobra vida y ese arte se transmite: el intérprete es un
vehículo para llegar al público. Pero todo lo demás es una estructura que
depende de la música, y no al revés”.
Milohnoja
considera que, en muchos ámbitos de la sociedad y del mundo empresarial, no
solo se subestima injustificadamente la importancia de la música, sino que se
desaprovecha su potencial. En los últimos años se han hecho estudios acerca de
la forma en que incide en el cerebro, lo que aporta a la creatividad, a la
inteligencia. “Nos estamos perdiendo todo eso que conlleva respetar la música,
cuidarla. Ese potencial que tiene para incrementar el bienestar en todos los
campos y en todas las personas. Y si nosotros, en el mundo empresarial,
comprendiéramos ese poder, quizá podríamos encontrar otras herramientas para
desarrollar proyectos, incluirla en estrategias de innovación o en los procesos
creativos”.
Alejandro
pone en luz las posibilidades que ofrece la música a una economía y un sistema
que muchas veces la ignora. “Tenemos que estar orgullosos de ser músicos.
Tenemos que empezar a poner en valor el talento musical de las personas, que se
traduce en habilidades y potencial para las organizaciones”.
Estaremos
atentos a la charla y a las reflexiones de este personaje, querido y respetado
dentro del mundo del espectáculo.
Linda D´ambrosio
linda.dambrosiom@gmail.com
@ldambrosiom
@ElUniversal
Venezuela-España
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