sábado, 6 de febrero de 2016

PABLO HERRERA, MISERICORDIA, UNA VOZ AL VIENTO…

Misericordia. Implica la capacidad de conmoverse con las condiciones y realidades de los demás. Es una expresión que expresa la benevolencia y el afecto sincero, la cual se dona amablemente a cualquier necesitado, con el contenido inherente a las consecuencias que trae consigo mismo el perdón y la reconciliación. 

Definen los estudiosos, que más que un mero sentimiento, esta se debe mostrar en la práctica. Para los que profesamos el cristianismo como fe de vida, es uno de los principales atributos divinos (solo Dios es divino y de el proceden exclusivamente todas las divinidades), y es la misericordia, un sentimiento que el mismo Dios, coloca en nuestras almas, haciéndonos capaces de proporcionarnos el sentido de la compasión por los que sufren o viven situaciones que pudiésemos calificar como indeseables. Es la sensibilidad, que debe siempre impulsar y motivar a ayudar y aliviar, a quien padece o requiere de actos solidarios. Es la virtud que impulsa a ser benévolos en el juicio o castigo. Etimológicamente procede del latín “Misere” (miseria, necesidad), “Cor” o “Cordis” (corazón) e “Ia” (hacia los demás); significando así, que se posee un corazón solidario con aquellos que tienen y sufren necesidades, aflicciones o penas.

            Para este 2.016, la Iglesia Católica declaro el “Jubileo de la Misericordia”, es un jubileo (que significa una celebración o conmemoración de un Año Santo Extraordinario o Sabático, con una consideración particular), anunciado por el Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, y que inicio el 8 de diciembre de 2.015 y concluirá el 20 de noviembre de este 2.016, para celebrar el “Quincuagésimo Aniversario” de la clausura del Concilio Vaticano II, y cuyo fin principal es profundizar en su implantación y ubicar en el centro de la vida de los cristianos, a la “Divina Misericordia”, con el fortalecimiento de la confesión. Promoviendo a la Iglesia y a todos sus fieles a poner más en evidencia su misión de ser testimonio de esa misericordia y en camino hacia la conversión espiritual, con el objeto de motivar a vivir a la luz de la palabra del Señor, con el lema: “Seamos misericordiosos como el Padre”. Declara el Papa, su convencimiento en que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo, la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar consuelo a cada hombre y mujer de nuestro tiempo. “Lo confiamos a partir de ahora a la Madre de la Misericordia para que dirija a nosotros su mirada y vele en nuestro camino”.

En nuestro país, las advocaciones marianas, la identidad religiosa y cultural de nuestras poblaciones, tienen un gran arraigo y una profunda significación de lo que es, el que hacer y la vida de cada localidad en particular. Cada región, por así decirlo, tiene sus celebraciones particulares y nuestro calendario posee una diversidad de “Advocaciones Marianas” a las cuales, se les ha encomendado durante etapas del proceso histórico, el cuido y protección de las “Almas” de sus habitantes y se les realizan sus festividades. Así tenemos pues, que entre algunas de estas hallamos: La Divina Pastora de Santa Rosa, La Virgen de la Paz, Nuestra Señora del Valle, Nuestra Señora del Socorro, Nuestra Señora de la Chiquinquirá o “Virgen Chinita”, Nuestra Señora de Coromoto, Nuestra Señora de la Candelaria, entre otras. En nuestro pueblo colonial de San Diego, el de Carabobo, la celebración de las “Fiestas Patronales” (una de las mas importantes, vale señalar que nuestra población, por motivos tradicionales, es la única en Venezuela que tiene tres Patrones; La Virgen de la Candelaria, San Diego de Alcalá y Sandieguito, y a cada uno se le realiza una celebración especial) el 02 de febrero, en conmemoración del día de nuestra “Patrona”, como se le refiere a La Virgen de La Candelaria, cuya advocación ahora lleva por nombre nuestra Santa Iglesia Parroquial (Parroquia de San Diego de Alcalá y La Candelaria) y que por razones históricas y de encomiendas, se celebra igualmente en otras poblaciones de nuestro país, la comunidad se reúne y desarrolla distintas actividades, de “Ferias” o “Fiestas”, para honrar y venerar a la “Madre de Dios”. Estas se realizan con “celebraciones litúrgicas o religiosas”; que incluyen: novenas a la advocación mariana, misas de peticiones, misas de acción de gracias, la misa de la solemnidad, procesiones por las calles del pueblo con la imagen, así como “fiestas de calle” entre las que destacan: elección de las madrinas y fiestas, shows musicales, serenatas, paseos matinales y musicales, encuentros de danzas y actos culturales, toros coleados, clásicos ciclísticos, caminatas, ferias de comidas y artesanales, y exposiciones de trajes que ha exhibido la imagen de la Virgen en diversas celebraciones y a lo largo de muchos años; como producto de promesas cumplidas y acciones de gracias o devocionales. Igualmente el despliegue del globo multicolor, elaborado refinadamente por el señor Francisco Peña, la tradicional “quema del arbolito”, entre tantas otras, que hoy en día se continúan realizando y muchas, ya van quedando guardadas en la memoria de las vivencias de nuestra población. En esta ultima Misa Solemne, concelebrada con el Sacerdote Párroco y otros invitados especiales, y el Obispo de Valencia, Monseñor Reinaldo del Prette, refirió que la “Misericordia de Dios inunda la tierra, debemos tener un corazón compasivo y misericordioso como el de nuestro Señor Jesucristo”. Necesario se hace entonces, revisar en la palabra y en la tradición, guardada y presentada, como es ese corazón del Maestro y Nuestro Señor Jesucristo, para aproximarnos y tener las referencias de cómo debe ser y actuar, desde un corazón misericordioso. Se nos ha recomendado desde siempre en la Iglesia Católica, como orientación y guía, que las catorce obras de misericordia son siete espirituales y siete corporales, de donde las obras de misericordia espirituales son: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que yerra o comete errores, perdonar las injurias, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo y rogar a Dios por los vivos y las almas perdidas. Las obras de misericordia corporales son: visitar y cuidar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, liberar al cautivo y dar sepultura a los muertos.

*La Disconformidad: La delicada situación del suministro del vital liquido del agua, el inadecuado tratamiento o mala calidad y la injusta distribución del mismo.

*La Propuesta: La realización de una consulta pública, abierta y participativa, donde se debata en un foro abierto, la condición y calidad del servicio de agua potable. En las comunidades hay iniciativas.

*La Aspiración: Al rededor del Pueblo Colonial de San Diego, aun quedan terrenos que pueden servir para tener un “Parque Ferial” como todas las poblaciones. El indiscriminado urbanismo abruma.

Paz, Amor y Salud. Bendiciones.

Pablo Herrera
pablo.herrera1@gmail.com
pablo.herrera1@hotmail.com
@pablo1herrera

Carabobo - Venezuela 

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