Recomiendo la lectura del libro “La revolución
olvidada” de Jorge Olavarría, donde el autor demuestra cómo los líderes que
fundaron Acción Democrática conspiraron con los militares para derrocar al
presidente Medina.
El régimen medinista había cometido errores graves:
descuidando las Fuerzas Armadas, y realizando una reforma constitucional que no
permitió la elección universal, directa y secreta del presidente, que era el
clamor del pueblo, se le llamó la “Reforma Chucuta”. Al enloquecer Escalante,
que era el abanderado de consenso, lo sustituyó un candidato gris, Ángel
Biayini, que poco le decía al país. La verdad es que los adecos no andaban con
cuentos y aceptaron pactar con los militares. Pasados tres años, y a pesar de
que el poder estaba en las dignas manos del gran escritor Rómulo Gallegos, sin
importar que había sido electo con el apoyo de más del 80% del electorado, los
mismos oficiales encabezados por Pérez Jiménez decidieron también ponerlo fuera
del poder.
Otro hombre de uniforme, sin éxito, un 4 de febrero
decidió ponerle fin al carismático Carlos Andrés Pérez. Los intentos de golpes
de estado y revolución fueron frecuentes en nuestra Venezuela. A Betancourt
durante su segundo mandato se le alzaron en el Barcelonazo, el Carupanazo, y le
pusieron una bomba que casi acaba con su vida. Al inicio del primer gobierno de
Caldera hubo un amago del propio recién nombrado ministro de la Defensa, y a
Lusinchi le sacaron los tanques, en una intentona a la que le faltó apoyo.
Hoy hay más de un centenar de militares en las
cárceles, ciento veintitrés para ser exactos, algunos tan prominentes como los
generales Baduel y Rodriguez Torres, ambos ex ministros de la Defensa.
Latinoamérica sufre a tres regimenes militares de extrema
izquierda: Cuba, Nicaragua y Venezuela. El enfrentamiento se traslada a la
geopolítica mundial y los chinos y los rusos les dan apoyo. Es mucho lo que se
debate de cara al futuro del mundo en nuestros países. El avance del marxismo
continental es peligroso y hay que detenerlo. Significa: populismo, hambre,
“dictadura del proletariado” y corrupción. Los principios y valores de la democracia alternativa, electiva, pluralista,
representativa y el respeto a los derechos humanos, nos deben inspirar para
rescatar a nuestros pueblos.
Oscar Arnal
@OscarArnal
Venezuela
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