sábado, 8 de enero de 2022

JULIO CÉSAR PINEDA: DIPLOMACIA Y LA NUEVA BIPOLARIDAD.DESDE VENEZUELA

El Derecho Internacional y la Diplomacia en este 2022 continuará dentro de la complejidad y dinamismo en la búsqueda de la paz y de la seguridad internacional con los imperativos éticos de la libertad y de la justicia. Los efectos del Covid-19 en el ámbito económico, político y cultural obligaran a un nuevo paradigma en las relaciones internacionales asignada por la cooperación y la negociación. El Derecho Internacional responde a un espacio y a un tiempo que debe adaptarse a la nueva realidad donde es determinante el papel de las nuevas tecnologías de la información y comunicación TIC, estamos pasando de la realidad material a la virtual, de lo analógico a lo informático. Hoy la diplomacia es directa como el teletrabajo y la teleeducación.

La diplomacia: es la técnica de las Relaciones Internacionales, sus ejecutores son los miembros del Servicio Exterior de cada país y los funcionarios internacionales que permite a los Estados, a pesar de las diferencias de sus sistemas constitucionales y sociales, llegar a la comprensión mutua y a la solución de sus divergencias por medios pacíficos.

Los procesos de colonización extendieron la actividad diplomática europea a todos los continentes, el fracaso de la naciente diplomacia se expresó en la Primera Guerra Mundial, pero también la reformulación de la misma con la tesis del presidente Wilson de un orden mundial plural, basado en el derecho. Este aporte de Estados Unidos sacó a la diplomacia del esquema europeo hacia una organización internacional de carácter universal con la creación de la Sociedad de Naciones, la cual se extinguió en 1929, aunque revivió en 1945 con la creación de la ONU, las potencias vencedoras impusieron en el sistema internacional la bipolaridad bajo el sustrato económico del capitalismo y comunismo.

Después de la Segunda Guerra Mundial en 1945 con la creación de las Naciones Unidas se diseñó ese nuevo orden internacional que hoy no responde a las condiciones de ese tiempo, en razón, que las potencias vencedoras se adjudicaron derechos especiales como la permanencia y el derecho de veto en el Consejo de Seguridad. Esto facilitó la confrontación y la dimensión bipolar del derecho y la diplomacia con la denominada bipolaridad que duró hasta 1989 con la caída del Muro de Berlín. Europa con su sistema de integración generado en 1957 con la creación de la Comunidad Económica Europea CE y la adhesión de 27 Estados, se convirtió en una referencia en la nueva multipolar que se iba diseñando.

El exitoso proceso de la Unión Europea, revalorizó su diplomacia. El fin de la bipolaridad también fortaleció a las Naciones Unidas en la aplicación del Derecho Internacional y en la participación en todas las negociaciones, incluyendo los Cascos Azules, apareció una nueva diplomacia multipolar y de cumbres, además de la diplomacia de grandes espacios geopolíticos o geoeconómicos, más allá del Estado nacional como el Grupo de los Ocho, las negociaciones Sur-Sur, la Liga Árabe, el Mercosur, la Comunidad Andina y la Alianza del Pacífico.

El año 2022 que se inicia nos presenta un panorama donde será posible la recuperación económica con los avances de la ciencia y la tecnología en la lucha contra el Covid-19. La diplomacia estará enmarcada en lo social y en la salud con la posible reformulación la OMS y sus expresiones regionales como la oficina panamericana en nuestro continente. La diplomacia digital se impone con Embajadas virtuales y los contactos directos que facilitan las nuevas tecnologías.

La preocupación fundamental para la diplomacia hoy es lo que pudiera ser la nueva bipolaridad entre China y occidente, pero con una nueva dimensión de la Alianza lograda entre EEUU, Australia y Reino Unido. En esa región del Asia del Pacífico es permanente la confrontación con la diplomacia China, donde, además, un punto neurálgico como la isla de Taiwán con una superficie de 37 mil km2 y 30 millones de habitantes es reclamada por Pekín como territorio y soberanía de China. En 1886, Taiwán era una provincia de China luego pasó al Japón y en 1949 se convirtió en refugio para los oponentes de Mao Tse Tung, con un sistema liberal y democrático. Al reconocerse China en 1971 Taiwán fue expulsado de la ONU manteniendo ahora pocos contactos diplomáticos, pero con el apoyo de Washington y las capitales de Europa.

China con su crecimiento económico y su desarrollo tecnológico en todas las áreas especialmente en el ciberespacio donde lo nuclear no está excluido; representa la nueva bipolaridad distinta y más frágil que la de la Unión Soviética. La dinámica del conflicto ya está abierta porque frente a China estarían: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Japón, Australia y la Organización del Atlántico Norte.

Hoy más que nunca la paz debe imponerse con la racionalidad del diálogo y la negociación como lo establece el art. 33 de la ONU sobre la solución pacífica de las controversias internacionales.

Julio César Pineda
Jcpineda01@gmail.com
@ElUniversal
@jcpinedap
Venezuela

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