El Presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez conjuntamente con el Contralor Elvis Amoroso, han emprendido una campaña de exigir la declaración de Patrimonio a los diputados del período que recién acaba de terminar y con el particular acento, a los diputados de oposición.
No
guardó las formas, ni la delicadeza; prácticamente tilda de “choros del
legislativo” a los servidores públicos, elegidos por el pueblo. En cualquier
país del mundo y por supuesto en nuestro país, está contemplado que los
diputados y cualquier funcionario emita su debida declaración, pero parece ser
que no lo estaban haciendo, o en todo caso, los altos funcionarios que desean
ponerle la lupa a las declaraciones solicitadas, tienen un particular y
evidente interés en hacerle seguimiento expreso al patrimonio de gente
sospechosa de manejos extraños y por supuesto enriquecimiento ilícito. Y,
tienen razón, hasta que se pruebe lo contrario.
No
hay que caerse a cuentos. Es evidente que le tienen a Guaidó y su entorno un
seguimiento justificado, porque han manejado muchísima plata y no rinden cuenta
de ningún tipo, además que se ha visto funcionarios y familiares dándose la
gran vida. De paso, allí hay un arroz con pollo, entre plata que puede ser del
Estado venezolano, y plata que viene de otros fondos, seguramente, no sujeta a
control. Gente común y corriente como uno, no pone su cuello por la inocencia
de nadie, por no haber metido la mano, en plata que no le corresponde. La
hediondez a enriquecimiento ilícito durante todos estos años es demasiado
intensa. Vientos fétidos soplan en todas direcciones, y yo que estoy
residenciado en el norte de la ciudad, al pie del cerro símbolo de la ciudad,
puedo perfectamente certificarlo. Así que el que metió la mano en el tesoro,
pues que se le compruebe y se le castigue para sentar precedentes necesarios.
Sea anaranjado, blanco, verde, o especialmente rojo-rojito en 20 años de
desmadre. Ya está fastidiosa la cosa y se convierte en novela de nueve de la
noche, esa idea de llamar ladrón, rata y otros adjetivos descalificativos a
gente y no accionar en su contra. Nos tienen mareados, ¿o, no?
Naturalmente,
no solo se debe pedir justicia en contra de funcionarios de oposición, porque
se notaría como una persecución y un ensañamiento. También ha debido suceder,
desde hace tiempo-o sea, unos 20 años para acá, ustedes saben-, contra todos
esos cristianos rojos de mediano y alto cargo, que han estado rotando en
distintos ministerios e instituciones, participando del saqueo histórico contra
la nación. Sinceramente, me parece justo que se haga una gran movida de mata,
en ese sentido. Tal vez, resulte, que se recupere muchos millones de dólares
que reposan en cuentas bancarias allende, los mares; tal vez se recuperen
bienes e inversiones a nombres de testaferros y grupos mafiosos que han hecho
un verdadero festín con los recursos del país, en desmedro de su propio futuro.
II
Jorge
Rodríguez y Amoroso también deben presentar sus declaraciones. Ambos también
son sospechosos de quiquiriguiqui. Pocas palabras, ideas claras. Como dije,
taparse la nariz, no es suficiente. Más Rodríguez que Amoroso, en los
comentarios de la gente en la calle, que no prueban nada, que puede ser vulgar
chisme, sin embargo, el Estado debe tener mecanismos de inteligencia que
comprueben el pillaje, el enriquecimiento ilícito, la vagabundería, la estaffa,
la corrupción, y los negocios turbos. Las cabezas deben rodar y ellos saben
quiénes son los más hediondos, se lo aseguro.
III
Cuando
los rojos llegaron al poder en 1998, que yo sepa, allí no había millonario. Me
parece que el viejo Miquilena, era el mejor establecido económicamente y
reconocido. La situación,la pinta de un Maduro o una Cilia Flores, Bernal,
Jaua, Aristóbulo, entre muchísimos, pero muchísimos pela testículos, era
precisamente, de gente que no tenía bienes de fortuna y llegaron a la Asamblea
y al gobierno en general, con huecos en los zapatos y las chaquetas de cuero de
entonces, símbolo de la izquierda arruinada de siempre. Tal vez, la excepción
sea el difunto José Vicente, cuyo padre le arregló la vida en tiempos de Gómez,
ustedes saben. Pero, todo el mundo era feo, con dientes sin cuidado como Cilia;
sin correa como Aristóbulo y siga la cuenta
IV
Hoy
en día, la cosa ha cambiado, pero de una manera impresionante. En 20 años son
una nueva clase social con mucho poder económico escondido, pero con Poder
suficiente, para construir viviendas en zonas súper exclusivas en Los Roques,
montar negocios de todo tipo, dentro y fuera del país, tener a sus hijos
estudiando afuera a todo trapo y un largo etcétera de lujo y ostentación que le
corta la respiración a cualquier indiferente. El entorno familiar de Chávez es
impresionante, empezando por su hija, que tiene las agallas de manejar esa
inmensa fortuna, lejos de aquella familia que vino de Maracay con trapitos
comprados en el mercado del cementerio y estirándose los cabellos con desrices
de perfumería de centro comercial. Los ejemplos sobran y no se salva nadie, ni
civiles, ni militares. Esa es la verdad del gran pillaje.
V
El
señor Contralor tiene mucho trabajo y muchos cristianos deberían someterse a un
escrutinio riguroso-por ejemplo el teniente Diosdado, que vive muy bien para
los sueldos que puede justificar en la política y los dimes y diretes de
siempre, que corren como río en sabana, en un país pequeño donde todos nos
conocemos y la gripe no se oculta-.
Vi
Obviamente,
nadie puede creer que el Sr Amoroso señale con el dedo de la justicia a los
Chávez; al zar del petróleo Rafael Ramírez; y a toda esa marabunda de chupa
dólares que llegaron con carretilla a cobrar obras de infraestructura tres,
cuatro, cinco veces y no concluirlas. Hasta la vieja Elena tenía cuentas en
dólares en USA. Si señores, en revolución no nos alcanza el dedo estirado en
veinte años para señalarlos frente a un paredón y acusarles de ladrones.
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