“El valiente tiene miedo del contrario, el cobarde de su propio temor”
Lo de Venezuela, al parecer no tiene remedio por su
propia decisión. Es una sociedad que espera todavía una solución mágica o providencial para
ponerle fin a esta tragedia. Lleno de miedo y confusión nuestro pueblo es
incapaz de reconocer nuestra cruda y peligrosa realidad. A todos los niveles se
apuesta a que todo se resuelva de forma negociada y sin sacrificios. “Aquí no
ha pasado nada”
Envilecido por años de democracia populista y al amparo
de la cultura de los petrodólares y del estado complaciente, el venezolano
sigue absorto ante una situación que no identifica claramente y si lo hace la
adapta a su único referente ante la crisis que atraviesa, “Esperar a que otros
solucionen y observar a ver qué pasa”. Mientras, el pendejo en la cola murmura
y los vivos, se están yendo del país.
No hay que confundirse, “el hambre” fue la que derrotó al
gobierno. Conscientes de ello hacen el esfuerzo para neutralizar su efecto con
más proselitismo y promesas para ganar tiempo. Colocan a sus caudillejos con
disfraz de pueblo a decir cualquier
disparate, a contradecirse en su locuaz y mal digerida ideología. Hipócritas,
pero no tienen otra alternativa y conocen lo voluble del venezolano.
Sectores siguen esperanzados en que los Marines, la DEA,
y el FBI, hagan lo que no hacemos los hombres de este país. Salvo excepciones,
no se observa una reacción determinante y llena de coraje. Por allí ya van
apareciendo los héroes de papel que estaban callados o autoexiliados. Algunos
también juegan con el tiempo, de cara a los futuros comicios regionales, otros
colaboran con el fin de obtener prebendas.
Los documentos y denuncias ante la ONU, OEA y la CIDH son
calistenia jurídica. El caso cubano es un ejemplo del modo de operar del mundo
actual, que evidencia una profunda crisis de valores. Sino como se explica que
Venezuela este en el consejo de seguridad y
la Francia de Hollande, le
prometa ayuda al desesperado criminal de
Raúl Castro. Mientras, España le coquetea al populismo de izquierda.
Se repiten los programas económicos fracasados del mentor
de tamaño desastre. Todo ello acompañado de los mercachifles que recibieron
prebendas y dólares, y que ahora tienen que aparecer obligatoriamente en la comparsa, So
pena de ser pulverizados. La sombra de un estallido social sigue al acecho y su
desenlace será impredecible. La única salida es la renuncia y una junta de
transición.
“La esperanza no
es resignación ni pasividad y el valor radica en hacer lo que más tememos
hacer”
Cesar Guillen
Citterio
cesarguillencittrerio@gmail.com
"Adhuc
Stantes"
“Todavía en Pie”
Caracas- Venezuela
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