La esperanza y el temor son inseparables y no hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor. François de la Rochefoucauld.
Estamos a tan solo tres semanas para que se lleven a cabo las elecciones regionales, este 21 de noviembre. Hasta el día de hoy se observa en la mayoría de los venezolanos muy poco interés en participar en ese proceso electoral. Es un axioma, por lo evidente, decir que la abstención favorecerá a los candidatos del régimen de Nicolas Maduro por la simple razón de que ellos tienen en sus manos la fuerza coercitiva para obligar que buena parte de los más de tres millones de empleados públicos asistan a votar. De igual forma, posee los medios para trasladarlos hasta los más recónditos escondrijos donde haya un centro de sufragio. No hace daño remachar lo que muchos ya han dicho por aquí y otros medios de comunicación social que complica aún más la situación de los demócratas, que no es otra cosa, que mientras estos se presentan con tres y hasta cinco candidatos para un mismo cargo, ellos, los del régimen, van con tan solo un aspirante, ni uno más.
Es lamentable, y lindante con lo irracional, que la mayoría del 85 % de los venezolanos quienes rechazan a Nicolás Maduro se abstengan de participar en un acto electoral que sería un avance para lograr la mayor aspiración de ese gran número de compatriotas, como es la salida de estos del poder. Que no queden vestigios de este gobierno infernal, pérfido, que saqueó el país hasta hacerlo el más menesteroso de la región…
De manera, que un 15 % se impondrá de no concurrir a votar el 85 %, que, como consecuencia de su indignación, quizá justificada, se colocan un trapo negro en los ojos y se tapan los oídos para no escuchar ni aceptar cualquier sugerencia convincente que choque con su punto de vista irreversible.
En el supuesto que se diera un triunfo ese 21 de noviembre que favorezca a los candidatos de Maduro, ese hecho demorará por varios años más la salida de este de Miraflores. La desilusión, el abatimiento, la depresión, caerán como una gran roca sobre la cabeza de votantes y abstencionistas, por igual. No habrá diferencias entre unos y otros. Se producirá a partir de ese momento un cambio de la dirigencia política opuesta al régimen. Se apagará la lucha para mantener la unidad a toda costa de los diferentes partidos políticos; quedará como un esfuerzo vano lo que tanto tiempo y sacrificio costó. Pasarán por la guillotina a moros y cristianos, rodarán las cabezas sin juicios previos. Los cambios se darán y cada organización partidista hará su trabajo político, creo que esto será, finalmente, lo más conveniente para la democracia.
Sin embargo, alerto que esa desmesura, ese aquelarre, esa agrupación de brujas y brujos para la realización de rituales será una invocación y adoración a Luzbel, al mismo demonio. ¿Quién va a sustituir, por ejemplo, a Juan Guaidó? ¿Quién de la dirigencia opositora va a ser apoyado, reconocido en un tiempo prudencial, como nuevo líder o presidente interino de Venezuela?
En fin, a partir de estos nuevos tiempos donde la política internacional jugará un papel preponderante, donde las páginas de denuncias engordarán las carpetas de cargos de los altos funcionarios en la Corte Penal Internacional. Y una vez que surjan las voces de Álex Saab, “El Pollo” Carvajal y Claudia Díaz enfermera de Hugo Chávez, será más importante el reconocimiento de los países extranjeros.
Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Venezuela
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