lunes, 21 de junio de 2021

LUIS “BALO” FARÍAS: EL FACTOR CLAVE, UNA NUEVA, JUSTA Y NECESARIA DISTRIBUCIÓN DEL PODER EN VENEZUELA. CON VIDEO

Para restablecer el Estado de Derecho y reconciliar y reconstruir el país, detener y controlar la corrupción se necesita una nueva distribución del poder.
 
Este es el factor decisivo para: superar la corrupción, pobreza, ignorancia y exclusión social que alimentan movimientos neo autoritarios populistas radicales.
 
Estos movimientos no se combaten con ciudadanos armados de ilusiones y odios sino armados de poder político, económico y educativo, para que sean capaces de echar a andar la fábrica de ricos dentro de genuinos Estados de Derecho, aplicando la productividad de Taylor, la Gerencia científica moderna de Deming, el Control de Calidad Total de Feigenbaum; la Administración por Calidad Total de Juran y la Formación Educativa Integral con énfasis en la educación politécnica y capacitación profesional de Simón Rodríguez.



 
Sin poder, los ciudadanos echan a andar la fábrica de pobres dentro de Estados de Desechos, autoritarios y corrompidos.
 
¿Hemos aprendido algo de la crisis Venezolana, y de la historia reciente de Europa Occidental, los Venezolanos?
 
¿Seguiremos auto engañándonos consciente o inconscientemente esperando milagros sociopolíticos que nunca han ocurrido ni ocurrirán; buscando líderes mesiánicos y equipos brillantes que apliquen políticas remediales, mientras perpetuamos la misma distribución del poder expresada en los modelos centralizados de Estado, Economía y Educación e Investigación; que están técnicamente muertos, momificados y amortajados con Constituciones tradicionales?.
 
No es hora de reformar, sino de reemplazar la actual distribución política y la actual división territorial, sobre la que se efectúa el mezquino reparto del poder.
 
Los 23 estados, los 335 municipios, y los ciudadanos pobres y excluidos frente al agotamiento y muerte estructural y funcional de los modelos centralizados, necesitan:
 
1) El poder político para generar decisiones y controlar a los gobernantes,
 
2) El poder económico (acceso al capital) para generar riqueza; y
 
3) El poder educativo e investigativo para generar conocimientos. Para convertirse en agentes y actores fundamentales del cambio progresista.
 
Estos tres poderes cuya suma constituye el poder a secas, los tiene monopolizados, el Presidente, es decir, es un modelo federal con todo el poder Centralizado en el presidente de la República de turno
 
Sin tener poder político, económico y educativo e investigativo los 23 estados, los 335 municipios y los ciudadanos, se convierten en convidados de piedra a sus propios destinos.
 
Los ciudadanos, en muecas tristes que blanden una papeleta electoral en una mano y un carnet político o una carta de recomendación en la otra. No pueden controlar a sus gobernantes, ni generar riqueza, consumir, ni ahorrar. No pueden intervenir con efectos vinculantes en los aspectos políticos, administrativos y educativos e investigativos que les conciernen.
 
No pueden ser agentes del desarrollo socioeconómico y cultural. Se vuelven presas fáciles de pretendidos vengadores de los pobres, anclados en los años sesenta que aún no se dan por enterados que el muro de Berlín cayó y arrastró consigo los viejos conceptos de izquierda y derecha; que ya no se definen en función de las románticas variables de antes, sino en términos de alta y baja productividad de bienes, servicios, conocimientos y decisiones; altos y bajos niveles de vida; y altos y bajos niveles de libertades y controles en manos de los ciudadanos.
 
El poder constituye el tema nuclear del derecho constitucional, de la ciencia política y de los modelos de Estado, Economía y Educación e Investigación que son en realidad distribuciones territoriales del mismo.
 
"Los tres incentivos fundamentales que dominan la vida del hombre en la sociedad y rigen la totalidad de las relaciones humanas, son: el amor, la fe y el poder; de una manera misteriosa están unidos y entrelazados. Sabemos que el poder de la fe mueve montañas, y que el poder del amor... es el vencedor en todas las batallas; pero no es menos propio del hombre el amor al poder y la fe en el poder". (Loewenstein, Teoría de la constitución. 1976).
 
En realidad, el primer y principal derecho humano que garantiza el respeto, acatamiento y materialización de todos los demás, es el derecho de acceso al poder político, económico y educativo constitucionalmente asegurado mediante una distribución y descentralización amplia equitativa del mismo como lo proveen los modelos descentralizados de Estado, Economía y Educación e Investigación.
 
Las entidades territoriales y la ciudadanía nunca utilizan el poder contra sí mismas, en cambio, cuando el poder político, económico y educativo se concentra constitucionalmente en la capital de la República y en el Presidente de la República, como lo estipulan los modelos centralizados de Estado, Economía y Educación e Investigación, este lo utiliza para violarles los derechos constitucionales a las entidades territoriales y todos los derechos, incluidos los derechos humanos, a toda la población.
 
En conclusión lo afirmamos entonces, No es hora de reformar, sino de reemplazar la actual distribución política y la actual división territorial, sobre la que se efectúa el mezquino reparto del poder.
 
Seguiremos insistiendo en el tema.
 
Luis Farias
balofarias@gmail.com
@LuisBaloFarias
La Rebelión de las regiones 
Venezuela
 

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