Arrancó el 2022, y como es natural, las expectativas existen a pesar del mal gobierno, y con la misma oposición irresoluta, e incapaz de construir alternativa viable, para ilusionar a los ciudadanos.
Comienza con la celebración de elecciones en el Estado Barinas, luego del atraco que el oficialismo implementó en el TSJ, producto de la derrota que recibieran el 21N, intentando convertir a ese estado en un símbolo porque ahí nació el extinto Chávez, responsable de toda la destrucción, no solo de Barinas, sino del país entero. ¨Símbolo de la destrucción total¨, supongo.
Pase lo que pase en Barinas, el gobierno de Maduro con su tropelía en el TSJ para obligar una nueva elección, ya perdió; porque no tiene moral para hacer lo que hizo, aunque entendemos que eso poco importa a un gobierno autoritario con pretensiones de perpetuidad. Ojalá que los barineses salgan masivamente a expresar su opinión.
Por su parte, el sector de la oposición representado por el G4, encabezado por Guaidó, sigue haciendo gala de su estupidez y presunta corrupción, habida cuenta de que se dieron a sí mismos prórroga de un mandato imposible. No acaban de entender que significa una estafa agravada y continuada el hecho de que su período venció en 2021, y en consecuencia no son diputados, y mucho menos pueden conformar un gobierno interino (eterno?), que no existe constitucionalmente. Siguen irresolutos en producción de políticas alternativas, pero muy expeditos en el manejo ilegal de recursos de la nación, y peor aún, destruyendo ese patrimonio como ocurre con Monómeros; Citgo, y la ayuda humanitaria. Solo el gobierno de los EEUU reconoce haber entregado más de 1.200 millones de dólares, de los cuales, se desconoce el paradero, y la forma en que se ha utilizado.
Voceros de esa misma oposición han denunciado la presunta corrupción de quienes han usufructuado esos recursos, y siguen sin rendir cuentas. Algunos advierten que manejan una nómina de empleados al servicio de esa entelequia llamada gobierno interino, de entre 1.600 y 2.000 personas con salarios promedio de 100.000 dólares anuales. Es un atropello a la razón cobrar grandes cantidades de dinero en dólares sin trabajar, y dando declaraciones sin sentido y sin ninguna probabilidad de éxito político; solo hacedores de clichés!
Lo cierto es que este 2022 arranca muy mal para la oposición, y peor aún para la ciudadanía que les confió su voto y su esperanza. Ahora pretenden presionar al gobierno de Maduro, sin tener con qué, para que se siente a negociar salidas políticas que esa oposición destruyó reiteradamente con la imbecilidad de la abstención.
No obstante, si el gobierno accediera a negociar por su interés de que EEUU levante las sanciones, y con ello se logra adelantar algún proceso electoral, como el de la AN, insistimos en que debe hacerse un esfuerzo por lograr la unidad de propósitos con fines electorales y programáticos, con la inclusión de las otras fuerzas resultantes del 21N, que nos permita avanzar en las reformas que el país necesita en materia de políticas públicas.
Por ejemplo, hay que erradicar de la Constitución la ¨bendita¨ asamblea nacional constituyente; el RR, y por supuesto la reelección presidencial de manera absoluta. Así mismo, deben incluirse la segunda vuelta presidencial para darle mayor gobernabilidad al sistema; volver al sistema bicameral (Senado, y Diputados); al sistema de representación proporcional de las minorías; profesionalizar, independizar, y dar autonomía al poder judicial; garantizar la autonomía universitaria. En fin un nuevo pacto social para acometer las grandes reformas que necesitamos para relanzar al país.
Los recursos existen, y además hay disposición de los organismos multilaterales para ayudar en la recuperación de Venezuela. Es una tarea tanto de gobierno, como de oposición. Sindéresis.
Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela
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