Al “acuerdo” de Guaidó se suma Capriles y su “votemos
como sea” pues la sola observación internacional es insignificante. La
simplicidad con que el exgobernador de Miranda trata de abordar la crisis
parece más bien una estratagema para robarle protagonismo a Guaidó a pocos días
de sorprender al país con su muy cuestionado “Acuerdo de Salvación Nacional”.
¿Qué hacemos ganando alcaldías y gobernaciones sí a
éstas le han robado competencias, recursos, le han impuesto poderes paralelos y
a la par se está redoblando el fatídico Estado Comunal? No hay nada pragmático
en ello ¡Nada! Además, tampoco hay nada qué demostrar, el chavismo desde hace
rato se encuentra ilegalizado, deslegitimado, acusado, sancionado, solicitado,
entre otras acciones punitivas internacionales ¿Para qué seguir lloviendo sobre
mojado, dicho sea de paso, con efectos 100% previsibles?
No se trata de hacerle el juego a las prédicas rojas
“ni por las buenas, ni por las malas, ni con balas, ni con votos, entregaremos
el poder” ¡No! se trata que lo han demostrado con creces al aniquilar las
plazas electorales que pierden, al imponer el castrismo a través de la
violencia institucionalizada, en la forma cómo contienen las protestas
sociales, al manipular acuerdos, diálogos, etc.
Pregúntense ¿Por qué el chavismo estaría interesado en
entregar o compartir el poder sí se encuentra sumamente cómodo en el? Maneja
las armas, instituciones y recursos del Estado a placer, de la mano de sus
aliados internacionales burla las sanciones y dentro del territorio venezolano
es sencillamente amo y señor, ello sin mencionar que el venezolano teje una
microeconomía de sobrevivencia cada vez más efectiva al margen de sus
políticos… no tiene el menor sentido. Lo propuesto por Guaidó y Capriles
sencillamente es un triste más de lo mismo que hace frotar las manos al
chavismo en pleno.
Tras lo propuesto por ambos se esconde la ausencia de
un Plan B, sí existiese ¿por qué no comenzar por el, pues el chavismo desde
hace tiempo retiene el poder ilegal e ilegítimamente, amén de estar acusado de
otros delitos? Sencillamente, sí el régimen incumple el acuerdo y perpetra las
elecciones tal como están concebidas desde 2017, imponiendo partidos,
electores, candidatos y resultados, no se vislumbran nuevas reprimendas o… ¿Más
sanciones fácilmente evadibles?
Existe una realidad inocultable, el venezolano
continúa su vida al margen de la política, reduciendo la visión país a lo
enteramente familiar y personal, no encuentra incentivo para emprender la lucha
política, el liderazgo de hoy, solo garantiza más de lo mismo.
Sí algo nos ha enseñado la política
venezolana en estás dos aciagas décadas es lo que no debemos hacer, la vía
electoral (con su abstención) están agotadas. El liderazgo requerido debe
superar estas herramienta amellada y emprender nuevas acciones, sobre todo, la
oposición debe ser liderada por una figura que asuma la legalidad y legitimidad
que representa dentro y fuera de la nación, desde allí imponer la agenda,
mientras solo habrá autodestructiva apatía, lamentablemente.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela
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