Misericordia. Implica la capacidad
de conmoverse con las condiciones y realidades de los demás. Es una expresión
que expresa la benevolencia y el afecto sincero, la cual se dona amablemente a
cualquier necesitado, con el contenido inherente a las consecuencias que trae
consigo mismo el perdón y la reconciliación.
Definen los estudiosos, que más
que un mero sentimiento, esta se debe mostrar en la práctica. Para los que
profesamos el cristianismo como fe de vida, es uno de los principales atributos
divinos (solo Dios es divino y de el proceden exclusivamente todas las
divinidades), y es la misericordia, un sentimiento que el mismo Dios, coloca en
nuestras almas, haciéndonos capaces de proporcionarnos el sentido de la
compasión por los que sufren o viven situaciones que pudiésemos calificar como
indeseables. Es la sensibilidad, que debe siempre impulsar y motivar a ayudar y
aliviar, a quien padece o requiere de actos solidarios. Es la virtud que
impulsa a ser benévolos en el juicio o castigo. Etimológicamente procede del
latín “Misere” (miseria, necesidad), “Cor” o “Cordis” (corazón) e “Ia” (hacia
los demás); significando así, que se posee un corazón solidario con aquellos
que tienen y sufren necesidades, aflicciones o penas.
Para este 2.016, la Iglesia
Católica declaro el “Jubileo de la Misericordia”, es un jubileo (que significa
una celebración o conmemoración de un Año Santo Extraordinario o Sabático, con
una consideración particular), anunciado por el Papa Francisco, en la Basílica
de San Pedro, y que inicio el 8 de diciembre de 2.015 y concluirá el 20 de
noviembre de este 2.016, para celebrar el “Quincuagésimo Aniversario” de la
clausura del Concilio Vaticano II, y cuyo fin principal es profundizar en su
implantación y ubicar en el centro de la vida de los cristianos, a la “Divina
Misericordia”, con el fortalecimiento de la confesión. Promoviendo a la Iglesia
y a todos sus fieles a poner más en evidencia su misión de ser testimonio de
esa misericordia y en camino hacia la conversión espiritual, con el objeto de
motivar a vivir a la luz de la palabra del Señor, con el lema: “Seamos
misericordiosos como el Padre”. Declara el Papa, su convencimiento en que toda
la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo, la alegría de redescubrir y hacer
fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar
consuelo a cada hombre y mujer de nuestro tiempo. “Lo confiamos a partir de
ahora a la Madre de la Misericordia para que dirija a nosotros su mirada y vele
en nuestro camino”.
En nuestro país, las
advocaciones marianas, la identidad religiosa y cultural de nuestras
poblaciones, tienen un gran arraigo y una profunda significación de lo que es,
el que hacer y la vida de cada localidad en particular. Cada región, por así
decirlo, tiene sus celebraciones particulares y nuestro calendario posee una
diversidad de “Advocaciones Marianas” a las cuales, se les ha encomendado
durante etapas del proceso histórico, el cuido y protección de las “Almas” de
sus habitantes y se les realizan sus festividades. Así tenemos pues, que entre
algunas de estas hallamos: La Divina Pastora de Santa Rosa, La Virgen de la
Paz, Nuestra Señora del Valle, Nuestra Señora del Socorro, Nuestra Señora de la
Chiquinquirá o “Virgen Chinita”, Nuestra Señora de Coromoto, Nuestra Señora de
la Candelaria, entre otras. En nuestro pueblo colonial de San Diego, el de
Carabobo, la celebración de las “Fiestas Patronales” (una de las mas
importantes, vale señalar que nuestra población, por motivos tradicionales, es
la única en Venezuela que tiene tres Patrones; La Virgen de la Candelaria, San
Diego de Alcalá y Sandieguito, y a cada uno se le realiza una celebración
especial) el 02 de febrero, en conmemoración del día de nuestra “Patrona”, como
se le refiere a La Virgen de La Candelaria, cuya advocación ahora lleva por
nombre nuestra Santa Iglesia Parroquial (Parroquia de San Diego de Alcalá y La
Candelaria) y que por razones históricas y de encomiendas, se celebra
igualmente en otras poblaciones de nuestro país, la comunidad se reúne y
desarrolla distintas actividades, de “Ferias” o “Fiestas”, para honrar y
venerar a la “Madre de Dios”. Estas se realizan con “celebraciones litúrgicas o
religiosas”; que incluyen: novenas a la advocación mariana, misas de
peticiones, misas de acción de gracias, la misa de la solemnidad, procesiones
por las calles del pueblo con la imagen, así como “fiestas de calle” entre las
que destacan: elección de las madrinas y fiestas, shows musicales, serenatas,
paseos matinales y musicales, encuentros de danzas y actos culturales, toros
coleados, clásicos ciclísticos, caminatas, ferias de comidas y artesanales, y
exposiciones de trajes que ha exhibido la imagen de la Virgen en diversas
celebraciones y a lo largo de muchos años; como producto de promesas cumplidas
y acciones de gracias o devocionales. Igualmente el despliegue del globo
multicolor, elaborado refinadamente por el señor Francisco Peña, la tradicional
“quema del arbolito”, entre tantas otras, que hoy en día se continúan
realizando y muchas, ya van quedando guardadas en la memoria de las vivencias
de nuestra población. En esta ultima Misa Solemne, concelebrada con el
Sacerdote Párroco y otros invitados especiales, y el Obispo de Valencia,
Monseñor Reinaldo del Prette, refirió que la “Misericordia de Dios inunda la
tierra, debemos tener un corazón compasivo y misericordioso como el de nuestro
Señor Jesucristo”. Necesario se hace entonces, revisar en la palabra y en la
tradición, guardada y presentada, como es ese corazón del Maestro y Nuestro
Señor Jesucristo, para aproximarnos y tener las referencias de cómo debe ser y
actuar, desde un corazón misericordioso. Se nos ha recomendado desde siempre en
la Iglesia Católica, como orientación y guía, que las catorce obras de
misericordia son siete espirituales y siete corporales, de donde las obras de
misericordia espirituales son: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que
lo necesita, corregir al que yerra o comete errores, perdonar las injurias,
consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo y rogar a
Dios por los vivos y las almas perdidas. Las obras de misericordia corporales
son: visitar y cuidar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber
al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, liberar al cautivo y
dar sepultura a los muertos.
*La Disconformidad:
La delicada situación del suministro del vital liquido del agua, el inadecuado
tratamiento o mala calidad y la injusta distribución del mismo.
*La Propuesta: La
realización de una consulta pública, abierta y participativa, donde se debata
en un foro abierto, la condición y calidad del servicio de agua potable. En las
comunidades hay iniciativas.
*La Aspiración: Al
rededor del Pueblo Colonial de San Diego, aun quedan terrenos que pueden servir
para tener un “Parque Ferial” como todas las poblaciones. El indiscriminado
urbanismo abruma.
Paz, Amor y Salud.
Bendiciones.
Pablo Herrera
pablo.herrera1@gmail.com
pablo.herrera1@hotmail.com
@pablo1herrera
Carabobo - Venezuela
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