Lamentamos verdaderamente que de una manera inesperada
se haya ido de viaje al Oriente Eterno el general. Carneiro. No tuvimos ninguna
relación y fuimos adversarios políticos e ideológicos.
Y a pesar de tener mi persona, familiares dentro de
las fuerzas armadas, siempre he tenido una animadversión hacia los regimenes y
gobiernos dirigidos por militares, debido a que lo poco que he podido estudiar,
acerca de esos regimenes, hasta ahora, no se conoce en la historia de la
humanidad, alguno que haya realizado una acción benefactora hacia la
ciudadanía.
Y está comprobado a lo largo de la historia, que los
militares, gobiernan para enriquecerse ellos y sus adeptos.
Eso hizo el difunto general con su familia y sus 4
mosqueteros, el pastor, el Coronel, El Procurador y el director de seguridad;
siguiendo el patrón impuesto por el teniente coronel de Sabaneta, con los
cuales inició su gobierno y disfrutó las mieses del poder, he hizo algunas
obras suntuosas y otras importantes como los terminales de transporte, estadios,
plazas y la cinta costera entre La Guayra y Macuto, la cual le dio réditos
económicos y personales por el inmenso movimiento de tierras, que le permitió a
sus familiares viajar por el mundo y demostrar lo grato que es pasear por el
mundo exhibiéndose a través de los selfies, para mofarse del ciudadano común,
al cual el salario no le alcanza para cubrir ni una semana de su alimentación.
Siguiendo ese patrón, distribuyó entre su familia y
sus mosqueteros, los diferentes negocios que le dieron excelentes resultados
económicos, alimentaron su ego narcisista y ratificaron su delirante egolatría
por la perpetuidad del poder, al exponer su desmedida ambición de permanecer al
frente de la gobernación del estado Vargas, contra los designios del usurpador
de Miraflores, llenando las paredes y espacios de las vías públicas con una
propaganda personal, propia del culto a la personalidad, asumiendo
demagógicamente que era la figura que encarnaba el gentilicio de la
guayreñidad; con la frase “Carneiro es La Guayra”; con lo cual nos demostró el
voraz deseo de imponerse autocráticamente por encima del sentimiento de los
Varguenses.
Ahora, quedan las pintas y los adornos florales que
construyó a lo largo de la vía principal por donde pasa la reina, para
recordarlo como personaje narciso imbuido en la fatuidad y los oropeles del
circo, las cuales fueron realizadas con una inversión millonaria, que en
cualquier régimen democrático, sería sometido a estudio por razones de peculado
y malversación del erario público, pero como estamos gobernados por una
pandilla de narco delincuentes, que se solapan sus fechorías y acciones
delincuenciales, quienes se dicen y auto califican como integrantes del poder
moral, dejan correr esas aguas por debajo de los puentes y solamente ven la
viga, en el ojo ajeno.
El caso es que se fue sin despedirse y sin solucionar
la mayoría de los problemas que confrontamos los varguenses en materia de
servicios públicos, sin agua, centros de salud en condiciones desastrosas y
como muestra tenemos el periférico de Pariata, aguas negras en la mayoría de
las calles y avenidas y la basura adornando las calles y recodos que no están a
la vista de los visitantes que sólo aprecian la vistuosidad de la avenida por
donde transita la reina. Otro reflejo de su nefasta gestión es la planta
desalinizadora ubicada frente a la Escuela República de Panamá, está totalmente
inoperativa y destruida por el salitre, al igual que la Planta de Tratamiento
de Punta Gorda, la cual por la construcción del estadio Fórum de La Guayra,
sacaron los tubos de 48 pulgadas de la red colocada por Corpovargas, que debían
traer las aguas servidas de las parroquias Naiguatá, Caraballeda y Macuto, por
lo también quedó inoperativa.
No hablemos del estado físico de las edificaciones
escolares, porque entonces el Rosario y la letanía, sería interminable.
Otro hecho por el cual recordaremos al finado e
infausto general, es por su acción depredadora contra la historia y patrimonio
Varguense, al cambiar autocráticamente el nombre del estado y pretender borrar
nuestra identidad y arraigo histórico; ya que eliminó el busto del fundador
Diego de Osorio, al igual que el de Francisco Fajardo quien fue el primer
venezolano que llegó este litoral en 1555. Igualmente destruyó la plaza Gual y
España, ubicada frente a la prefectura de La Guayra; El Monumento a La Conspiración
de Gual y España, inaugurado por el presidente Caldera el 25 de octubre de 1998
en Pachano, convertido ahora en estacionamiento de la funeraria San José, la
cual, según las malas lenguas, es propiedad del Alcalde.
También para continuar su acción depredadora, reformó
La Casa de José María España, ubicada en la calle San Francisco del Casco
Colonial de la ciudad histórica de La Guayra, utilizando materiales diferentes
a los originales y convirtiendo ese Monumento Histórico Nacional en un
agradable pero inapropiado y café gourmet y le colocó el busto de José María
España, que había instalado en la plaza construida en la entrada de la urb. La Llanada, en Caraballeda, la cual inauguró el 28 de
febrero de 2012 y colocó en su lugar otro busto, que hasta ahora no hemos
identificado.
Quitó el busto de Simón Bolívar ubicado frente a la
Escuela Alfredo Machado en Catia La Mar, y también distorsionó el sentido y
tradición a la plantica de La Guayra; igualmente, destruyó el cementerio
aborigen ubicado en el playón.
Y si quieren ver como demostró su amor por La Guayra,
bastaría ir a La Casa Guipuzcoana, sede del despacho del solio gubernativo para
ver el estado de deterioro de ese Monumento Histórico Nacional, observar las
ruinas de la antigua corporación del puerto, ubicada frente a la plaza Vargas,
al igual que el Hotel Miramar en Macuto, el cual se ha venido cayendo a pedazos
ante la indiferencia del narciso y sus obsecuentes lame botas.
Otros testimonios de su amor incomprendido lo
apreciamos en los balnearios de Catia la Mar, Macuto y Naiguatá, antiguos
centros receptores de personas ávidas de recreación y disfrute de sus playas,
los cuales están en completo estado de abandono y de ruindad.
En fin, claro que lo vamos a recordar, pero no por
construir un estado de bienestar para los varguenses, pero si por imponer y
oficializar a diestra y siniestra la matraca policial con la Ley de Convivencia
y también lamentar que se fue sin despedirse a reunirse con el intergaláctico y
también con su carnal, El Pastor, sin pasar por el baremo crítico y analítico
de la sociedad varguense, que muy bien lo juzgará y pondrá en la balanza de la
justicia terrenal, las diversas acciones que realizó, y que de seguro servirán
para pedirle a la Divina Providencia, que por favor no permita que los próximos
gobernantes para nuestro estado, sean de tan baja ralea, como el finado
general.
Por tal razón, le expresamos
nuestras condolencias a su familia y deseamos que descanse en paz y si el
arquitecto de la naturaleza lo permite, que siga entonces disfrutando de su
egolatría y narcisismo en el más allá. Te lo pedimos Señor.
Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
Venezuela
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