Nada fácil resulta escribir sobre una personalidad
como ANDRÉS ELOY BLANCO MEAÑO, porqué hablar de él, es hablar de Venezuela, del
Oriente del país, del Estado Sucre, de Cumaná, del río Manzanares, de Araya,
del Salado, de grandes poetas de ese estado como Andrés Mata, Cruz Salmerón
Acosta, Ramos Sucre y tantos otros que se pierden en la memoria, de Andrés Eloy
Blanco se puede decir que es uno de los más grandes poetas nacidos en
Venezuela, poeta, declamador, escritor, político, su fama traspasa los linderos
de la patria y va a conocerse allende los mares desde muy joven; su “CANTO A
ESPAÑA”, lo lleva a Europa, los círculos literarios de España y Francia que se
rinden a sus pies.
Andrés Eloy Blanco Meaño, nace en Cumaná, Estado
Sucre, un 6 de agosto de 1896, muriendo trágicamente en México el 21 de mayo de
1956 a la edad de 60 años, donde se encontraba exilado huyendo de la cruel y
sangrienta dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, fueron sus padres: Don
Luis Felipe Blanco Fariñas y Doña Dolores Meaño Escalante de Blanco,
La obra literaria de este gran poeta y escritor, cubre
todo el mundo hispánico de las letras y la cultura en general; centenares de
poesías, cuentos, obras de teatro, libros, poemas convertidos en canciones y
llevadas al cine son un claro testimonio de su fecunda inteligencia para
cantarle al amor, al río a las sabanas y adentrarse en el mundo social que lo
rodeaba, sus grandezas y miserias, alegrías y tristezas son las musas que lo
inspiran, una inspiración plasmada en sus obras a través del tiempo y que
perduran no solo hasta nuestros días sino hasta un futuro lejano.
Andrés Eloy, después de haber cursado sus estudios de
secundaria en Cumaná, marcha a Caracas donde estudia en La UCV (La Casa que
vence las sombras), graduándose de Abogado y a la vez formando parte activa del
Círculo de Las Bellas Artes, recibiendo su primer premio literario en 1916 con
el poema pastoral
“Canto a las espigas y al arado”; Pero va a
consagrarse como poeta universal con su muy memorable poesía “Canto a España”,
Galardonada con el primer premio, en los Juegos Florales de Santander en
España, concurso promovido por La Academia Española de la lengua con un premio
en dinero de 25.000 pesetas, una cantidad astronómica para la época. En el año
1923 de España viaja a París donde es agasajado por los círculos literarios de
esa capital, En París va a encontrarse con su padre, el cual tenía varios años
sin ver debido que se encontraba exilado en Francia, por su tenaz oposición al
régimen dictatorial y opresor de Juan Vicente Gómez. Regresa a España en 1924,
porque la Real Academia de Sevilla de las Buenas Letras lo ha elegido como
miembro correspondiente.
De regreso a Venezuela pasa por Cuba. Atendiendo una
invitación de Los Círculos Literarios de La Habana, allí recibe un gran
homenaje de La Juventud Literaria de Cuba y El Casino Español de Cuba organiza
una suntuosa velada en su honor. Ese mismo año Andrés Eloy publica dos novelas:
“ El amor no fue a los toros” y “Las cuatro puertas”; para la fecha su nombre
ya hacía historia en Venezuela.
Andrés Eloy Blanco, para el año 1911 junto a Salvador
de La Plaza, Pedro Zuloaga y Pedro Brito dirigen la revista universitaria de
los estudiantes de derecho de la UCV, en 1918 es enviado a la cárcel de la
Rotunda por participar en manifestaciones estudiantiles, graduándose de abogado
para el año 1919 y en 1921 gana un Concurso Literario en el Zulia, donde hace
una estrecha amistad con el gran poeta y escritor zuliano Udón Pérez, del Zulia
marcha a ejercer su profesión de abogado al Apure, donde uno de los casos más
emblemáticos que le correspondió defender fue de una rica señora ganadera, que
es precisamente la persona que le ha de servir a Rómulo Gallegos como personaje
central en su célebre novela “Doña Bárbara”.
Sin duda alguna que Andrés Eloy Blanco marcó en la
historia del Siglo XX en Venezuela un lugar relevante de cara al protagonismo
como escritor, cuentista, poeta, político y hombre de leyes, todo acompañado
con su gran humorismo, fue poeta versátil capaz de cultivar tanto la poesía
amorosa, la social como el artículo de opinión como la crítica política, el
cuadro costumbrista, el teatro y el ensayo, sin dejar atrás las arengas
políticas, convirtiéndose en el mejor orador de Venezuela para su época. Sus
obras completas abarcan diez voluminosos tomos que fueron publicados en el año
1973 por el entonces Congreso Nacional de la República de Venezuela. Por su
posición política de una total diafanidad democrática, sufrió persecución,
secuestro y cárcel, en este aspecto había seguido el camino trazado por sus
familiares, en especial por su padre Don Luis Felipe Blanco, opositor tenaz a la dictadura de Cipriano Castro y
posteriormente a la de Gómez, por eso no hay que extrañar su posición desde que
fue alumno de la Universidad Central de Venezuela y que posteriormente tomara
parte en las manifestaciones contra la dictadura gomecista hasta llegar a la
rebelión estudiantil de 1928 a cuyos participantes se les llamo hasta los
actuales momentos “La Generación de 1928”, que es precisamente el año que va a
marcar el destino político de Andrés Eloy Blanco al incorporarse al lado de
Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Javito Villalba, Miguel Otero Silva, Guillermo
Prince Lara, Elide Benearroch, Isaac Pardo, Pío Tamayo, Juan José Palacios y
Jacinto Fombona Pachano entre otros a la lucha política. Por estos actos de
rebelión fue encarcelado de nuevo y enviado a La Rotunda, de allí trasladado al
Castillo de Puerto Cabello y posteriormente se le envía para ser confinado a
las duras prisiones de Timotes y Valera, fueron años de duro cautiverio, que
las autoridades suspendieron dado al delicado estado de salud que presentaba.
Regresa a Caracas a comienzo del año 1935,
prohibiéndosele hablar por la radio y publicar nada absolutamente en la prensa,
dedicándose entonces a publicar un conjunto de composiciones poéticas en dos
libros que se hicieron famosos “Barco de Piedra y Baedeker”, composiciones
escritas durante sus años de prisión, posteriormente publica los dramas
sociales “Abigail y La Juanbinbada”, en estas últimas publicaciones pone de
manifiesto su actitud de poeta social en contacto con la realidad americana.
De Andrés Eloy Blanco, dijo Juan Liscano: Que era un
poeta que se reconoció a sí mismo en la figura ya mítica del Juan Bimba, el de
poseer la referencia obligada en la historia de nuestra literatura. Andrés Eloy
Blanco goza junto con otros poetas anteriores a él de la mayor popularidad en
Venezuela, su noble condición humana, su idealismo de otro tiempo, su
caballerosidad y su adhesión a la causa de la libertad y la democracia. lo cual
le cuesta cárceles, confinamientos y exilios,( de hecho en 1952 cuando muere
trágicamente en México, estaba exiliado por la dictadura Pérezjimenista), su
humor y su ingenio chispeante , su sensibilidad por lo popular, su elocuencia,
sus versos de civilidad vigilante son una expresión genuina de la venezolanidad
extrovertida.
En sus poemas le cantó al mar, a la montaña, a los
ríos, al dolor, a la pena, a la tristeza, a la alegría y sobre todo al amor; en
sus obras estaban palpadas la realidad social de Venezuela en su época, poemas
como “Píntame Angelitos negros, Palabreos de la Loca Luz Caraballo y La Juana
Bautista, demuestran claramente el cuadro social que se vivía.
Mario Torrealba Lossi, apunta en su estudio, “Los
poetas venezolanos de 1918”, que Andrés Eloy Blanco es un poeta único, un poeta
de varias y marcadas tendencias, que esa estructura polifacética, esas
tonalidades divergentes lo distanciaban de sus compañeros de promoción literaria,
ya que el adviene a la, poesía cuando el modernismo está expirando y poetas de
la corriente modernista como Lugones, López Velarde, Tablande y López Martín ya
se abren a otros caminos.
En realidad en Venezuela poetas como Alfredo Arvelo La
Riva , Luis Enrique Mármol y el malogrado Francisco Caballero Mejías responden
claramente a esa transición entre el Modernismo y la Vanguardia, por lo que
Andrés Eloy Blanco se encontró compartido entre los énfasis del Modernismo y la
conciencia de los poetas que reaccionaban contra sus excesos, de allí las
tonalidades divergentes tan notorias en sus poemas por ejemplo “ Tierras que me
oyeron”, y como se pierde en galanterías florales. “Canto a España”, es un
poema modernista típico, en “Carta a Udón Pérez”, afirma el leguaje coloquial,
aunque este poema tiene como antecedente un poema de Salustio González
Rincones; titulado “ Carta a mi Madre”, otras veces se impone en lo popular
desarrollándose en décimas, corríos, coplas y romances.
Destaca también Andrés Eloy Blanco en el plano
político, aparte de lo ya dicho anteriormente en su lucha contra la dictadura
sanguinaria Gomecista, que le costó años de cárceles. Fue Concejal de Caracas
por la Parroquia San Juan; Presidente del Concejo Municipal de Caracas, Senador
de la República y Presidente del Congreso Nacional, Ministro de Relaciones
Exteriores (Canciller), en este cargo lo sorprendió estando en el exterior la
asonada militar dirigida por el golpista Marcos Pérez Jiménez en noviembre de
1948 contra el Gobierno Constitucional de Don Rómulo Gallegos. Asilándose
primero en Cuba y luego en México.
Andrés Eloy Blanco, fue de los fundadores primero del
partido “Partido Democrático Nacional (PDN) y posteriormente del partido Acción
Democrática (AD). Su muerte, brutal fatalidad del destino ciego; contribuyo a
labrar su vida de prócer, no olvidemos que como dijo Andrés Malraux: “La muerte
le confiere a la vida una categoría de destino” y el destino de Andrés Eloy
Blanco parecía ser el de mártir. Exilado por los bárbaros militares que le
temían a su condición de demócrata, orador y poeta, Andrés Eloy tras una
actuación de poeta cantor que arrancaba aplausos de política resplandeciente, amigo
de la tolerancia y el respeto por las leyes y las causas reivindicadoras de los
pobres; era un héroe romántico al estilo de Lamartine y de Martí, y es por eso
que Andrés Eloy Blanco es sobre todo una biografía edificante, ese valor
responde a su naturaleza inclinada por su voluntad ética hacia el respeto y la
exaltación de un código de honor en el comportamiento social; ya que cultivó el
amor a la familia, al amigo, a la esposa, a los hijos, a la patria y al pueblo
sentido siempre como presencia de escritor humorista y humanista y poeta; Él ha
de ser eterno, como son los verdaderos próceres. Su gran legado no solo está
inscrito como un poeta sino como un gran humanista, un político honrado a carta
cabal que nunca transito por el camino del engaño y la mentira, un ser que
amada a su familia y a su patria por sobre todas las cosas del mundo Para gloria de esta patria y exaltación de su
constante recuerdo los restos de Andrés Eloy Blanco, reposan en el Panteón
Nacional.
Andrés Eloy Blanco contrajo matrimonio en el año 1943
con Liliana Iturbe, su gran y descollante Musa (GIRALUNA) de muchos de sus
poemas, de esa feliz unión nacieron dos hijos que aún le sobre viven: Luis
Felipe y Andrés Eloy Blanco Iturbe.
Entre las innumerables poesías de Andrés Eloy Blanco
resaltan:
Canto a La Espiga y el Arado, Canto a España, Píntame
angelitos negros, Carta a Udón Pérez, Baedeker, Barco de Piedra, Carta a Rubén
Darío, El limonero del Señor, Poemas del Apure, Juan Bimba, Carta a Juan Bimba,
Las Uvas del Tiempo, Poema a la madre, La Juana Bautista, Palabreos de la loca
Luz Caraballo, Amor Viajero, A Florinda en invierno, Palabreos de Sara Cata, El
dulce mal del que me estoy muriendo, Río de las siete estrellas; además publico
varias obras para teatro y novelas, todo esto conforman ese gran pedestal donde
reposa la Gloria Eterna de ese gigante de las letras hispanoamericanas.
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