Si algún día pudiéramos afinar la puntería de nuestros análisis y, sobre todo, profundizarlos, nos daríamos cuenta de que hemos estado transitado perdidos durante tanto tiempo y se nos develarían secretos impresionantes. El moderno estado de bienestar que arropa al mundo, como el que porta EU, tiene un impresionante parecido al Manifiesto Comunista que publicara Marx en 1848. Si repasamos los 10 puntos de ese documento, nos daremos cuenta fue un programa para arruinar la clase media de los burgueses (no a los grandes capitalistas), y en EU ha sido implementado por gobiernos demócratas y republicanos desde que Wilson iniciara el control de un perpetuado establishment.
El gran enemigo de Marx era la clase media. El pretendía expropiar propiedad y riqueza de esa clase media a través de una revolución liderada por lo que él llamaba clase trabajadora, el proletariado. Desafortunadamente para Marx, las clases trabajadoras nunca habían tenido alguna identificación ni liga con revoluciones comunistas. En la práctica, las revoluciones comunistas siempre han sido lideradas por unos cuantos marxistas. Entonces ¿Cómo puede hacerse una revolución y tomar el poder con grupos tan pequeños? Es sencillo, porque los comunistas siempre han tenido gran apoyo de las llamadas clases capitalistas y banqueros que controlan el poder. Esta ayuda siempre ha sido consistente desde el financiamiento del Manifiesto de Marx en 1848, hasta llegar al siglo 20 cuando administraciones dominadas por David Rockefeller han estado apoyando revoluciones comunistas en todo el mundo.
Iniciemos con el Manifiesto de Marx cuyo objetivo era expropiar la riqueza de la clase media y lo expresaba así: “En este primer caso, por supuesto, esto sólo puede realizarse mediante la injerencia despótica en los métodos de producción burgueses, es decir, mediante medidas que parecerían económicamente inadecuadas e insostenibles, pero que tendrían efectos de largo alcance y eran necesarias como medios para revolucionar todo el sistema de producción”.
Los 10 puntos que cita Marx para la destrucción de la clase media ya casi se han completado en EU. La enmienda16th de la Constitución, por ejemplo, (el establecimiento del impuesto sobre ingresos) es un concepto político arcaico que tiene antecedentes de 4,000 años en la era de los faraones de Egipto. Los consejeros elites y el mismo faraón le informaron a la gente: “Vamos a forzarlos para que hagan lo que tienen que hacer. Porque nosotros somos omnipotentes, residimos en las alturas mirándolos hacia abajo y podemos decidir qué es lo mejor para todos. Los vamos a forzar para que, en lugar que ustedes decidan lo que les conviene, con nuestra sabiduría lo haremos nosotros. Los vamos a forzar a tener un programa de gobierno para su retiro y cuando lleguen a esa edad, puedan vivir con dignidad.
Los vamos a forzar para que hagan lo que nosotros decidimos tienen que hacer, porque, si lo dejamos a su responsabilidad, siempre será tarea incompleta. Los forzaremos para que tengan un programa gubernamental para almacenamiento de alimentos porque sabemos ustedes son incompetentes para hacerlo. Aún más, sabemos ustedes son incapaces de cuidar su salud y los forzaremos a tener un programa gubernamental para de esa forma protegerlos.
Pero, el sistema de Egipto para llevar a cabo todo esto consumía casi la mitad de su producción y fue cuando se iniciara la decadencia de esa gran sociedad.
El moderno faraón para establecer su plan de salvamento de la humanidad, Karl Marx, se inspiró con esos antecedentes para su Manifiesto Comunista. Y ese manifiesto se convirtió en el documento económico, político y social más importante del siglo 20. Su significancia se basó en el infortunado hecho de que, por increíble que pueda parecer, el documento ha sido el faro de luz que ha iluminado la ruta del liderazgo político moderno, el mapa y compás de las ramas ejecutivas de los gobiernos y, en el caso de EU, el manual de operaciones de ambos partidos que, durante mucho tiempo, han estado trabajando sin descanso para completar el mandado de Marx.
Y lo que el Manifiesto declara es que, cuando se implementan sus 10 puntos en cualquier sistema de empresa libre, el capitalismo liberal ha sido destruido y el campo está preparado para el establecimiento de la tiranía, pero no la tiranía del proletariado, sino la tiranía de las elites globales y Marx lo describía de esta forma:
“El poder político debe ser el uso organizado de la fuerza por una clase para mantener a otra en sujeción. Cuando el proletariado, en el curso de su lucha contra la burguesía se consolide en una clase, y por medio de una revolución se convierta en la clase dominante, barrerá por la fuerza el viejo sistema de producción”.
El punto 2 del Manifiesto de Marx se lee así: “Un agresivo, progresivo y gradual impuesto sobre ingresos”. Esto se convirtió en la enmienda 16th de la Constitución de EU. Después, en ese mismo año de 1913, vimos la aprobación ilegal del Acto que le diera vida a la Reserva Federal. La idea para este programa la encontramos en el punto 5 del Manifiesto de Marx y es tal vez el punto más importante del documento y reza así:
“Centralización del Crédito en manos del Estado a través de un banco nacional como un monopolio exclusivo”.
Es decir, Marx proponía el esquema exacto que le dio vida a la Reserva Federal.
Marx era un tipo brillante, tanto que muriera millonario especulando en los mercados de Londres. Él sabía que, si lograba ubicar el control para abastecer de dinero y crédito a las naciones en un grupo pequeño, se podría controlar totalmente subidas y bajadas de las economías solo ordenándolo, y billones de dólares de riqueza se podrían transferir de un grupo a otro, de un país a otro, o de la sufrida clase media a las elites globales. Se podría decir que Marx fue el inventor del capitalismo de las cartas marcadas y de las ruletas arregladas.
Pero, la semblanza más notable del Manifiesto es algo que universalmente ha sido ignorado. El manifiesto nunca ha favorecido a las clases trabajadoras y, por supuesto, tampoco a las clases medias que siempre han sido el blanco para eliminar. El Manifiesto es un manual para las elites que les indica y facilita el control. Es el instructivo para las elites de cómo, a través de violentos asaltos financieros de la maquinaria que ellos tienen, tomar control económico y político del mundo. Y, si investigamos quienes fueron los que apoyaron a Marx, nos daremos cuenta de que son las mismas elites que hicieron una inversión que les ha redituado escandalosamente durante más de 150 años en que han explotado al mundo.
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El mercado libre no ofrece garantías, privilegios especiales, favores, monopolios, oligopolios, subvenciones, ventajas, protecciones, subsidios, apoyos, tratamientos especiales, distinciones, dádivas, cancelación de deudas, en pocas palabras, como lo afirmara Milton Freedman, no hay free lunch. Por eso es tan impopular.
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