A ver sí nos logramos explicar. La comunidad
internacional ha impuesto una serie de sanciones personalísimas y otras que
afectan al régimen por, entre otras acusaciones, perpetrar elecciones sin
institucionalidad, o sea, al margen de la ley y preceptos democráticos.
Entonces ¿Cómo es que ahora la oposición pedirá levantamiento de sanciones para
participar en este tipo de contiendas electorales absurdas? Ojalá no sea
cierto, porque lo mínimo que podría ocurrir es que la comunidad internacional
democrática se harte y retire su apoyo a los venezolanos.
Con la retención del poder que hace el chavismo, no
hay ninguna posibilidad de generar condiciones electorales, porque las
condiciones electorales no es solo votar, es el poder que implica el voto, el
poder de quienes resulten electos puedan ejercer plenamente sus
funciones/competencias constitucionales y ello mi estimado lector en esta
Venezuela es sencillamente imposible ante instituciones de Estado psuvizadas.
La gran interrogante ¿Qué puede ganar la oposición (el
país) sí participa el 21N? La respuesta es un faraónico ¡Nada! porque recibiría
alcaldías y gobernaciones en ruinas, con más de una década en mora, sin situado
porque Pdvsa la quebraron y la recaudación fiscal es insignificante, con
competencias y recursos arrebatados, sin posibilidad real de captar inversiones
en un país donde no hay seguridad de ningún tipo, con la imposición del Estado
comunal, entre otras dantescas realidades… en menos de un año, los alcaldes y
gobernadores electos serán repudiados ante gestiones catastróficas. De este
modo, el régimen, además de lograr compartir la responsabilidad de un caos que
le pertenece 100%, lograría “quemar” a gran número de líderes opositores ¡No
tiene en menor sentido!
NI hablar de aceptar un supuesto revocatorio, porque
en el momento que se aceptase se estaría brindando el reconocimiento legal y
legítimo al régimen chavista, sencillamente porque ¿Cómo revocar alguien ilegal
e ilegitimo? Sería otro incurable error, sin mencionar el régimen y sus
instituciones rojas rojitas ya saben qué hacer para evitar este tipo de
plebiscito, ya lo hizo en 2016.
Además, la única variable de medición en política son
los hechos y en esta medición el chavismo reprueba alarmantemente, no solo ha
incumplido los presuntos acuerdos anteriores, sino que al terminar cada uno de
ellos termina radicalizándose mucho más. Hoy la realidad no es distinta:
Mientras dialogan oposición reconocida y Maduro, por “encomienda presidencial”,
Diosdado y la esposa de Maduro restructuran el poder judicial… No hay ni la más
mínima voluntad política en generar cambios.
Sí en realidad la oposición reconocida anda en estas
faenas el reseteo político será total, los venezolanos comenzaremos desde cero
a enfrentar un régimen cercenador de libertades y derechos.
Leandro Rodríguez
Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela
leandrotango@gmail.com
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Venezuela
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